Año 4 • No. 150 • septiembre 6 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
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Después de 15 años de trabajo conjunto con la unam
La uv y el estudio
de trastornos afectivos
Edith Escalón
  Después de 15 años de esfuerzo, la Universidad Veracruzana ha logrado consolidar un grupo académico enfocado al estudio de la biología de la depresión, cuya producción científica ha sido considerada como pensamiento clásico y citada por destacados investigadores en revistas arbitradas de prestigio internacional.

Se trata del equipo de Neurofarmacología de los trastornos afectivos, una línea de investigación que llegó a la Universidad Veracruzana en 1989, como parte del proceso de descentralización de la unam, el cual motivó a muchos de sus científicos a emprender proyectos de investigación en otras instituciones del país.

Es el caso de Carlos M. Contreras, quien fue asignado por la unam para liderar este grupo de trabajo y crear en la uv un laboratorio que sirviera de apoyo para consolidar la línea de investigación, misma que fue reforzándose año tras año gracias a la participación de nuevos talentos científicos extraídos de las
filas de la uv.

Hoy, la conjunción de esfuerzos y la red que han creado estas universidades ha dado frutos: el laboratorio de Neurofarmacología es una realidad. Está ubicado en el Instituto de Neuroetología de la uv, uno de los centros de investigación más prolíficos del país que promueve de manera incesante la formación de especialistas de alto nivel en el área de las neurociencias e investigación clínica, tanto en su programa de maestría como en su doctorado.

Además, con esta línea de investigación, en la uv se han titulado cerca de 25 licenciados, graduado 20 maestros en Ciencias y seis doctores. Específicamente, en la investigación de trastornos afectivos, destaca la participación de cuatro científicos que conforman un cuerpo académico extraoficial, su integración formal a la plantilla de investigadores de la uv está en proceso.

Ellos son Ana Gloria Gutiérrez García (Psicología-unam), Margarita Saavedra Vélez (qfb-uv), Blandina Bernal Morales (qfb-uv) y Juan Francisco Rodríguez Landa (Biología-uv), todos ellos egresados de la maestría en Neuroetología de la uv y doctorados en Psicología por la unam.

Su trabajo, aunado al apoyo de un equipo de tesistas de maestría y doctorado y estudiantes en servicio social, ha resultado fundamental para consolidar el grupo de investigación. Prueba de ello son los más de 65 artículos que han publicado en revistas indexadas, entre las que destacan Physiology and Behavior, Neuropsychobiology, Progress in Neuropsyhcopharmacology and Biological Psychiatry, Behavioral Brain Research, Psychoneuroendocrinology y Psychopharmacology; 18 capítulos de libros y 36 artículos de divulgación y docencia.

Pensamiento clásico
Este 2004, el equipo de investigación recibió un reconocimiento a su labor: 12 de los más de 50 artículos científicos que han publicado desde 1993, fueron citados por Teige Sheehan, prestigiada investigadora norteamericana, en un artículo que fue aceptado para su publicación en la revista Brain Research Reviews, una de las más importantes en el área de las neurociencias.

El trabajo de Sheehan en el campo de la psicología ha sido reconocido mundialmente, de ahí el valor que le confiere al trabajo universitario al ser considerado como ‘pensamiento clásico’ por una reputada investigadora.

Además, ser citado es un parámetro que ubica a la investigación en otro nivel, como explica Carlos M. Contreras: “Incluso alguien puede citarte para decir que estás equivocado, pero eso también es bueno, porque significa que tu investigación está teniendo cierto impacto en el conocimiento mundial”.

Biología de la depresión
Hasta hace 50 años se consideraba que la gente que se deprimía era cobarde, débil, pusilánime o simplemente no tenía agallas. De 50 años para acá se han considerado a éstas y a otras enfermedades psiquiátricas como alteraciones biológicas, alteraciones en la función del cerebro. El tema que trabajan en el equipo de investigación de Neurofarmacología de los trastornos afectivos es justamente ése, pues analizan cuáles son las partes del cerebro que se afectan en alguien que está deprimido y de qué manera los tratamientos farmacológicos revierten el esquema clínico y la gente recupera las ganas de vivir.