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Corazones
rotos |
Como
parte del ciclo “Cine mexicano reciente”, la UV proyecta
el próximo miércoles Corazones rotos, realizada
en 2002 por Rafael Montero y que viene siendo una de las cintas más
interesantes de esta actividad.
Nacido en 1953 en la Ciudad de México, Rafael Montero estudió
cine en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos
donde realizó Adiós David (1997), inspirada en
la novela Ciao Masino de Cesare Pavese. En 1986 hizo el documental
independiente Casas Grandes: una aproximación a la gran Chinameca.
Su primera película en la industria fue El costo de la vida
(1988), la cual despeja su universo fílmico: narración
realista de intención social aplicada a personajes clasemedieros
citadinos enfrentados a un contexto material desfavorable y a duras
crisis existenciales.
En los 90 concretó varias obras. Justicia de nadie (1992),
trata del secuestro del hijo adolescente de la dueña de un
puesto ambulante. Ya la hicimos (1992) tiene una visión
oscura del destino de los personajes, mientras que Una buena forma
de morir (1993) se inspira en un argumento del escritor Eliseo
Alberto Diego. Cilantro y Perejil (1996), la primera coproducción
de Imcine y Televisa fue una comedia muy exitosa en la que
una joven pareja pretende lazos sentimentales fuera del matrimonio.
El taquillazo fue secundado por el entusiasmo de la Academia Mexicana
de Artes y Ciencias Cinematográficas que no deparó en
regalarle nueve Arieles, no todos meritorios: mejor película,
dirección, actriz de cuadro, argumento, guión, música
de fondo, tema musical, edición y sonido.
Corazones rotos (2001) posiblemente sea uno de los trabajos
más arriesgados del cineasta, ya que enfatiza con un estilo
violento su preocupación por una clase media del DF, impedida
para superar su difícil existencia. Una unidad habitacional
ambientada en el sur de la Ciudad de México se convierte en
microcosmos sobre un sector urbano alterado por la crisis económica
y vapuleado en su realidad más íntima. La visión
es dura y pesimista, descarnada y abismal.
La galería de personajes adquiere el comportamiento abigarrado
que deviene del enfoque hiperrealista: una anciana se angustia cada
día por no pagar la renta oportunamente; una pareja matrimonial
se altera económica y eróticamente (mientras él
hurta medicinas, ella se solaza con los hombres conocidos en el parque);
una atractiva mujer debe soportar los golpes a rajatabla de su esposo
piloto; la crisis del negocio de un vendedor de flores remata con
su infarto y parálisis, además del asedio material de
los hijos.
Un nostálgico de la izquierda sesentera se paraliza por el
abandono de su mujer y la imposibilidad de liquidar la escuela de
los hijos; el inventor de un sistema hidráulico de alcances
colectivos se frustra por la cerrazón financiera; la iniciación
adolescente debe lidiar con la prostitución de la madre y los
deseos travestistas personales; una púber vendedora de galletas
sirve de vehículo testimonial en su recorrido físico
de las tortuosidades vecinales.
Coproducida por México (Imcine), Brasil, Uruguay y España,
Corazones rotos está basada en un guión del mismo cineasta,
el cual revela sus constantes temáticas llevadas al extremo
con un estilo narrativo obsesivo-compulsivo que apuesta a la fragmentación
de los planos y movimientos constantes de cámara.
Película que tiene indudablemente parentesco con Vidas cruzadas
(1993). La diferencia radica en que mientras Robert Alman conecta
las diferentes historias en un sentido coral y mediante un mosaico
socio-humano rico y revelador, Rafael Montero fabrica personajes y
situaciones no tan verosímiles al no trabajarlos cuidadosamente,
ni pulirlos en su desarrollo dramático.
La preocupación del cineasta sobre una clase media urbana que
desde la crisis económica de 1994 se corroe hasta el tuétano
y empieza a cavar su tumba, se
entiende y se acepta en tanto reflexión y crítica social.
A pesar de estas situaciones señaladas, sin duda, Rafael Montero
es, hasta el momento, uno de los cineastas más preocupados
por estudiar la clase media mexicana en un contexto contemporáneo
de profunda crisis. Comentarios al correo: roeamarcord@yahoo.com.mx |
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