Año 4 • No. 152 • septiembre 20 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
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La formación del docente, crucial
en el sistema educativo mexicano
Alma Espinosa

La formación docente ha tendido a fijar al docente
en su único papel y en el único escenario de la
institución escolar, afirmaron expertos.
Admitir la multiplicidad y la complejidad de las competencias requeridas por el buen docente, el enorme rezago de su formación y la acelerada producción de nuevo conocimiento, y el avance de las tecnologías supone admitir la necesidad del aprendizaje permanente, afirmó Reynaldo Castillo Aguilar, durante su participación en la cuarta edición de la Feria Internacional del Libro Universitario.

El académico de la Universidad Pedagógica Veracruzana (UPV) explicó que lo anterior implica asumir las múltiples identidades de los docentes, quienes no son sólo docentes, sino que son hombres y mujeres, hijos, padres y madres de familia, trabajadores, agentes comunitarios. “La formación docente ha tendido a fijar al docente en su único papel y en el único escenario de la institución
escolar”, afirmó.

En la mesa redonda La universidad, espacio de posibilidad para la formación del profesorado y su impacto social, Reynaldo Castillo consideró indispensable diversificar los escenarios, contenidos y modalidades de formación docente. “No existe el método o la modalidad más apropiada para todos y en general, cada uno tiene sus fortalezas y debilidades”, expresó.

Finalmente, el secretario Académico de la Pedagógica Veracruzana aseveró que la ausencia de una visión sistémica de la política del cambio educativo continúa y continuará reduciendo, como en el pasado, la posibilidad de hacer efectivo incluso los pequeños cambios.

En su participación, Marco Wilfredo Salas Martínez, académico de la Universidad Veracruzana y de la UPV ofreció toda una serie de lineamientos para transmitir al docente a fin de que su trabajo redunde en la formación de los alumnos. Entre los aspectos que destacó fue que es necesario evaluar y mejorar la práctica docente.

El docente debe “fungir como un agente de cambio social; desarrollar habilidades de pensamiento de los alumnos que los conduzcan a construir sus propios conocimientos y habilidades de aprendizaje; permanecer motivado para la realización de su quehacer docente; tener la sensibilidad para comprender los problemas, necesidades, formas de ser y actuar de los alumnos; ser capaz de promover y realizar trabajo en equipo; y ser conciente del compromiso y el papel que tienen con los alumnos, los padres de familia, la escuela y la sociedad”, destacó.

Además, llamó a que los docentes contribuyan a que el alumno sea respetuoso, reflexivo, crítico, participativo, honesto, cooperativo, curioso, entusiasta, investigador creativo, y demás. Wilfredo Salas consideró que es necesario para el docente “convertirse en un organizador y animador de los grupos a su cargo; tener las habilidades básicas para el manejo de medios instruccionales; y contribuir en la formación cultural y profesional del alumno”.

De igual forma, el docente debe “fungir como un tutor en las áreas académicas, sociales y familiares de sus alumnos; mantenerse actualizado en los contenidos de las áreas de enseñanza en competencia didáctica y en tecnología educativa; ser un gestor de los recursos humanos, materiales y financieros que se requieren para apoyar sus actividades académicas y sociales; y ser capaz de comprender los cambios del sistema para adecuarse a ellos”, explicó.