México
debe establecer políticas más agresivas, ponerse
a la vanguardia en materia de educación y hacer de ésta
no un discurso político, sino una labor cuyos beneficios
se reflejen en todos los sectores de la sociedad, advirtió
Víctor A. Arredondo, durante su participación en
la mesa Retos de la Universidad en el siglo XXI, encuentro con
el que concluyó el Foro Internacional Alternativa XXI:
la distribución social del conocimiento.
El rector de la Universidad Veracruzana (UV) convocó a
las instituciones de educación del país para conformar
alianzas que permitan llevar mayores oportunidades de educación
a más mexicanos y refrendó que no existe moneda
más importante para el desarrollo que la educación.
En este sentido, aseguró que la Universidad Veracruzana
ha abierto nuevas perspectivas de educación y convocado
al resto de las instituciones de educación en el estado
para conformar un frente común de educación de alta
calidad, para lo cual la UV está en disposición
de compartir tanto su infraestructura tecnológica como
sus recursos humanos expertos en múltiples disciplinas.
Durante la mesa redonda que clausuró las actividades de
este foro que reunió a los más importantes expertos
del mundo en materia de educación distribuida, Arredondo
explicó que los vertiginosos cambios que ha sufrido la
organización social del mundo pone en tela de juicio los
modelos tradicionales de educación, por lo que las universidades
contemporáneas deben asumir un papel más activo
en la distribución social del conocimiento generado o transferido
en su seno.
En los procesos de transmisión del conocimiento, explicó,
el centro de nuestro interés debe ser no la enseñanza
vertical, sino los procesos de aprendizaje, pues han cambiado
tanto los mecanismos de socialización de los conocimientos
como la noción de los espacios educativos. Al respecto,
aseguró que la UV se ha abocado a esta tarea y que las
Unidades de Servicios Bibliotecarios de Información (USBI)
son ejemplo de sistemas educativos que soportan cualquier tipo
de iniciativa de aprendizaje, puesto que fueron concebidos como
tales.
Explicó que, desde su concepción, los salones de
clase tradicionales responden a un esquema parecido al de la producción
en serie industrial, mientras que la educación contemporánea
busca enfatizar el desarrollo individual de los estudiantes a
través de diversas experiencias educativas. Aceptó
que esto no es posible sino mediante las nuevas tecnologías
de la información, las que deben considerarse como medios
a nuestra disposición para respaldar la ejecución
de tareas sustantivas.
El rector se pronunció por derribar muros al interior de
las universidades para privilegiar la comunicación y colaboración
estrecha entre facultades, dependencias, maestros, investigadores
y estudiantes y, con ello, el desarrollo de conocimiento interdisciplinar,
pues la complejidad de los problemas actuales obligan a la colaboración
en equipo y la generación de soluciones colectivas.
Explicó que volcar el conocimiento en la realidad social
–sin que sea ésta la que imponga los modelos de solución
a los problemas– y dotar, al mismo tiempo, a los jóvenes
estudiantes del contraste con los problemas sociales a través
de la vinculación, son dos elementos que deben generar
a las nuevas universidades.
Por su parte, el representante en México de la Organización
de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y
la Cultura (UNESCO), Patricio Chávez, explicó que
luego de la última reunión mundial de educación
superior, ese organismo estableció la contribución
al desarrollo social con justicia y equidad como principio fundamental
de las reformas que las universidades del mundo deberían
realizar. Las universidades, dijo, están llamadas a buscar
soluciones a los problemas sociales y establecer el diálogo
nacional e internacional.
Chávez advirtió sobre la urgente necesidad de incorporar
las nuevas tecnologías en los modelos educativos de las
universidades del mundo y ponerlas al servicio de los cambios
sociales que lleven a la distribución social del conocimiento.
Además, se refirió a la necesidad de que las universidades
adopten otras formas de gestión no sólo para ampliar
la cobertura de su oferta educativa, sino para mejorar la calidad
de su desempeño, y de que se conviertan no en receptáculos
de información, sino constructores de conocimiento, al
mismo tiempo que rompen el desfasamiento entre ellas y la sociedad.
Según explicó, la llamada sociedad del conocimiento
plantea a las universidades incorporar a sus procesos de renovación
elementos clave para el desarrollo social como la libertad de
expresión, el reconocimiento a la diversidad, igualdad
de opciones educativas y el acceso a la información. Añadió
que las universidades deben promover el respeto a las particularidades
de cada una de las instituciones y comunidades pues “la
globalización no puede llevarnos a la homogenización
de los individuos”.
Por su parte, Luis Eugenio Todd –ex subsecretario de Educación
Superior de la sep, ex rector de la Universidad de Nuevo León
y ex secretario de Educación de Nuevo León–
advirtió que las universidades deben retomar el humanismo
que sociedades de plástico, según calificó,
han desplazado en beneficio del “mercantilismo, el liberalismo
económico y la exacerbada competencia que enferma a nuestros
jóvenes”. Todd, sin embargo, aceptó que en
la UV todavía están vigentes esos valores humanos.