Año 4 • No. 150 • septiembre 6 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
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El derecho romano
sigue vivo: Valdés Lobán
Ricardo Luna
  El municipio como órgano local de poder ha sido, es y sin duda será el eslabón base de la estructura política que más acercamiento tiene con el pueblo, dijo Eurípides Valdés Lobán de la Universidad de Pinar del Río, Cuba, al iniciar la conferencia “El municipio romano en América Latina: legado y vigencia”, sustentada ante estudiantes del Seminario Romano de Derecho.

En primera instancia, el ponente se refirió a los distintos conceptos que sobre el municipio romano se han escrito y donde la figura del pueblo funge un papel relevante como la que gozaba de autonomía, en una dominación romana que era incluyente y con apertura, pero que tenía conciencia y creaba conciencia de que era un pueblo dominante y lo demostraba con el hecho de ejercer un control efectivo a través del servicio militar, el pago de tributos y la representación jurídica en cada una de las ciudades conquistadas.

El municipio ya en tiempos modernos sigue este modelo románico, sin embargo es a la llegada a nuestras tierras por las provincias españolas, que a su vez fueron romanas, donde adquiere un rejuvenecimiento que se constituye, según el investigador Armando Torrent de la Universidad de Barcelona, primero en la vinculación ciudadana con el tributo o munia capore y luego con las obligaciones cívicas o munus munera que estaban destinadas a la construcción de la moenia o las murallas de la ciudad. Posterior a ello, se constituyen los cabildos y así los ayuntamientos. Este sistema está vigente desde hace 500 años en tierras de América Latina. Sin embargo, las limitaciones del municipio siguen siendo varias, entre ellas, está inserto en un sistema político que elimina el vínculo del pueblo con el gobernante, además de que no se rinde cuentas al pueblo, ni existe la revocatoria de los mandatos.

Valdés Lobán sugirió, entre otras cosas, la rendición de cuentas, así como la revocación de los magistrados por sus electores e insistió en que se debe educar a las nuevas generaciones en la cultura de la participación política ciudadana, así como implementar, contra el abuso del gobierno, la resistencia colectiva y dejar la soberanía al pueblo.