Año 4 • No. 158 • noviembre 8 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Páginas Centrales

 Información General

 Compromiso Social

 Arte Universitario

 Foro Académico

 Halcones al Vuelo


 Contraportada


 Números Anteriores


 Créditos

 
Aseguró el investigador de la U de G, Víctor Ramos Cortés
Aún en debate la laicidad del estado mexicano
Edgar Onofre
La laicidad del estado mexicano aún se encuentra en debate, pues las nociones alrededor de ella oscilan entre la mera ausencia de principios religiosos en el funcionamiento del estado y la obligación de éste para promover y garantizar la libertad de cultos en nuestro país, aseguró el investigador de la Universidad de Guadalajara, Víctor Ramos Cortés, en el marco del XVIII Congreso Religión, Sociedad y Política que se inauguró este lunes en la Universidad Veracruzana (UV).

Durante la mesa redonda Políticas Públicas y Religión, Ramos Cortés aseguró que las políticas públicas en materia de religión no pueden ser obtenidas de la inspiración devota, sino que en su establecimiento debe mediar el análisis de las Ciencias Sociales pues, de lo contrario, establecer normas para la convivencia colectiva a partir de los fundamentos de la fe podría llevar al fundamentalismo.

Además, resaltó que la participación ciudadana en el establecimiento de políticas públicas en materia de religión es todavía menor que en el resto de los temas de la agenda nacional y que, a causa de ello, aquéllas continúan negociándose entre las cúpulas del estado y las asociaciones religiosas. Así, el investigador dijo que en materia de religión la cultura política preserva un carácter corporativista y que, derivado de ello, «por políticas públicas en materia de religión se entiende la relación que guarda el Estado con los líderes de las asociaciones religiosas».

Sin embargo, el investigador encontró positiva la interlocución recientemente pública entablada entre líderes religiosos y el Estado y que permite llevar a debate nacional estos temas. Con todo, Ramos Cortés pidió revalorar el carácter que revisten las relaciones entre ambas esferas pues, dijo, el hecho de que sea la Secretaría de Gobernación quien atiende a los religiosos hace de éstos actores políticos cuando, en su opinión, tal vez habría de ser un tema para abordarse desde la cultura nacional en lo que denominó un organismo desconcentrado parecido a algo como el Conaculta (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes) religioso.

Empero, Ramos Cortés aceptó que la normatividad estatal alrededor de las asociaciones religiosas es un área relativamente nueva que requiere de expertos y, en este sentido, destacó que las universidades deben formar los cuadros que determinen políticas públicas que garanticen la libertad de cultos.

El investigador tapatío advirtió, además, que México debe aceptar la diversidad de religiones como parte de su multiculturalidad pero advirtió, al respecto, que los mexicanos no deben confundir el brote de algunas nuevas iglesias que apenas buscan el lucro de la fe con diversidad y pluralidad de cultos.