Año 3 • No. 138 • mayo 3 de 2004
Xalapa • Veracruz • México
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  Afirmó Carlos Flores Juverías en la Facultad de Derecho de la UV
Debe la Constitución de la UE
mejorar rendimiento democrático
Dunia Salas Rivera
La próxima Constitución de la Unión Europea (UE) deberá servir para mejorar el rendimiento democrático, clarificar la arquitectura institucional, que se caracteriza por su opacidad y complejidad, y equilibrar el reparto de poder en este bloque, pues paralelo a la ampliación, se está intensificando el proceso de debate que se espera pueda acabar con la aprobación de la segunda Constitución europea, después del fracaso de las últimas negociaciones a finales del 2003.

Así lo manifestó Carlos Flores Juverías, doctor en Derecho por la Universidad de Valencia, España, durante la conferencia “Europa, un doble desafío: de la ampliación y de la Constitución”, organizada por el grupo cultural Búhos de la Facultad de Derecho y presidida por el director de la misma, Jorge Ortiz Escobar y el joven Johnatan Olivares Chavarría.

Flores Juverías dijo que con la incorporación a la Europa de los 15, de 10 nuevos socios, entre los que se encuentran las tres repúblicas bálticas: Estonia, Letonia y Lituania que pertenecían a la Unión Soviética; Polonia, Hungría, la República Checa y la Eslovaca, Eslovenia; y las dos pequeñas islas mediterráneas Chipre y Malta, el 1 de mayo se producen dos grandes hitos: el de la ampliación y el de la Constitución, doble reto que se vuelve uno porque se trata de dos temas imbricados que tienen consecuencias el uno sobre el otro.

El proceso de ampliación de la ue, afirmó el becario de la Universidad de California, pone punto final en muy buena medida al proceso que en la Europa del Este se ha venido viviendo desde la caída del muro de Berlín en 1989, hito que marcó la derrota del sistema socialista en la Europa Oriental, y que representó el principio del fin de lo que calificó como el mayor error histórico dado en este lugar: “la partición del continente europeo”.

Y recordó cómo esta división fue el desenlace de las negociaciones de Yalta, después de la Segunda Guerra Mundial, en virtud de las cuales una parte quedó bajo la influencia de la Unión Soviética y la otra bajo la de los Estados Unidos y las potencias aliadas a éste en la Segunda Guerra, siendo el único criterio delimitador, el de la presencia de tropas norteamericanas o soviéticas en su territorio o el del trazado del lápiz de Stalin, Churchill y Roosevelt en la mesa de negociaciones.

Así pues, la entrada a la UE de una parte significativa de los países que en 1989 comenzaron la transición hacia la democracia se constituye como el pasaporte a la estabilidad y el desarrollo económico, a la consolidación democrática.
Flores Juverías resaltó el papel relevante que la ampliación de la UE ha jugado en la vida política de cada uno de estos países: “Ha sido el objetivo, el señuelo. El ideal de la ampliación ha tenido un protagonismo fundamental, en múltiples sentidos: ha servido para movilizar a la opinión pública, que era partidaria de tomar cuantas medidas fuese necesario adoptar, aunque fuesen particularmente difíciles o costosas, si de la adopción de dichas medidas dependía entrar en el club de los países ricos, en el club de las democracias estables.”

La diferencia con los anteriores procesos de ampliación, afirmó el especialista en temas sobre Europa, es que entonces se contemplaba más en términos económicos que políticos, porque la ue era fundamentalmente un club económico, donde los países se limitaban a compartir un espacio económico común, sin embargo, a partir del tratado de Maastricht, este bloque se ha convertido en una unión política, donde además de compartir un espacio común económico, una moneda, también se comparten valores, instituciones y objetivos políticos.
Respecto a lo que puede suceder después del 1 de mayo, cuando el proceso de ampliación se haya implementado, Flores Juverías dijo que aunque las cosas pueden cambiar dramáticamente de un día a otro, es previsible una Europa del Este más estable políticamente y segura militarmente, pues la adhesión a la organización del Tratado del Atlántico Norte, que apenas hace unos días se verificó es una garantía de seguridad.

Sin embargo, dijo, en el plano económico la adhesión va a generar una Europa del Este más desigual económicamente: “Si ya existían enormes diferencias entre Francia, Alemania, Austria, Suecia, Finlandia y Dinamarca con respecto a los más pobres que son España, Portugal y Grecia, tales diferencias se van a multiplicar, ya que el nivel de desarrollo económico de los 10 países que se van a adherir es notablemente inferior al de la media comunitaria, incluso inferior al del país más pobre de los ya existentes en la UE.

Lo anterior, concluyó Carlos Flores Juverías, va a traer como consecuencia una exigencia adicional en la administración del presupuesto comunitario, ya que va a tener que ingresar más porque va a tener que gastar más, pues la ue tiene un compromiso por la cohesión o igualación de los niveles de desarrollo económico de todos sus socios comunitarios.