La clave
para alcanzar un verdadero desarrollo sustentable que no sólo
se base en propuestas sino en acciones, estriba en la generación
del conocimiento, la vinculación universidad-sociedad y
la sensibilidad socioambiental de los actores.
Al abrir los trabajos de la mesa redonda Distribución
Social del Conocimiento y Desarrollo Sustentable, primera
actividad de la Feria Internacional del Libro Universitario 2004,
el investigador Ernesto Rodríguez Luna, director del Área
Biológico-Agropecuaria de la UV, dijo que las instituciones
de educación superior deben asumir su responsabilidad
social y ofrecer soluciones confiables desde el campo del conocimiento,
además de formar profesionistas capaces de servir y trasformar
a la sociedad.
En
una sala de videoconferencias de la USBI que fue prácticamente
insuficiente para albergar a los cientos de interesados en el
tema del desarrollo sustentable, atraídos por la alta calidad
de los ponentes convocados por la UV, Arturo Gómez Pompa
aseguró que la búsqueda del desarrollo sustentable
debe remitir a las instituciones a recuperar también los
saberes de las comunidades, cuyos habitantes han conservado durante
siglos sus recursos naturales con métodos tradicionales:
tenemos que comprender que se trata de un intercambio de
conocimientos, que nos permite ofrecer y recibir al mismo tiempo.
Rodríguez
Luna comentó también que es necesario que los universitarios
adquieran un compromiso social, una sensibilidad frente a la pobreza
y la marginación que les permita reconocer la vulnerabilidad
de cada sector, pues con ello desarrollarán también
un genuino interés por buscar directa o indirectamente
la mejora de las condiciones de vida de la población marginada,
sobre todo de la población rural.
Rodríguez
Luna recordó que el objetivo de la distribución
social del conocimiento es contribuir a la construcción
de una sociedad, en la que precisamente el conocimiento y los
valores éticos sean el motor de formas de convivencia y
participación social más justas: en esta tarea
esperamos los aportes de nuestros universitarios, pues serán
ellos los que formulen propuestas para hacer frente al problema
del deterioro social y ambiental.
Reconoció
que ninguna propuesta será efectiva si no se crean los
puentes que permitan la comunicación con la sociedad y
especialmente con aquellos sectores vulnerados. Habló entonces
del trabajo comunitario que desde hace años realiza la
UV, de las alternativas de diversificación productiva que
la institución propuso a los cafetaleros veracruzanos para
enfrentar la crisis y evitar la migración; de los centros
comunitarios de la UV enclavados en zonas rurales, donde se favorece
el intercambio de conocimientos y el desarrollo sostenible, entre
otros ejemplos.
Estas
estrategias añadió el investigador implican
necesariamente un enfoque educativo distinto de quienes participan
e interactúan con los miembros de las comunidades: A
través de la participación de nuestros estudiantes
hemos logrado construir junto con las comunidades una noción
de auto sustentabilidad, que se constituye con nuestros conocimientos
y se enriquece con el saber práctico popular de la comunidad.
Rodríguez
Luna señaló también que para acercarse más
a la sociedad y volcarle sus servicios y productos,
la Universidad debe establecer alianzas estratégicas con
los representantes de los sectores sociales, civiles, particulares
y gubernamentales, así como con empresas y organismos internacionales,
a fin de potenciar su capacidad y aumentar su impacto.
Esta
mesa fue el antecedente del congreso internacional Casos
exitosos de desarrollo sostenible, que mostrará en
mayo de 2005 la trascendencia de la vinculación universitaria
con las comunidades, como una estrategia para ayudar a resolver
problemas reales con propuestas concretas.