Año 4 • No. 158 • noviembre 8 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
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Enseñan a futuros agrónomos sistemas indígena de cultivo
Permite agroecología sembrar en zonas áridas
Edith Escalón
Los tecallis, una técnica que permite cultivar en tierras semiáridas de las márgenes de los ríos cuando éstos descienden su caudal, es una de las estrategias que la agroecología indígena ha desarrollado para que los campesinos dejen de depender de los cultivos de temporal.

Sus características, beneficios y aplicaciones, así como el estudio de caso de una comunidad náhuatl del estado de Guerrero que puso en práctica los tecallis, fue presentado por la investigadora Silvia del Amo, del Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) de la Universidad Veracruzana.

Silvia del Amo
Según dijo la investigadora, quien además imparte cursos de Agroecología en la Facultad de Ciencias Agrícolas (FCA), la zona nahuatl que estudió junto al río Mezcala, cerca de Iguala, tiene sitios muy áridos y selvas bajas que en época de secas están «totalmente pelonas», por lo que todos los arenales que deja el río parecen un verdadero desierto.

Al participar en la Semana de la Ciencia y la Tecnología que organiza la FCA de la UV, Del Amo explicó que en las orillas de los ríos donde las comunidades hacen sus cultivos, el caudal llega a descender hasta cuatro metros, dejando riqueza orgánica que ellos aprovechan para cultivar.

“Sin esta técnica los indígenas no podrían cultivar en época de secas y tendrían que conformarse con la cosecha de temporal (de mayo a noviembre), y en los otros meses no tendrían ninguna manera de cultivar nada en la zona en la que viven”, comentó la investigadora.

Según este reporte, los campesinos indígenas de esta región migran hacia el río balsas en estos meses y se dan el lujo de llegar a producir hasta 25 especies diferentes, que destinan para venta o para trueque, independientemente de la parte que destinan para el autoconsumo comunitario. Entre sus cultivos principales se encuentran la sandía, el maíz, el chile, las flores de muertos, chile, tomate, jitomate, ajonjolí, entre otros.

Silvia del Amo explicó que este es un sistema de producción muy focalizado, pues utilizan dos fertilizantes naturales que no es común encontrar en otros sitios: guano de murciélago y nidos abandonados de hormigas.

Respecto a la posibilidad de utilizar una técnica similar en Veracruz, un estado bañado de norte a sur por numerosos ríos, la investigadora aseguró que “el guano no podría conseguirse aquí, pero los nidos de hormigas sí. Tal vez no es posible traer todo el modelo, pero sí inspirarnos en él para construir un sistema propio”, explicó.

Presentes en la conferencia, estudiantes y académicos universitarios reconocieron que es ahora cuando la conciencia internacional ha resurgido con mayor fuerza en torno a la ciencia de la conservación. “El manejo de los recursos naturales basado en los conocimientos empíricos que muchos grupos étnicos han desarrollado durante miles de años en el mundo es inapreciable”, dijeron.

Reconocieron que esto no significa “ir hacia atrás”, sino retomar muchos de los elementos funcionales de esos tipos de sistemas de producción, para hacer otros modelos de producción tomando esos principios que no impactan al medio ambiente.

Por último la investigadora del Citro explicó que en México hay muchos ejemplos de sistemas de cultivo desarrollados por grupos que vivieron en contacto con el agua: en México, el ejemplo más importante es el de las Chinampas.