Año 5 • No. 159 • noviembre 16 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
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Ofiuco: la decimotercera constelación zodiacal
Arturo Iván Gómez Ruiz
(Facultad de Física e Inteligencia Artificial)

A través de los tiempos la imaginación del hombre ha construido infinidad de cosas en pro de sus necesidades físicas o sólo por satisfacer la curiosidad de su intelecto, así llegó la humanidad a poner la semilla de lo que ahora es la ciencia.

La astronomía es la ciencia que trata de la posición, movimiento y constitución de los cuerpos celestes. El firmamento fue uno de los primeros lugares donde el hombre colocó su imaginación. En él creyó ver figuras que se encontraban en su vida común y también representó en ellas sus mitos y leyendas. Estas figuras son las llamadas constelaciones.

Los primeros estudios dirigidos a las estrellas los hizo la astrología, que trataba de exponer la acción de los cuerpos celestes sobre las cosas del mundo; pretendía revelar futuros acontecimientos considerando la posición y aspecto de los astros en determinado momento.

Los caldeos creían que los astros manifestaban la voluntad de los dioses y que ésta podía saberse observando cuidadosamente sus movimientos. Suponían que la posición de los astros, en el momento de nacer un hombre, indicaba el destino de su vida. Bajo este principio se fundó la astrología, y quienes se dedicaron a su estudio establecieron las constelaciones Zodiacales.

El Zodiaco es una franja que se encuentra en una zona que abarca nueve grados a cada lado de la eclíptica, camino aparente que recorre el sol por entre las estrellas durante el año. En la franja Zodiacal, los griegos, hace dos mil años, colocaron un conjunto de doce constelaciones llamadas constelaciones del zodiaco, las cuales fueron alojadas en casillas rectangulares. A la mayoría de estas constelaciones les fueron asignados nombres de animales de la mitología griega. En dicha franja ocurren los movimientos de la luna y los planetas, a excepción de Plutón que se sale un poco de ella. La vigencia de una constelación la determina la posición en línea recta de la Tierra, el sol y el conjunto de estrellas que forman la constelación. Por ello la constelación vigente de acuerdo con el zodiaco no puede ser vista, por que la oculta el brillo del sol.

Por otro lado, las ideas cosmológicas que se encuentran en boga en nuestros días nos hablan de un universo que está en constante movimiento: el sol se traslada alrededor de nuestra galaxia y ésta se mueven en relación con sus vecinas. La Tierra misma efectúa varios movimientos; además de los de rotación y traslación, su órbita realiza un moviendo cíclico de 100 mil años en torno al sol, un ciclo de 41 mil años en la inclinación del eje de rotación y un ciclo de 23 mil años en la rotación del mismo. Este último es llamado movimiento de presesión, y consiste en un comportamiento análogo al cabeceo de un trompo cuando está terminando su rotación. Tiene su origen en la influencia gravitacional del sol y la luna sobre el ecuador terrestre en rotación. Principalmente la presesión terrestre ha causado que la posición relativa Tierra-sol-constelaciones haya cambiando desde que los griegos establecieron el Zodiaco, por ello las vigencias asignadas a sus constelaciones y el número de ellas lo ha hecho también. De acuerdo a la convención celebrada en 1922 por la Unión Astronómica Internacional, se establece el Zodiaco en 13 constelaciones con límites bien rigurosos. Las fechas de la vigencia del paso del sol por tales constelaciones varían según el lugar del planeta y el año del siglo en el que se esté interesado.

Ofiuco (Ophiucus) es la constelación número 13 y está situada entre Escorpio y Sagitario; el Sol se encuentra en esta constelación entre el 29 de noviembre y el 15 de agosto, un periodo mayor que el de Escorpio. En al antigüedad era conocido como el serpentario y representa a un hombre con una serpiente enrollada en su cuerpo.

Desde el advenimiento de la astrología dos mil años, resulta sorprendente que en nuestros días gran parte de la población mundial aun siga admitiendo alguna influencia de las constelaciones zodiacales en las actividades humanas. Hasta donde sabemos, no hay fuerza física considerable, procedente de las estrellas que forman las constelaciones del Zodiaco, que influya sobre las formas de vida terrestre. Si bien es cierto que el sol y la luna han influido en el desarrollo de la vida en la Tierra, la influencia ha sido igual para todo organismo común, esto es, no hay dependencia con la vigencia de las constelaciones zodiacales. Otro de tantos errores que la astrología mantiene es concebir al zodiaco como estático, visión comparable a las creencias Tolemaicas de la inmovilidad de la Tierra en el centro del Mundo; es decir, para la astrología aún se vive en la Edad Media.

En la ciencia actual, hasta los astrónomos mismos pueden prescindir de las constelaciones, en su lugar utilizan coordenadas parecidas a las dadas por los meridianos y paralelos terrestres. Sin embargo, dejando a un lado la parte negativa que ha legado la astrología, los astrólogos hicieron descubrimientos de importancia que dieron la pauta para los fundamentos de la astronomía moderna.

Según versiones griegas y romanas, los egipcios, siguiendo los pasos de los caldeos, lograron medir el diámetro del sol, el tamaño de la luna, y descubrir los movimientos de Venus y Mercurio en torno al sol.