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Ofiuco:
la decimotercera constelación zodiacal
Arturo Iván Gómez Ruiz
(Facultad de Física e Inteligencia Artificial) |
A
través de los tiempos la imaginación del hombre ha
construido infinidad de cosas en pro de sus necesidades físicas
o sólo por satisfacer la curiosidad de su intelecto, así
llegó la humanidad a poner la semilla de lo que ahora es
la ciencia.
La astronomía es la ciencia que trata de la posición,
movimiento y constitución de los cuerpos celestes. El firmamento
fue uno de los primeros lugares donde el hombre colocó su
imaginación. En él creyó ver figuras que se
encontraban en su vida común y también representó
en ellas sus mitos y leyendas. Estas figuras son las llamadas constelaciones.
Los primeros
estudios dirigidos a las estrellas los hizo la astrología,
que trataba de exponer la acción de los cuerpos celestes
sobre las cosas del mundo; pretendía revelar futuros acontecimientos
considerando la posición y aspecto de los astros en determinado
momento.
Los caldeos creían que los astros manifestaban la voluntad
de los dioses y que ésta podía saberse observando
cuidadosamente sus movimientos. Suponían que la posición
de los astros, en el momento de nacer un hombre, indicaba el destino
de su vida. Bajo este principio se fundó la astrología,
y quienes se dedicaron a su estudio establecieron las constelaciones
Zodiacales. |
El
Zodiaco es una franja que se encuentra en una zona que abarca nueve
grados a cada lado de la eclíptica, camino aparente que recorre
el sol por entre las estrellas durante el año. En la franja
Zodiacal, los griegos, hace dos mil años, colocaron un conjunto
de doce constelaciones llamadas constelaciones del zodiaco, las cuales
fueron alojadas en casillas rectangulares. A la mayoría de
estas constelaciones les fueron asignados nombres de animales de la
mitología griega. En dicha franja ocurren los movimientos de
la luna y los planetas, a excepción de Plutón que se
sale un poco de ella. La vigencia de una constelación la determina
la posición en línea recta de la Tierra, el sol y el
conjunto de estrellas que forman la constelación. Por ello
la constelación vigente de acuerdo con el zodiaco no puede
ser vista, por que la oculta el brillo del sol.
Por otro lado, las ideas cosmológicas que se encuentran en
boga en nuestros días nos hablan de un universo que está
en constante movimiento: el sol se traslada alrededor de nuestra galaxia
y ésta se mueven en relación con sus vecinas. La Tierra
misma efectúa varios movimientos; además de los de rotación
y traslación, su órbita realiza un moviendo cíclico
de 100 mil años en torno al sol, un ciclo de 41 mil años
en la inclinación del eje de rotación y un ciclo de
23 mil años en la rotación del mismo. Este último
es llamado movimiento de presesión, y consiste en un comportamiento
análogo al cabeceo de un trompo cuando está terminando
su rotación. Tiene su origen en la influencia gravitacional
del sol y la luna sobre el ecuador terrestre en rotación. Principalmente
la presesión terrestre ha causado que la posición relativa
Tierra-sol-constelaciones haya cambiando desde que los griegos establecieron
el Zodiaco, por ello las vigencias asignadas a sus constelaciones
y el número de ellas lo ha hecho también. De acuerdo
a la convención celebrada en 1922 por la Unión Astronómica
Internacional, se establece el Zodiaco en 13 constelaciones con límites
bien rigurosos. Las fechas de la vigencia del paso del sol por tales
constelaciones varían según el lugar del planeta y el
año del siglo en el que se esté interesado.
Ofiuco (Ophiucus) es la constelación número 13
y está situada entre Escorpio y Sagitario; el Sol se encuentra
en esta constelación entre el 29 de noviembre y el 15 de agosto,
un periodo mayor que el de Escorpio. En al antigüedad era conocido
como el serpentario y representa a un hombre con una serpiente enrollada
en su cuerpo.
Desde el advenimiento de la astrología dos mil años,
resulta sorprendente que en nuestros días gran parte de la
población mundial aun siga admitiendo alguna influencia de
las constelaciones zodiacales en las actividades humanas. Hasta donde
sabemos, no hay fuerza física considerable, procedente de las
estrellas que forman las constelaciones del Zodiaco, que influya sobre
las formas de vida terrestre. Si bien es cierto que el sol y la luna
han influido en el desarrollo de la vida en la Tierra, la influencia
ha sido igual para todo organismo común, esto es, no hay dependencia
con la vigencia de las constelaciones zodiacales. Otro de tantos errores
que la astrología mantiene es concebir al zodiaco como estático,
visión comparable a las creencias Tolemaicas de la inmovilidad
de la Tierra en el centro del Mundo; es decir, para la astrología
aún se vive en la Edad Media.
En la ciencia actual, hasta los astrónomos mismos pueden prescindir
de las constelaciones, en su lugar utilizan coordenadas parecidas
a las dadas por los meridianos y paralelos terrestres. Sin embargo,
dejando a un lado la parte negativa que ha legado la astrología,
los astrólogos hicieron descubrimientos de importancia que
dieron la pauta para los fundamentos de la astronomía moderna.
Según versiones griegas y romanas, los egipcios, siguiendo
los pasos de los caldeos, lograron medir el diámetro del sol,
el tamaño de la luna, y descubrir los movimientos de Venus
y Mercurio en torno al sol. |
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