Año 3 • No. 144 • junio 14 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
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  Danza UV
30 años de tradición vs estancamiento y complacencia artísticas
Edgar Onofre Fernández (Fotos: Carlos Alberto Duarte R.)
Prácticas Escénicas, Facultad de Danza
Con un bagaje de 30 años de tradición y el rango de pionera a cuestas, la Facultad de Danza no sólo ha conseguido convocar en torno suyo la atención de un número creciente de instituciones de educación superior en el país que buscan incorporar el área de las artes a su currícula, sino que busca convertirse en la plataforma de un movimiento de nuevos bríos en la danza contemporánea veracruzana.

Si bien esta facultad ha destacado por encima del resto de las escuelas de danza contemporánea en el país a partir de la comunión entre educación artística y académica, que otorga a sus estudiantes una sólida formación humanista a la par que motiva su capacidad creativa, para la directora de la Facultad de Danza y ex integrante del Ballet Nacional de México, Guadalupe Barrientos López, la víspera del 30 aniversario es un momento clave para confrontar la trayectoria histórica con las perspectivas de la facultad.

En este sentido, Barrientos advierte que, además de responsabilidad mayor que corresponde a una Universidad en la formación de artistas que, al mismo tiempo, posean una sólida formación humanista, el escenario para la danza contemporánea en Xalapa, sede de la Unidad de Artes de la UV, necesita una retroalimentación constante con el resto de las tendencias de la especialidad en el país: "Tenemos que mirar fuera de nuestros ámbitos más cercanos. La vida cultural de Xalapa es fuerte, efectivamente, por la presencia de la uv, pero debemos abrirnos, debemos mirar hacia otros lados ahora que tenemos que replantear nuestro quehacer".

Esto, explica, no significa que artísticamente estemos obligados a mirar al df, pero algo que puede darnos oxígeno es estar en contacto con tendencias artísticas actuales. A Xalapa tenemos que abrirla a otras tendencias para poder genera un movimiento real de danza. "Tenemos que vincularnos, ver qué se está haciendo en el país, por lo menos, ver qué se está planteando en la creación escénica, y así saber lo que necesitamos para formar a creadores escénicos: como formadores de profesionales que deben saber y hacer la danza, debemos tener referencias viejas y nuevas para saber qué orientaciones van a tener nuestros estudiantes. Si no lo hacemos así, estaríamos sin contexto".
Para ello, la comunidad de la Facultad de Danza busca reforzar las tareas académicas que dotan a los estudiantes de conocimientos del mundo contemporáneo, de las tendencias añejas y recientes y generar una conciencia crítica acerca del mundo que los rodea y, desde el aula, generar un ambiente de creación coreográfica fuerte en dirección y sentido del arte.
En este sentido, el grueso de la comunidad de Danza UV ha considerado que los talleres de Prácticas Escénicas son indiscutibles y fundamentales de cara al hecho escénico: "Cuando el estudiante entra en contacto con el foro, un proceso que no hay otra forma de conocerlo más que en la experiencia misma, el
desarrollo del estudiante se potencia, hay resortes creativos que el foro activa". Apenas en mayo pasado, los estudiantes y académicos de Danza montaron cuatro obras de dos coreógrafos huéspedes y uno de la propia universidad (Serafín Aponte, Gregorio Trejo y Alejandro Schwartz) como parte de la estrategia con que las Prácticas Escénicas confrontan el trabajo diario de los jóvenes bailarines y otorga sentido a su quehacer académico y artístico.

En opinión de la directora, éste podría ser el principio de una iniciativa central para los artistas de la Universidad: "Una de las directrices más importantes es la vinculación con las comunidades, y la primera de ellas a la que deberíamos estar vinculados directamente es la comunidad universitaria y más adelante con la sociedad.

"Si logramos ser más sólidos académicamente, podremos ser más sólidos escénicamente: es común recibir grandes proyectos, propuestas para hacer el gran movimiento de la danza contemporánea en Xalapa, pero eso se construye desde el salón de clases, la formación académica nos da razón y sentido. Si académicamente somos fuertes, podemos hacer mejores productos escénicos y, si estos son mejores, reforzamos la formación académica, se trata de retroalimentación, peor hay que ser rigurosos", advierte.
Este compromiso se duplica cuando, en opinión de Barrientos, en las artes escénicas, de repente, existe cierta banalidad. "Todo mundo hace de todo (las instalaciones y performance, por ejemplo, tienen toda una filosofía detrás, un conocimiento y, sin embargo, nos encontramos con que cualquier cosa es una instalación), pero debemos ser rigurosos y decir algo al público, procurar que el discurso del arte tenga dirección y sentido, añadió. La creación artística debe tener libertad, pero debemos ser rigurosos en el lenguaje, los elementos, en la formación y entrenamiento de los bailarines. Uno debe prepararse para subir a escena: si nuestros intérpretes están cada vez menos preparados se va a ver reflejado en el producto escénico".

Los noveles bailarines, además, podrían estar a merced de un espíritu de época signado por el desaliento y la desesperanza: "Todo mundo habla de que estamos interconectados, pero la tendencia del mundo es alejarse cada vez más de principios humanos que son los que animan al arte. La mercantilización de todo, que hace unos años no hubiéramos concebido, es algo que va en deterioro de una visión humanista, y las artes, en este mundo de confusión, terminan por proponer más confusión.

"Una de las claves del espíritu de la época es convencer a todos que no hay esperanza, que no hay más realidad que la que nos toca vivir y no hay posibilidad de otra: tenemos que recuperar la esperanza como la posibilidad de tener sueños e intentar realizarlos, lo otro es suicidarse o cerrar la universidad. Susan Sontag dice que en los movimiento sociales, y podemos pensar que el arte es uno, uno no debe buscar la causa y el efecto, sino resistir, porque el efecto si no se ve aquí, se puede ver allá. Y resistir es tener convicción en lo que hacemos, intentar hacer las cosas.

"En este sentido, es muy importante que los estudiantes se den cuenta que las cosas se pueden hacer. En Danza uv no tenemos que volver a hacer todo, sería absurdo, no estamos empezando de cero. Tenemos 30 años, maestros con una experiencia enorme, pero tenemos que potenciar todo eso y sobre todo, privilegiar una noción para que el arte se convierta en una de las maneras en que podemos recuperarnos a nosotros mismos y mejorar nuestro entorno, no sólo en el contexto global, sino al interior de nuestra facultad. Queremos despertar nuevamente una mística de trabajo, darle un sentido más allá de lo que hacemos cotidianamente."