Comentó
que su dimensión, proporciones, características icónico-textuales,
distancias de lectura, género, técnicas de expresión
y de impresión, entre muchos elementos más, lo convierten
en uno de los contextos físicos que mayores posibilidades
ofrecen al diseñador y transmisión de determinado
mensaje:
Para mí, una de las propiedades más interesantes
de este lenguaje la constituye su cambio de formato, al tiempo que
mantiene la misma información. La creatividad del diseñador
se confronta en el manejo del espacio, mediante el reordenamiento
de la imagen y el texto.
Para Consuegra, otra característica del cartel es lo público.
Debe su existencia a la calle, a los muros, a las paradas de autobuses,
a las estaciones del metro, y está destinado a ser reproducido,
a tener una existencia múltiple. Su vida es efímera,
transitoria, expuesta siempre a una competencia visual, algunas
veces aislado y, otras, enfrentado en número y tamaño
con otros, pero lo cierto es que su propósito nunca ha sido
el de existir como objeto único.
Pienso que el cartel está vigente y así seguirá,
a pesar de los cambios vertiginosos que experimentan los medios
masivos de comunicación. El transeúnte desprevenido
siempre se topará, a la vuelta de la esquina, con un cartel
que lo sorprenda, lo conmueva, lo seduzca e incluso, ¿por
qué no?, que le provoque una agresión. En consecuencia,
creo que tendremos cartel para rato.
Ronald Shakespeare también visitó Xalapa, él
es un diseñador que ha hecho importantes aportaciones como
el avance realizado sobre los espacios públicos, sobre la
ciudad y sus servicios comunitarios. Para él, el estudio
ha recorrido un camino que no siempre hemos procurado. Una mirada
hacia la historia reciente del país da cuenta clara de cómo
fueron y cómo pudieron ser las intervenciones de diseño.
Efectivamente durante mucho tiempo -tal vez 15 ó 20
años- la obsesión de una gráfica perenne anclada
sobre materiales duros y agarrada al hormigón de la ciudad
fue nuestro modo de mirar el oficio, de concebir y justificar nuestra
praxis. Fueron buenos tiempos, dijo.
Y aseguró: De todos modos hemos hecho simultáneamente
casi mil marcas y signos en 35 años de gestión. Los
proyectos arriban al taller en forma cíclica. Las nuevas
señales de estos últimos años tienen mucho
que ver con los cambios producidos en el mundo, con la naturaleza
de las obras que las contienen y el consecuente requerimiento de
estimulación.
Para el diseñador argentino, nosotros nos hemos formado en
la convicción de una señal con auténtico rol
ordenador. Recientemente se ha despertado en el mundo una corriente
de requerimiento que demanda a los estímulos públicos
una fuerte participación en el paisaje doméstico de
las obras, una auténtica capacidad persuasiva y por supuesto
estimulación: Estamos aprendiendo a vislumbrar el futuro.
Julián Naranjo llegó desde Chile a la Bienal para
hablar de cómo pareciera que en la era digital y del movimiento,
el cartel como medio está viviendo sus últimos
momentos: A lo largo de la historia, se pensó que muchos
medios desaparecerían, como sucedió con la radio,
cuyo caso es paradigmático, y con el cine, los cuales, después
de un tiempo de profunda crisis, se revitalizaron manteniendo su
vigencia.
Añadió
también que está seguro de que algo similar ocurrirá
con el cartel. Puede ser que, por algún tiempo, mute hacia
otras expresiones, pero en algún momento volverá a
revalorizarse aún más, dado que su condición
natural radica en lo monolítico de su expresión: En
un mundo cargado de medios vertiginosos y en movimiento, el cartel
como soporte constituye un descanso, una pausa, y este
noble recurso jamás morirá.
|