Año 3 • No. 145 • junio 21 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
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Aseguraron Ada Gutiérrez, Juliana Montero y Karina Flores de la Facultad de Idiomas
Debe practicarse en plenitud la sexualidad femenina
Dunia Salas Rivera

Una fuerte y directa denuncia contra lo que se cree y se dice de la sexualidad femenina fue la que hicieron Ada María Gutiérrez Pérez, Juliana Edith Montero Montero y Karina Flores Solís, alumnas del grupo 802 de la carrera de Lengua Inglesa, durante el Tercer Foro de Educación, que formó parte de la materia Principios de la Educación II, en la Facultad de Idiomas.

Ellas hablaron sobre los mitos que rodean este tema, como la virginidad, la masturbación, la liberación femenina, el instinto erótico y el despertar sexual: “El hombre ha tenido la idea de que su cuerpo es impuro y esto se ve reflejado en las mujeres, a las cuales se les ha inculcado desde pequeñas que el tocar y reconocer su propio cuerpo es algo inmoral. Por tal razón se niegan a explorarse y a manifestar sus deseos reprimidos”.
Para las universitarias: “La mujer, para poder amar a otros, primero necesita amarse a sí misma. Entonces la estimulación viene a ser la manera por la cual se puede desarrollar las artes amatorias, para después ponerlas en práctica con la pareja, razón por la cual es importante el auto conocimiento para guiar a la pareja hacia los puntos más excitantes y placenteros de nuestro cuerpo y para alcanzar nuestra propia satisfacción.

”La mujer es un ser individual y como tal tiene necesidades y deseos, goza de una libertad que la misma federación le otorga como individuo y ella puede decidir cuándo, dónde y con quién iniciar la vida sexual, ya que es dueña de su propio cuerpo. Aunque hay quienes proclaman que la mujer debe permanecer virgen hasta el día de su boda, esto no debe tomarse como una imposición sino como una decisión”, afirmaron.

A su vez, definieron el concepto de virginidad como: “Un pliegue de tejido que cierra parcialmente la vagina y que puede ser flexible y no romperse hasta después de numerosas relaciones o, en otros casos, puede ser que se haya abierto por el transcurso de una actividad deportiva, incluso puede haber mujeres que tengan una vida sexual activa y su himen esté totalmente intacto”, por lo que: “Este falso sello de garantía no es 100 por ciento seguro”.

Las estudiantes exhortaron a la comunidad universitaria a: “Aceptar que vivimos en una época en donde la mujer ya no puede ser valorada por su himen, sino por sus capacidades y logros”. Sin embargo, aclararon que la famosa “liberación sexual”, al mismo tiempo que trae cambios positivos, ha propiciado la formación de otros mitos que siguen perjudicando la integridad erótica y fisiológica femenina: “Anteriormente se les obligaba a practicar el coito con resignación, mientras que ahora se les incita a que se abalancen hacia la cama como señal de liberación. Aquellas que no lo hacen de esta manera se les estereotipa como ‘reprimidas’ ”.