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Después
de 15 años de esfuerzo, la Universidad Veracruzana ha logrado
consolidar un grupo académico enfocado al estudio de la biología
de la depresión, cuya producción científica ha
sido considerada como pensamiento clásico y citada por destacados
investigadores en revistas arbitradas de prestigio internacional.
Se trata del equipo de Neurofarmacología de los trastornos
afectivos, una línea de investigación que llegó
a la Universidad Veracruzana en 1989, como parte del proceso de descentralización
de la unam, el cual motivó a muchos de sus científicos
a emprender proyectos de investigación en otras instituciones
del país.
Es el caso de Carlos M. Contreras, quien fue asignado por la unam
para liderar este grupo de trabajo y crear en la uv un laboratorio
que sirviera de apoyo para consolidar la línea de investigación,
misma que fue reforzándose año tras año gracias
a la participación de nuevos talentos científicos extraídos
de las
filas de la uv.
Hoy, la conjunción de esfuerzos y la red que han creado estas
universidades ha dado frutos: el laboratorio de Neurofarmacología
es una realidad. Está ubicado en el Instituto de Neuroetología
de la uv, uno de los centros de investigación más prolíficos
del país que promueve de manera incesante la formación
de especialistas de alto nivel en el área de las neurociencias
e investigación clínica, tanto en su programa de maestría
como en su doctorado.
Además, con esta línea de investigación, en la
uv se han titulado cerca de 25 licenciados, graduado 20 maestros en
Ciencias y seis doctores. Específicamente, en la investigación
de trastornos afectivos, destaca la participación de cuatro
científicos que conforman un cuerpo académico extraoficial,
su integración formal a la plantilla de investigadores de la
uv está en proceso.
Ellos son Ana Gloria Gutiérrez García (Psicología-unam),
Margarita Saavedra Vélez (qfb-uv), Blandina Bernal Morales
(qfb-uv) y Juan Francisco Rodríguez Landa (Biología-uv),
todos ellos egresados de la maestría en Neuroetología
de la uv y doctorados en Psicología por la unam.
Su trabajo, aunado al apoyo de un equipo de tesistas de maestría
y doctorado y estudiantes en servicio social, ha resultado fundamental
para consolidar el grupo de investigación. Prueba de ello son
los más de 65 artículos que han publicado en revistas
indexadas, entre las que destacan Physiology and Behavior, Neuropsychobiology,
Progress in Neuropsyhcopharmacology and Biological Psychiatry, Behavioral
Brain Research, Psychoneuroendocrinology y Psychopharmacology; 18
capítulos de libros y 36 artículos de divulgación
y docencia.
Pensamiento
clásico
Este 2004, el equipo de investigación recibió un reconocimiento
a su labor: 12 de los más de 50 artículos científicos
que han publicado desde 1993, fueron citados por Teige Sheehan,
prestigiada investigadora norteamericana, en un artículo
que fue aceptado para su publicación en la revista Brain
Research Reviews, una de las más importantes en el área
de las neurociencias.
El trabajo de Sheehan en el campo de la psicología ha sido
reconocido mundialmente, de ahí el valor que le confiere
al trabajo universitario al ser considerado como pensamiento
clásico por una reputada investigadora.
Además, ser citado es un parámetro que ubica a la
investigación en otro nivel, como explica Carlos M. Contreras:
Incluso alguien puede citarte para decir que estás
equivocado, pero eso también es bueno, porque significa que
tu investigación está teniendo cierto impacto en el
conocimiento mundial.
Biología
de la depresión
Hasta hace 50 años se consideraba que la gente que se deprimía
era cobarde, débil, pusilánime o simplemente no tenía
agallas. De 50 años para acá se han considerado a
éstas y a otras enfermedades psiquiátricas como alteraciones
biológicas, alteraciones en la función del cerebro.
El tema que trabajan en el equipo de investigación de Neurofarmacología
de los trastornos afectivos es justamente ése, pues analizan
cuáles son las partes del cerebro que se afectan en alguien
que está deprimido y de qué manera los tratamientos
farmacológicos revierten el esquema clínico y la gente
recupera las ganas de vivir.
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