Año 4 • No. 151 • septiembre 13 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
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  Le otorga la UV el doctorado Honoris Causa
Propició Carlo A. Castro la esperanza
en medio de la barbarie: Arredondo

Edgar Onofre

“En su reconocimiento de las lenguas y tradiciones de los pueblos indígenas, del profundo conocimiento del otro, Carlo Antonio Castro estableció un diálogo que enseña que el diálogo y los acuerdos entre las comunidades son lo más importante para preservar la convivencia y hacer renacer la esperanza que reclaman las sociedades en tiempos de incertidumbre y barbarie”, aseguró el rector Víctor Arredondo, durante la ceremonia en que la Universidad Veracruzana otorgó el doctorado Honoris Causa a uno los especialistas fundamentales para la antropología moderna.

Desde los años 50 y a través de sus obras etnográficas y literarias, añadió, la obra de Castro Guevara estableció rutas, abrió senderos para vislumbrar el mundo en su compleja multiculturalidad e infinitas posibilidades de interpretación y recreación, rescató y difundió la cultura de los pueblos mexicanos antiguos, de los hombres verdaderos, y consolidó la antropología mexicana al lado de figuras trascendentales como Gonzalo Aguirre Beltrán y Alfonso Caso.


Carlo Antonio Castro.
El rector de la UV dijo que la pasión y sabiduría con que Carlo Antonio Castro permaneció ligado su vida entera a la Universidad Veracruzana, cuya comunidad le rindió homenaje como uno de sus más grandes académicos y investigadores, alimentó su formación multidisciplinar al punto de rebasar las humanidades y las artes en su prolífica producción editorial y su actividad docente y de investigación.

En el Museo de Antropología de Xalapa (MAX), ante familiares y alumnos del destacado científico, Arredondo añadió que el profundo conocimiento de las lenguas indígenas y extranjeras de Castro Guevara le permitió profundizar en el conocimiento de los otros, de la otredad, y con ello, rescatar la identidad de los pueblos antiguos de México, enriquecer la nuestra, a través de su riguroso trabajo científico que, sin embargo, siempre matizó a través de la poesía y la narrativa.

Carlo Antonio Castro, doctor Honoris Causa por la UV,
el rector Víctor Arredondo y Eduardo Thomaé Domínguez,
representante del gobernador Miguel Alemán Velazco.
Ya desde los 50, continuó, Castro Guevara advertía sobre las apremiantes condiciones de discriminación que viven los pueblos indígenas y destacó la participación de las mujeres en la búsqueda de condiciones más justas para éstos, al tiempo que se promulgaba a favor de cambios en la organización social de nuestro país que respetaran la identidad de todos los pueblos y con un alto índice de beneficio social.

A través de la disciplina, meticulosidad, el rigor científico y el privilegio de la estética literaria, Carlo Antonio Castro se afirmó como un intérprete universal del mundo multicultural y, sin duda, se convirtió en uno de los pioneros del paradigma del aprendizaje para toda la vida al que, en el marco del sexagésimo aniversario de la UV, la comunidad estudiosa brinda su reconocimiento, gratitud y orgullo, manifestó.

Por su parte, Andrés Medina Hernández, investigador de la UNAM, hizo un repaso de la vida y obra del etnólogo, narrador y poeta, quien, de acuerdo a su consideración, reúne lo mejor de la antropología mexicana y, luego de integrarse a lo que llamó una comunidad de oro entre los años 40 y 70, formó parte de un núcleo de constructores de la antropología orientada hacia temas como el indigenismo y la educación.

Medina Hernández identificó múltiples aportaciones que Castro Guevara hizo al estudio de la antropología y las artes y, respecto de la Lingüística, aseguró que el etnólogo formó parte de una política de castellanización del legado lingüístico de los pueblos indígenas, así como del estudio de la gramática de estas lenguas.

A partir de su vasto conocimiento de las lenguas tzotzil y tzeltal desarrolló un método para la enseñanza de las lenguas indígenas que fue recuperado por estudiosos del país y el extranjero para, por ejemplo, promover la educación en lengua quiché y maya.

Castro Guevara dio, sin duda, el primer paso para entender y consolidar la interculturalidad que llevó a que el conocimiento de las lenguas indígenas se esparciera por todo el país y su propuesta de editar el periódico bilingüe Sk’oplalte te Mejikolum fue retomada en los 90.

La comunidad universitaria dedicada a la antropología,
funcionarios, amigos y familiares estuvieron presente
durante la condecoración a Carlo Antonio Castro.
Sus trabajos de recolección oral de la herencia cultural de los pueblos antiguos se constituyó en una metodología para la antropología y junto a Aguirre Beltrán y Alfonso Caso sentó las bases para una política indigenista, explicó.

En lo que hace a la Etnografía, Medina Henández explicó que las aportaciones de Castro Guevara en obras como Usila, morada de colibríes y El Banquete de los compadres se convirtieron en algunas de las más finas expresiones de la conjunción de tradiciones culturales que conforman el México moderno y que, en lo que toca a la expresión literaria, Los hombres verdaderos se ha constituido en una obra clave de la simbiosis entre la narrativa y los estudios etnográficos.

El doctor Carlo Antonio Castro y el rector Víctor Arredondo.

Medina Hernández aseguró que el gran manejo del lenguaje que Castro privilegió en sus obras técnicas se ha convertido en un referente obligado de la literatura y la antropología mexicana. Resaltó los trabajos de traducción que Castro Guevara ha realizado de las obras de, por ejemplo, George Foster y Calixta Guiteras Holmes, abrieron una brecha en temas que al día son debatidos entre los especialistas, como la tradición filosófica de los pueblos indígenas.

Además de traductor de poesía japonesa, Castro Guevara tradujo el Himno Nacional y partes de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos a la lengua tzeltal, según explicó.

Por su parte, en lo que llamó una feliz aceptación de la distinción otorgada, Carlo Antonio Castro brindó diversos recuerdos de sus maestros, quienes inculcaron su amor por lo iberoamericano y lo llevaron a identificar en las lenguas indígenas “un universo conceptual que podría enriquecer con semántica a la lengua castellana”.

De Julio Verne a Víctor Hugo, Castro repasó una vida consagrada a la lectura que lo llevó a, según sus propias palabras, privilegiar una formación general, humanista y lingüística.

Al respecto, el doctor Honoris Causa por la UV, afirmó: “La lengua es el vehículo sonoro de la cultura, la lengua describe al pueblo que lo habla. Una lengua mal hablada evidencia una mala educación formal e informal”.

El también Decano de la UV, que ha formado más de 47 generaciones de antropólogos, pedagogos y especialistas en letras, sumó la máxima distinción académica de esta casa de estudios a reconocimientos como el Premio Chiapas en las Ciencias, Pergamino de la Superación Ciudadana, Pergamino de Fundador de la Facultad de Antropología y el Pergamino del Gobierno del Estado de Veracruz y del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.