Año 5 • No. 159 • noviembre 16 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
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Teatro en breve
Roberto Benítez

Cuando era niño, a la salida de mi Jardín de niños, entre la eterna venta de dulces, un hombre prometía un espectáculo para nuestros ojos mediante unos discos de cartón y un aparatillo, llamado view master, un visor que era como un cinito portátil. La curiosidad nos llevaba a preguntarles a los otros qué era eso, qué tal estaba tal o cual historia y poco era lo que podían referirnos. Había que cerciorarse por uno mismo. Así, pagábamos unos centavos y nos entregábamos a la narración de historias como Peter Pan, La Cenicienta y otras, a través de una serie de trasparencias que mostraban momentos clave de cuentos clásicos. Dirigíamos el aparato a la luz y poco a poco íbamos cambiando las imágenes. Sí, como en sus principios se gestó el cinematógrafo.

Hace un par de semanas y con motivo del nacimiento de Don Gabilondo Soler, mejor conocido como Cri-Cri, tuve la oportunidad de ver un breve espectáculo alusivo a las canciones de este destacado músico y he de señalar el interés que me despertó. No es sólo la natural nostalgia infantil que evocan los artífices de “La gaveta del rincón”, es más bien la propuesta sencilla y efectiva la que hace valioso este diminuto suceso teatral. Porque vamos a ver, para empezar: ¿será teatro o no el asomarse a una caja similar a la de los antiguos fotógrafos? Yo pienso que lo es, la ficción habita en el espectáculo, cumple cabalmente con los elementos que constituyen este arte y no sólo eso, los explora y enriquece. El tiempo, el espacio, la ficción, el actor y el público están allí.

Alguien me preguntará ¿y qué fue lo que vi? Explicarlo sería casi como asesinar
a la curiosidad y dejar vivo al gato…

Ante esta carrera desalmada del espectáculo con más grandilocuencia, más efectos, más color, más sonido, más todo… pero con el frecuente vacío de lo que se quiere decir, es altamente gratificante ver el entusiasmo de niños y adultos por averiguar qué habrá en ese cajón que anuncian como “La gaveta del rincón”. La cola se forma hasta que nos toca pasar, esperamos, ya que sólo se pasa de tres en tres espectadores. Cada función de Quién es el que anda ahí sólo dura tres minutos, así que paciencia y serenidad.

Cuando pasamos, estamos indefensos ante lo desconocido, las armas para el viaje son unos audífonos y nuestros ojos que se colocan frente a una mirilla de espía. Tercera llamada y todo comienza… Lo que sigue sólo se puede saber estando allí, lo único que podría decir es que lo que se ve admira, divierte, gusta y merece el aplauso.

La propuesta de este trabajo es de David Arón Estrada y Lorenzo Portillo y hasta donde entiendo tienen otras historias en este formato. Mis mejores deseos porque este “llevar el teatro a cuestas” cada día los entusiasme y les enseñe mucho más. El público ha dado su respuesta: le interesa verlo, a pesar de la cola y la espera, el teatro honesto siempre vale la pena.

Quien es el que anda allí, presentado por “La gaveta del rincón”. Actúan Lorenzo Portillo y David Arón Estrada.