El Servicio
Social que más de 134 mil estudiantes veracruzanos y más
de dos millones de universitarios del resto del país prestan
hacia el final de su formación profesional puede convertirse
en un motor de desarrollo nacional, coincidieron este miércoles
el gobernador del estado de Veracruz, Miguel Alemán Velazco,
y el rector de la Universidad Veracruzana (UV), Víctor A.
Arredondo.
En el
marco de la inauguración del XXI Congreso Nacional de
Servicio Social, el gobernador del estado destacó que
iniciativas de este tipo han cobrado una importancia inusitada en
la época reciente en tanto que se han constituido en vehículos
de comunicación ideales entre las universidades, la sociedad
y los sectores productivos, al tiempo que su experiencia con las
prioridades sociales del entorno permiten dar atención a
problemas de carácter nacional.
El mandatario
veracruzano agregó que el servicio social permite a los jóvenes
estudiantes mantener un estrecho contacto con las necesidades y
problemas inmediatos de las comunidades marginadas y, al mismo tiempo,
se constituye como una retribución a la sociedad, aunque
advirtió que esta responsabilidad no termina con el servicio,
sino que prevalece en la medida en que los egresados de la universidad
pública pueden participar en la solución de los problemas
nacionales.
Alemán
Velazco exhortó a los prestadores de servicio y las autoridades
que coordinan estos esfuerzos para hacer del servicio social una
sólida herramienta para la superación de los problemas
inmediatos de la sociedad y para su formación profesional
y utilizarla en beneficio de los ciudadanos mexicanos, pues “el
país demanda respuestas concretas y soluciones reales”.
Advirtió,
además, que los estudiantes en servicio social deben promover
que las regiones propongan sus propias soluciones y aseguró
que las voces que los universitarios recogen en estas experiencias
y las suyas propias deben ser escuchadas por los gobernantes para
afinar las decisiones gubernamentales.
En el
marco del evento nacional convocado por la Asociación Nacional
de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES)
y la Universidad Veracruzana, el rector de esta casa de estudios,
Víctor A. Arredondo, aseguró que si bien las universidades
han aportado un valor agregado tanto a la formación de los
estudiantes como a la sociedad a través del servicio social,
las instituciones educativas buscan incorporar organismos e instituciones
nacionales e internacionales para establecer alianzas estratégicas
que soporten estas iniciativas de desarrollo comunitario.
El rector
de la UV destacó que, con la incorporación de los
brigadistas universitarios, las instituciones de educación
superior han aportado un brazo importante al desarrollo comunitario
y aseguró que la presencia de jóvenes idealistas y
comprometidos en estos temas ha marcado una notable diferencia en
las universidades del país. Advirtió, empero, que
las casas de estudio por sí solas no constituyen una agencia
de desarrollo social, pero aseguró que la combinación
de esfuerzos entre sociedad, universidad y gobierno permite generar
cambios notables en las comunidades.
Destacó,
también, el esfuerzo realizado en el estado de Veracruz por
la presidenta del DIF, Christianne Magnani, para zanjar las dificultades
que jóvenes de comunidades indígenas tenían
para estudiar y dotar de las condiciones óptimas de estudio
a diversas comunidades veracruzanas. Estos esfuerzos, aseguró,
deben ser rescatados y documentados.
La acción
de los estudiantes en servicio social no sólo beneficia a
las comunidades, explicó, sino que beneficia al estudiante
en la medida en que lo acerca a la experiencia de las comunidades
y en tanto que se constituye como un puente que, de la misma manera,
acerca al universitario a diversas perspectivas de empleo, además
de que beneficia de igual manera a la institución en la medida
en que permite ponderar si el conocimiento adquirido en las aulas,
laboratorios y talleres, realmente permite enfrentar con éxito
al medio en que se desempeñan los egresados.
Arredondo
enfatizó que las iniciativas que en esta materia ha emprendido
la UV están exentas de una noción de lo que dio en
llamar “asistencialismo”, sino que pretende impulsar
procesos para la definición de soluciones a partir de la
presencia universitaria, incorporar el conocimiento de los expertos
de la universidad al desarrollo comunitario y llevar un mensaje
a las comunidades: “Ustedes son fuertes y en sus manos está
la prosperidad de su comunidad”.
La presencia
de la UV en las comunidades, explicó, ha detonado procesos
donde las mismas comunidades solicitan apoyo a la casa de estudios,
han donado terrenos para la construcción de Casas de la Universidad,
aportado la mano de obra para edificarlas y han llegado a constituir
núcleos de organización comunitaria que incorporar
nociones de desarrollo sustentable. Estos programas, afirmó,
podrían multiplicarse y detonar cambios importantes en el
país y, en este sentido, “debemos mostrar que las universidades
aportan un valor agregado al desarrollo comunitario y la formación
de los estudiantes. Mostrar el estado de las comunidades, cómo
estaban antes de la presencia universitaria y cómo después”.
La experiencia
en las comunidades, añadió, recuerda la que han tenido
los países más desarrollados y que han demostrado
que no existe mejor apuesta para la sociedad que la educación.
En este sentido, agregó que diversos organismos internacionales
han destacado experiencias mexicanas en el tema, como la de las
universidades de Baja California y la Veracruzana, y advirtió
que “si no se aportan mayor cantidad de recursos –y
no hablamos sólo de becas–, si no se recompone la banca
multilateral y se liberan recursos de deuda externa, no seremos
capaces, como sociedad global, de combatir la pobreza”.
México
necesita cambiar las condiciones de pobreza que existen, continuó,
y en este tema las universidades pueden constituirse como verdaderas
instancias de cambio y convocar, con resultados en mano, a esfuerzos
multilaterales para combatir la pobreza.
|