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El día
que dejemos de creer que podemos hacer lo que queramos, será
porque lo estamos haciendo, el día que nuestras acciones
rebasen no sólo nuestros pensamientos sino también
nuestras palabras, estaremos alcanzando y viviendo nuestros propios
sueños, conquistando nuestras propias metas, rebasando nuestros
propios miedos.
Dedicamos tanto tiempo a pensar, que si cronometráramos esos
lapsos nos sorprendería la cifra y si la comparáramos
con las actividades realizadas en un día éstas serían
una mínima parte.
Las decisiones que cada persona, estudiante, profesor, directivo
tome es parte de un proceso de pensamiento que normalmente ya es
un hábito, seguimos las mismas estrategias, directrices,
normas, no sólo que hemos seguido los últimos años,
sino también que han seguido las últimas generaciones
a las nuestras, clonamos soluciones, olvidamos nuestro capacidad
deductiva y nos dejamos llevar por nuestras intuiciones.
El pensar en sí no es tiempo perdido, lo es cuando caemos
en lo mismo, cuando no generamos nada nuevo, cuando nuestros pensamientos
son angustiantes, cuando no nos dejan dormir, ya no es tiempo de
“pensar” que puedo pasar un examen, debemos “idear?
cómo pasarlo con anticipación y ‘actuar”
de ese modo, ya no es tiempo de creer que puedo hacer lo que quiero
porque soy libre, es el momento de vivir libre y comprobar que se
puede hacer lo que se quiere, pero aceptando las responsabilidades
que nuestras acciones traen consigo.
No esperemos algo fácil, rápido o gratis para hacerlo
o tomarlo. La competencia es buena si los competidores son buenos,
la selección existe si hay de dónde elegir, el triunfo
se obtiene cuando se puede superar, no ignorar a los demás.
Es tiempo de demostrar que tu camino no es el mismo de los demás,
que tus propósitos no son copia de los propósitos
de otro, porque nadie mejor que tú sabe que es lo que en
estos momentos estás necesitando, búscalo, alcánzalo
o ponte en su camino para que tropiece contigo, las oportunidades
hay que crearlas, no esperemos que el desempleo se solucione cuando
otro decida darnos trabajo, no esperemos a aprender hasta que otro
decida enseñarnos, crece y en la medida que lo hagas quienes
te rodean crecerán contigo sin que te lo propongas y quien
no pueda crecer se alejará de ti, se paciente más
no olvides, sé cauteloso más no dejes de buscar, sé
tolerante más no sumiso, sé inteligente más
no arrogante.
Así sabrás que has conquistado tu mente y que estás
listo para cualquier otra conquista. Sólo cuando has sido
mejor que otro puedes tener la certeza de que lo eres, sólo
cuando has realizado tus propósitos y tus metas puedes estar
seguro de que tienes la capacidad para ello, sólo cuando
has superado el miedo y el dolor puedes estar seguro de que realmente
tienes esa habilidad, pero necesitas vivirlo, sólo se puede
decir que un jugador es bueno cuando se le ha visto jugar,
no antes.
Conquista tu mente demostrándote que los pensamientos son
certezas, que las ideas si pueden hacerse táctiles, que los
sueños son reales y que tu fuerza y voluntad son quienes
los alimentan, conquístala y estarás preparado para
olvidar los pretextos, las excusas, las mañas que se arrastran
por generaciones, conquístala y serás mejor persona
y harás de todo lo que te rodee un mejor lugar.
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