Velasco Fernández llamó la atención sobre el hecho de que un alto porcentaje de las personas que más han influido durante los últimos 50 años en la economía, la industria, comercio, política y otros sectores en nuestro país, está conformado por universitarios egresados de instituciones públicas, “sin negar que de las privadas han salido excelentes egresados. Quienes piensan que a las universidades públicas se les puede disminuir el presupuesto, porque piensan que al final no pasará nada, que mediten sobre esto”, invitó.

Sin embargo, el también presidente en turno de la Junta de Gobierno de la UV, aseguró que las universidades del país están dando una respuesta frontal al ejecutivo federal a través de la anuies, la cual “ha presentado un documento formal a la cámara de diputados, pidiéndoles expresamente, con la firma de todas las universidades, que no aprueben un presupuesto que signifique una disminución no solamente para la educación superior, sino para la ciencia y la tecnología, porque también está involucrado el Conacyt”.

Agregó que “independientemente del pensamiento político del presidente o del partido que esté en el poder, se trata de un error grave, suponiendo que sea un error y no un acto de mala fe. Hay quien ha dicho que se trata de acabar con la educación pública de este país, no respaldo esa opinión, pero lo han dicho diputados, que representan al pueblo”.

Con todo, Velasco Fernández estimó probable que la reiterada disposición del gobierno federal para disminuir el presupuesto destinado a la educación superior podría derivar en situaciones críticas en el ámbito universitario como las que se vivieron en los albores de la década de los 70. Sin embargo, aclaró: “Yo me pronunciaría en contra de ello, las armas de los universitarios son el concepto, la razón, el juicio, el argumento inteligente, nunca la barricada o la violencia. Es mejor pensar que rectificarán el camino porque la protesta es generalizada y muchos diputados están convencidos de no permitir que se disminuya el dinero destinado a la educación superior”.

Investigar, enseñar y aprender son formas de ejercer libertad y autonomía
La capacidad de las universidades para investigar, enseñar y aprender sin coacción de los gobiernos federal y estatal son las mejores formas de ejercer su libertad y autonomía, advirtió Rafael Velasco Fernández durante la conferencia que, sobre el tema, sustentó este martes en la USBI-Xalapa.

Enlazado a las cinco regiones universitarias a través del sistema de videoconferencias, Velasco Fernández explicó que la autonomía universitaria comprende la facultad y responsabilidad de gobernarse a sí misma, la libertad de cátedra e investigación, la administración del patrimonio institucional y la libre discusión de las ideas, de acuerdo con lo establecido en la reforma al Artículo Tercero Constitucional de la que el propio Velasco Fernández, junto a un grupo de destacados especialistas, fue impulsor en 1978.

En este cometido, resaltó la labor que tanto la Junta de Gobierno de la UV como el resto de los cuerpos colegiados del tipo en las universidades del país han tenido en el ejercicio cabal de las autonomías universitarias y advirtió que la independencia de juicio y acción que las caracteriza han sido refrendadas en más de una ocasión.

Como ejemplo, recordó que en 1968 la junta de gobierno de la UNAM no se doblegó frente al mandato presidencial que llevó al rector Javier Barros Sierra a presentar su renuncia durante los conflictos estudiantiles y no admitió la renuncia del funcionario.

Velasco explicó que la autonomía universitaria emana de la autoridad que la sociedad le confiere y se funda en el poder de la razón y no en el de la fuerza y advirtió que ésta no es un privilegio, sino un derecho y una responsabilidad.

Además, advirtió que la autonomía universitaria implica un grave compromiso moral y la necesidad de que los universitarios ratifiquen que saben ser libres.

Velasco Fernández es fundador de la Junta de Gobierno surgida cuando la Legislatura del Estado de Veracruz concedió la autonomía de la UV en 1996 y que, entre otras iniciativas, ha llevado a esta casa de estudios a someterse a poco más de 340 auditorías internas, 15 externas, cinco del Órgano de Fiscalización del gobierno estatal (Orfis) y dos realizadas por la federación, lo
que le ha convertido en la universidad más auditada del país por voluntad propia.