Año 4 • No. 151 • septiembre 13 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Páginas Centrales

 Información General

 Date Vuelo

 
Arte Universitario  

 
Foro Académico

 Halcones al Vuelo

 
Contraportada


 Números Anteriores


 Créditos

  Falta de impulso científico frena desarrollo en Latinoamérica
Imposible, desarrollo sustentable
sin conocimientos ni sensibilidad
Edith Escalón

La clave para alcanzar un verdadero desarrollo sustentable que no sólo se base en propuestas sino en acciones, estriba en la generación del conocimiento, la vinculación universidad-sociedad y la sensibilidad socioambiental de los actores.
Al abrir los trabajos de la mesa redonda “Distribución Social del Conocimiento y Desarrollo Sustentable”, primera actividad de la Feria Internacional del Libro Universitario 2004, el investigador Ernesto Rodríguez Luna, director del Área Biológico-Agropecuaria de la UV, dijo que las instituciones de educación superior “deben asumir su responsabilidad social y ofrecer soluciones confiables desde el campo del conocimiento, además de formar profesionistas capaces de servir y trasformar a la sociedad”.

En una sala de videoconferencias de la USBI que fue prácticamente insuficiente para albergar a los cientos de interesados en el tema del desarrollo sustentable, atraídos por la alta calidad de los ponentes convocados por la UV, Arturo Gómez Pompa aseguró que la búsqueda del desarrollo sustentable debe remitir a las instituciones a recuperar también los saberes de las comunidades, cuyos habitantes han conservado durante siglos sus recursos naturales con métodos tradicionales: “tenemos que comprender que se trata de un intercambio de conocimientos, que nos permite ofrecer y recibir al mismo tiempo”.

Rodríguez Luna comentó también que es necesario que los universitarios adquieran un compromiso social, una sensibilidad frente a la pobreza y la marginación que les permita reconocer la vulnerabilidad de cada sector, pues con ello desarrollarán también un genuino interés por buscar directa o indirectamente la mejora de las condiciones de vida de la población marginada, sobre todo de la población rural.

Rodríguez Luna recordó que el objetivo de la distribución social del conocimiento es contribuir a la construcción de una sociedad, en la que precisamente el conocimiento y los valores éticos sean el motor de formas de convivencia y participación social más justas: “en esta tarea esperamos los aportes de nuestros universitarios, pues serán ellos los que formulen propuestas para hacer frente al problema del deterioro social y ambiental”.

Reconoció que ninguna propuesta será efectiva si no se crean los puentes que permitan la comunicación con la sociedad y especialmente con aquellos sectores vulnerados. Habló entonces del trabajo comunitario que desde hace años realiza la UV, de las alternativas de diversificación productiva que la institución propuso a los cafetaleros veracruzanos para enfrentar la crisis y evitar la migración; de los centros comunitarios de la UV enclavados en zonas rurales, donde se favorece el intercambio de conocimientos y el desarrollo sostenible, entre otros ejemplos.

Estas estrategias –añadió el investigador– implican necesariamente un enfoque educativo distinto de quienes participan e interactúan con los miembros de las comunidades: “A través de la participación de nuestros estudiantes hemos logrado construir junto con las comunidades una noción de auto sustentabilidad, que se constituye con nuestros conocimientos y se enriquece con el saber práctico popular de la comunidad”.

Rodríguez Luna señaló también que para acercarse más a la sociedad y “volcarle sus servicios y productos”, la Universidad debe establecer alianzas estratégicas con los representantes de los sectores sociales, civiles, particulares y gubernamentales, así como con empresas y organismos internacionales, a fin de potenciar su capacidad y aumentar su impacto.

Esta mesa fue el antecedente del congreso internacional “Casos exitosos de desarrollo sostenible”, que mostrará en mayo de 2005 la trascendencia de la vinculación universitaria con las comunidades, como una estrategia para ayudar a resolver problemas reales con propuestas concretas.