|
|
El
de 1968, primer movimiento
de la sociedad civil en México
Vietnam García León
|
El
movimiento estudiantil de 1968, es el primer movimiento de la sociedad
civil en México, aseguró el historiador Javier
Ortiz Aguilar, maestro de la Universidad Veracruzana, quien aseguró
que la democracia plural e incluyente no es un descubrimiento
de los neoliberales, fue un descubrimiento de la lucha política
en México, donde pugnábamos por esa libertad incluyente
desde 1968.
El catedrático de la Facultad de Historia de la Universidad
Veracruzana, entrevistado a propósito de la trigésimo
sexta conmemoración del movimiento social más plural
que ha existido en la época reciente, expresó que el
movimiento estudiantil de 1968 no tuvo una línea muy determinada
sino que fue una verdadera alianza de todos los sectores políticos
de la sociedad mexicana, que pugnaron por un objetivo común,
las libertades democráticas en México.
La verdadera transición democrática no está
en el 2000, sino en 1968, porque los participantes planteaban la necesidad
de una democracia, plural, incluyente como fundamento de todo desarrollo
económico del país y no a la inversa, afirmó
Ortiz Aguilar.
La herencia que dejó el movimiento de 1968 cubrió, sino
todos, muchos de los ámbitos de la sociedad, explicó
el historiador: desde el punto de vista de la literatura de
ficción surge la literatura de la onda,
que es antecedente inmediato de las manifestaciones literarias contemporáneas;
no puede uno entender qué pasa en la actualidad, sin leer a
Parménides García Saldaña o a José Agustín.
Desde el punto de vista de la historia, continuó, es en 1968
donde se percata de la insuficiencia de la historia oficial y hay
una coincidencia muy especial, por un lado la concienciación
del autoritarismo en el país y de una historia que la justificaba
y por el otro la llegada de Fernand Braudel a la Universidad Nacional
Autónoma de México y después se discute la escuela
de los anales, Brandel y Lucien Febre discuten lo que (ahora) es cotidiano
entre los historiadores.
Otro de los legados del 68 se da con respecto a la educación,
a la docencia, precisó el entrevistado: conocemos a Michel
Foucault y empezamos a descubrir el autoritarismo existente en las
escuelas, a partir de ese momento se discute en las facultades o por
cualquier persona que le interesaba la educación, si la educación
tiene como finalidad la reproducción del sistema o despliegue
de las capacidades humanas.
El historiador también señaló que no toda la
herencia del movimiento es propositiva, dado que en mucha medida el
68 todavía está atrapado en una concepción occidental
de la democracia, pues la concepción de multiculturalidad no
está presente sino hasta generaciones posteriores además
en nombre de la libertad en 1968 se perdió mucha formalidad,
que se expresa en la informalidad de las prácticas educativas,
en la investigación científica y en el sentido práctico.
Nos somos machos pero somos muchos
Otras de las herencias del movimiento de 1968 es la pluralidad y el
rompimiento de esquemas, cada quien se expresaba como cada quien era,
cada quien hacía los carteles que quería hacer, cosas
tan intrascendentes y otras mucho más importantes: por
mencionar alguna, recuerdo el cartel que portaba un homosexual en
el que se leía No somos machos pero somos muchos;
cada quien tenía el derecho a expresarse. |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|