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Aseguraron
Ada Gutiérrez, Juliana Montero y Karina Flores de la Facultad
de Idiomas
Debe practicarse en plenitud
la sexualidad femenina
Dunia Salas Rivera
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Una
fuerte y directa denuncia contra lo que se cree y se dice de la sexualidad
femenina fue la que hicieron Ada María Gutiérrez Pérez,
Juliana Edith Montero Montero y Karina Flores Solís, alumnas
del grupo 802 de la carrera de Lengua Inglesa, durante el Tercer Foro
de Educación, que formó parte de la materia Principios
de la Educación II, en la Facultad de Idiomas.
Ellas hablaron sobre los mitos que rodean este tema, como la virginidad,
la masturbación, la liberación femenina, el instinto
erótico y el despertar sexual: “El hombre ha tenido la
idea de que su cuerpo es impuro y esto se ve reflejado en las mujeres,
a las cuales se les ha inculcado desde pequeñas que el tocar
y reconocer su propio cuerpo es algo inmoral. Por tal razón
se niegan a explorarse y a manifestar sus deseos reprimidos”.
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Para
las universitarias: “La mujer, para poder amar a otros, primero
necesita amarse a sí misma. Entonces la estimulación
viene a ser la manera por la cual se puede desarrollar las artes amatorias,
para después ponerlas en práctica con la pareja, razón
por la cual es importante el auto conocimiento para guiar a la pareja
hacia los puntos más excitantes y placenteros de nuestro cuerpo
y para alcanzar nuestra propia satisfacción.
”La mujer es un ser individual y como tal tiene necesidades y
deseos, goza de una libertad que la misma federación le otorga
como individuo y ella puede decidir cuándo, dónde y
con quién iniciar la vida sexual, ya que es dueña de
su propio cuerpo. Aunque hay quienes proclaman que la mujer debe permanecer
virgen hasta el día de su boda, esto no debe tomarse como una
imposición sino como una decisión”, afirmaron.
A su vez, definieron el concepto de virginidad como: “Un pliegue
de tejido que cierra parcialmente la vagina y que puede ser flexible
y no romperse hasta después de numerosas relaciones o, en otros
casos, puede ser que se haya abierto por el transcurso de una actividad
deportiva, incluso puede haber mujeres que tengan una vida sexual
activa y su himen esté totalmente intacto”, por lo que:
“Este falso sello de garantía no es 100 por ciento seguro”.
Las estudiantes exhortaron a la comunidad universitaria a: “Aceptar
que vivimos en una época en donde la mujer ya no puede ser
valorada por su himen, sino por sus capacidades y logros”. Sin
embargo, aclararon que la famosa “liberación sexual”,
al mismo tiempo que trae cambios positivos, ha propiciado la formación
de otros mitos que siguen perjudicando la integridad erótica
y fisiológica femenina: “Anteriormente se les obligaba
a practicar el coito con resignación, mientras que ahora se
les incita a que se abalancen hacia la cama como señal de liberación.
Aquellas que no lo hacen de esta manera se les estereotipa como ‘reprimidas’
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