|
|
Mi
experiencia en Unapei
Cristina Cabrera Melo (Octavo semestre
de Antropología Social)*
|
Gracias
a la Unapei, cada vez hay más estudiantes
beneficiados con las becas Pronabes, como es
el caso de Cristina Cabrera Melo.
|
Para
empezar quiero agradecer a la Unidad de Apoyo Académico para
Estudiantes Indígenas (Unapei), por darme la oportunidad
de estar aquí, de compartir con ustedes y sobre todo, de hacer
válida la voz de los estudiantes indígenas, que no por
ser grupos minoritarios dentro del ámbito universitario dejamos
de estar presentes.
Ser indígena representa un cúmulo de aspectos, de características
que no sólo se cargan en la vestimenta, en el habla o en lo
que comúnmente denominamos rasgos culturales, pues esto va
más allá, nuestra identidad indígena se caracteriza
por la manera de vernos a nosotros mismos, de diferenciarnos del otro,
del mestizo. Al hablar de ser indígena también hablamos
de un proceso social, histórico y cultural, pues si bien es
cierto, la identidad se delimita por ámbitos externos, éstos
han encarnado en nuestras pieles una estigmatización social,
en donde nosotros somos los pobres, los ignorantes, los patarrajada,
los sucios, los que no sabemos hablar español y hablamos dialecto.
No obstante, reconozcamos que la realidad social va cambiando, que
los límites y las fronteras sociales se van haciendo cada vez
más estrechas, ahora los indígenas estamos por todas
partes, en las ciudades y hasta en las universidades.
Sin embargo, es precisamente en los espacios que mencionaba, en donde
se pretende olvidar lo que somos, por temor a ser rechazados, a ser
menos, a ser motivo de vergüenza.
Qué decir del ambiente universitario al cual me enfrenté
por primera vez hace cuatro años, viniendo de una zona indígena
y rural, fue difícil adaptarme a la ciudad, a la escuela, a
los amigos, al estilo de vida tan peculiar de la zona urbana. Realmente
entré en un choque cultural, pero tuve que adaptarme, pues
sino lo hacía podía decirle adiós a los sueños
de ser una antropóloga. Por otra parte, otro problema después
de las dificultades de adaptación al medio fueron las limitantes
económicas. Ser estudiante en una Universidad, aunque sea pública,
implica gastos económicos que estando en el pueblo eran inequiparables.
Vivir y sobrevivir son cosas distintas, lo último es lo que
tuve que enfrentar como estudiante, teniendo en ocasiones que trabajar
para comer, o medio comer, medio dormir, medio estudiar para sacar
el promedio que me permitiera conseguir una beca. Muchos, al igual
que yo, hemos vivido así, al día, esperando regresar
al pueblo en vacaciones para ver a la familia. |
Somos cada vez
más los que nos integramos a la lista
de estudiantes indígenas, que es un distintivo de
orgullo y satisfacción
|
|
Otro
factor importante en mi estancia en la ciudad, fue el alejamiento
a mi identidad étnica. De manera personal puedo decir, que
en la Universidad me alejé, e incluso negué mi procedencia,
no lo hice por vergüenza, pero sí como un mecanismo
de protección al otro. Temí ser menospreciada por
venir de una zona indígena, que se pusieran en entredicho
mis capacidades, de no ser aceptada por la sociedad.
Sin embargo, me es gratificante saber que hay espacios en los cuales
podemos sentirnos bien, en donde encontramos a varios de nosotros.
Refiriéndome de manera específica a la Unapei,
ésta ha logrado una revalorización de lo que soy,
como estudiante me ha motivado y orientado en dificultades académicas,
me orientó sobre las becas y gracias a lo cual conseguí
la beca Pronabes, ha reafirmado mi compromiso social y, sobre todo,
me ha hecho crecer como persona.
Es verdaderamente valorado por mí y también por los
demás estudiantes indígenas, el que existan espacios
como éste, en la Universidad llegamos a formar parte de una
masa homogénea en donde nos perdemos y en donde personas
con nuestras características llegamos a negarnos.
Quiero dar gracias a la Fundación Ford, a la ANUIES y a la
Universidad Veracruzana por brindar el espacio Unapei, por y para
los estudiantes de zonas rurales e indígenas, creo que el
trabajo y el servicio en ayuda del otro es una labor muy noble,
que se verá recompensada por algunos de nosotros el día
de mañana. Pues nuestro compromiso y ética como profesionistas
indígenas estará encauzada a reconocernos, a valorar
nuestra cultura y devolver a nuestras comunidades y en general a
nuestra sociedad lo que nos ha dado.
Esperamos que los espacios se sigan abriendo y por último,
sólo me queda decir que La Unidad de Apoyo Académico
para Estudiantes Indígenas es un gran apoyo a nuestra formación
en la Universidad, somos cada vez más los estudiantes que
nos integramos a la lista de estudiantes indígenas que más
que una etiqueta, para mí, es un distintivo de orgullo y
satisfacción. El éxito de Unapei creo se ve reflejado
en nosotros mismos y la manera de expresarnos al hablar de ésta.
Xalapa, Veracruz., a 1 de abril de 2004.
* Palabras pronunciadas durante el convenio de entrega de recursos
del Programa de Apoyo a Estudiantes Indígenas.
|
|
|
|