Año 4 • No. 158 • noviembre 8 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
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Activa, la participación de la iglesia
para solucionar problemas sociales
Dunia Salas Rivera
Es responsabilidad cristiana de los miembros de la iglesia católica la búsqueda y propuesta de soluciones a la problemática de la sociedad, y por ello no deben tampoco rehuir la participación en la vida política de la nación, aseguró el padre José Teódulo Guzmán en su conferencia “La pastoral social de la iglesia católica en el Veracruz Contemporáneo” en el marco del XVIII Congreso: Religión, Sociedad y Política, organizado por la Universidad Veracruzana y otras instituciones.

Después de explicar que la pastoral social de la Iglesia consiste en el conjunto de orientaciones generales, criterios de vida y líneas de acción que los pastores proponen a todos los cristianos católicos para su actuar social en el mundo actual, resaltó que la católica ha participado de manera activa en ese tema, principalmente a partir del concilio Vaticano II (a mediados de los 60), cuando el episcopado mexicano ofreció al pueblo “una nueva interpretación socio-histórica de la actuación de la iglesia mexicana en los siglos anteriores, y una nueva visión de su propia misión en los escenarios del siglo XXI”.

José Teódulo Guzmán.
El sacerdote católico aseguró que desde la Conferencia del Episcopado de América Latina, celebrada en Medellín, Colombia, tres años después de terminado el Concilio Vaticano II, la Iglesia Católica denunciaba ya una serie de tensiones que vivía América Latina (AL) a causa de la desigualdad social y del colonialismo interno.

Lo importante con esas denuncias es que no sólo analizaron los efectos del empobrecimiento creciente de AL sino que señalaron sus causas estructurales tales como “la economía de libre mercado en su expresión más rígida, la ideología de la seguridad nacional, las ideologías materialistas que no respetan la dignidad de la persona y su libertad, y el autoritarismo de algunos regímenes que atentan contra la democracia y los derechos humanos”.

Ya entonces la Iglesia católica señalaba ciertos fenómenos que distorsionan la vida social y política, entre los cuales el padre Teódulo citó: el intercambio desigual en el comercio internacional, la fuga de capitales económicos y humanos, la evasión de impuestos, la carga inicua de la creciente deuda externa, los monopolios trasnacionales y el empobrecimiento creciente de nuestros países.

A decir del padre Teódulo, la solidaridad con los pobres y el compromiso de defender sus derechos y su cultura debe ser una opción preferencial para todos los cristinos católicos. Así, 10 años después la Conferencia Episcopal reconocía ciertos avances en la toma de conciencia por parte del pueblo católico respecto de la problemática social y política.

Enfatizó sobre el papel de servicio que debe tener el gobierno y citó una declaración de la Conferencia General de los obispos católicos en AL celebrada en Santo Domingo; en el documento dice: “Los Estados no conceden esos derechos (los humanos); a ellos les corresponde protegerlos y desarrollarlos, pues pertenecen al hombre por naturaleza”.

La conclusión que los obispos obtuvieron del análisis que hicieron acerca del aumento de la pobreza y la violencia, el empobrecimiento en el campo, la marginación y exclusión de muchas comunidades indígenas, crecimiento e flujos migratorios, es que “por ello es preciso atender en sus causas los nuevos fenómenos de pobreza violencia y criminalidad, para de esta manera evitar en lo posible la ejecución de medidas de fuerza como solución a los graves problemas sociales de México”, aseveró.

Resaltó el hecho de que los pastores de la iglesia católica abordan exhaustivamente aspectos económicos, sociales, políticos y culturales desde una perspectiva cristiana y que la Carta Pastoral calificó de irreal, inestable e inmoral el modelo de gobierno que sostiene al mercado como dinamismo central en el desarrollo de un país.

Reconoció sin embargo que el discurso pastoral rebasa por mucho a una auténtica praxis social eclesial, que sea persistente, eficaz y consistente, para dar credibilidad al mensaje cristiano de la justicia social y la solidaridad cristiana.

Las principales líneas de acción que la iglesia católica realiza en Veracruz, según el presbítero son: organización de cursos y talleres con grupos parroquiales para analizar la realidad social; realización de cursos de capacitación en parroquias para crear cooperativas de ahorro y consumo; promoción y defensa de derechos humanos principalmente en áreas rurales e indígenas; participación política, principalmente en observación electoral en comicios federales y estatales.

Mencionó además la labor que realiza la organización Cáritas, que se ocupa de dar atención a los ancianos desprotegidos, ofrece hospedaje temporal a forasteros y comida casi gratuita a más de un centenar de indigentes diariamente.