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Listos,
los preparativos para el...
Primer Encuentro Nacional de Laudería
Jorge Vázquez Pacheco |
Arael
Landa. |
Arael
Landa, laudero xalapeño con estudios en Cremona, Italia–precisamente
la tierra de los legendarios Guarnerius y Stradivarius–, se encuentra
involucrado en la organización del Primer Encuentro Nacional
de Laudería, a celebrarse en esta ciudad del 4 al 6 de junio.
Con el respaldo y aval de la UV, la Dirección de Divulgación
Artística tuvo el acierto de incluir dicho acontecimiento en
el máximo evento cultural del sureste del país, el Festival
Junio Musical.
Arael, con experiencia de trabajo en Inglaterra, Suiza y Japón,
estudió de 1987 a 1991 en Cremona con maestros del renombre
de Scolari, Bergonzi y Morassi. Su especialidad se finca en la manufactura
de violines, violas, violonchelos y contrabajos, y ha fabricado en
su taller de la avenida Ruiz Cortines un total de casi medio millar
de instrumentos, de los cuales, la mayoría se encuentran en
manos de artistas que viven y trabajan en el extranjero.
Para Arael Landa, quien por cierto es hermano de Nahum, el luthier
especializado en instrumentos antiguos, el estado que guarda la laudería
en Xalapa merece un encuentro del nivel que se organiza. Muchos de
quienes se prepararon en Europa ya han regresado a Xalapa y comparten
sus conocimientos con la naciente generación de lauderos locales. |
“Tenemos
una buena cantidad de constructores en la región”, comentó,
“y al proyecto de este Encuentro se han sumado no sólo
los fabricantes de instrumentos de arco. También se contará
con la presencia de creadores de guitarras como Iván Rísquez,
y de jaranas como ‘Tacho’ Utrera. Este considerable número
de maestros ha generado una competencia saludable y se da el caso
ahora de que los aspirantes a luthiers ya no tienen necesidad de trasladarse
a Italia u Holanda para prepararse adecuadamente”.
A nuestro entrevistado le tiene sin cuidado el hecho de que algunos
consideren la laudería un simple renglón de las artesanías,
y no el arte en que hicieron historia los legendarios constructores
de Cremona en los siglos xvii y xviii: “Eso es cuestión
de puntos de vista personales, y la polémica en este sentido
me parece algo insustancial. Lo importante es que nosotros hacemos
sonido y somos parte de la música.
”Si no hay respaldo oficial para la laudería, es asunto
que no debería preocuparnos. Debemos observar con detenimiento
si hay o no apoyo a la música y, en especial, al desarrollo
de sus intérpretes, que son quienes utilizan nuestros instrumentos.”
Arael,
a diferencia de su hermano Nahum, no se muestra interesado en la
fabricación de instrumentos tomando como materia prima el
cedro veracruzano. Prefiere el arce de Los Balcanes y el abeto rojo
de Europa central. “Esto es un asunto de tradición,
pero de una tradición que cuenta con 400 años de vigencia.
Entiendo que hay buena madera mexicana y que con la misma se han
logrado resultados sonoros muy aceptables. |
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”Pero
en eso, el paso del tiempo es elemental y hoy no tenemos manera de
averiguar cuánto pueda durar un violín fabricado con
cedro de Misantla. No sabemos qué sonido tendrá dentro
de 100 ó 150 años... bueno, ni siquiera sabemos si la
madera resistirá el transcurso de esos años.”
Para Landa, un instrumento tiene un arco de tiempo de 25 a 30 años
para generar su sonido óptimo. Debe tener un ascendente en
nivel de sonido. Esto, y la duración de muchos años,
sólo se garantizan con la madera con que tradicionalmente han
trabajado los constructores europeos. Hay un detalle interesante en
que deposita su atención:
“Sabemos que los indígenas mexicanos eran excelentes alumnos
en asuntos musicales y que entre ellos hubo no sólo buenos
compositores; también excelentes intérpretes. Esto supone
que interpretaron seguramente con instrumentos manufacturados durante
la época del México colonial. Pero no ha llegado hasta
esta época, que se sepa, un solo violín o violonchelo
de aquellos. Con esto parece demostrarse que la madera mexicana, o
al menos la que se ha utilizado, no es la mejor”.
El Primer Encuentro Nacional de Laudería funcionará
precisamente para ello: para motivar el intercambio de opiniones,
de experiencias y de técnicas de manufactura; para la comunicación
directa entre los fabricantes de instrumentos y para acercar al público
al arte de la fabricación de instrumentos de cuerda. Pero también,
como lo expresa el propio Arael, “para comunicarnos con los músicos”.
Otro detalle importante: el recinto asignado, que es el Centro Recreativo
Xalapeño, habrá de ser el escaparate para que los lauderos
de todo el país expongan el producto de su trabajo y, desde
luego, lo comercialicen. “Esperamos que el público y los
músicos aprecien este enorme conjunto de ofertas”.
Habrá instrumentos para todos, desde los violines para niños
cuyas aptitudes musicales sus padres desean estimular hasta violas,
hasta verdaderas joyas al más puro estilo barroco. También
se expondrán y ofrecerán a la venta violonchelos, contrabajos,
jaranas en todas sus modalidades (“mosquitos”, requintos,
jaranas segundas y terceras, y “leonas”), guitarras, arpas
tradicionales y de concierto y, si las cosas se dan como se espera,
clavecines y espinetas, que también tienen en México
excelentes constructores, como continuación de la escuela generada
en la ciudad de México por el siempre bien recordado Martín
Seydel.
Ya hay la confirmación de asistencia de casi medio centenar
de lauderos, y son de muchas partes del país como Monterrey,
Querétaro, Guadalajara, Morelia, el df y Guanajuato.
El Primer Encuentro Nacional de Laudería promete resultar un
acontecimiento que anteceda a una continuidad anual. La laudería
en Xalapa ha alcanzado su madurez y bien merece una serie como la
que Arael y los lauderos de la región han programado. |
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