Año 5 • No. 160  • noviembre 22 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
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  Un ciclo de Alfred Hitchcock
Roberto Ortiz Escobar
Paralelamente a la Muestra Internacional de Cine, la Universidad Veracruzana organizó durante este mes un buen ciclo dedicado a Alfred Hitchcock con cuatro películas correspondientes a su etapa americana y otra más (Pánico en la escena) filmada en Gran Bretaña en 1949. Hasta el momento, el público ha visto Sospecha (1941), Saboteador (1942), Con M de muerte (1954) y La ventana indiscreta (1954), además de la ya mencionada.

Este lunes se exhibe El hombre que sabía demasiado (The Man Who Knew Too Much, Estados Unidos, 1955), remake en colores de una cinta filmada por el mismo Hitchcock en 1934 con las actuaciones de Leslie Banks, Edna Best y un sobresaliente Peter Lorre. Los móviles que orillaron al cineasta inglés a realizar una segunda versión, posiblemente los encontremos en su opinión expresada en el libro El cine según Hitchcock: “Digamos que la primera versión es el trabajo de un talentoso amateur y la segunda fue hecha por un profesional”.

Filmada en Marruecos, Londres y los Estudios Paramount, la cinta de 1955 tuvo en los roles principales a James Stewart (Doctor Ben MacKenna), Doris Day (Jo), Christopher Olsen (Hank), Bernard Miles (Sr. Drayton), Brenda de Banzie (Sra. Drayton) y Daniel Gélin (Louis Bernard). En un viaje de vacaciones a Marruecos, el Doctor Ben y la ex cantante Jo empezarán a vivir una pesadilla al ser secuestrado el hijo de ambos, en medio de una conspiración para asesinar a un embajador de manera sui generis.

Como en otras de sus grandes obras, está presente aquí el suspenso manejado con solvencia técnica y magnífica narración: la escena inicial del asesinato de Bernard, la búsqueda y arribo a la capilla Chapel en la calle Ambrose, y el clásico momento del atentado con un disparo cuyo estruendo será ocultado por el efecto sonoro de los platillos de una orquesta instalada en el Albert Hall.

La bien armada trama se debió a John Michael Hayes y Agnus McPhail, inspirados en una historia de Charles Bennett y D.B. Wyndham. La música la compuso el talentoso Bernard Hermann y la melodía “Wathever will be”, interpretada por Doris Day, ganó en su momento el Oscar a la mejor canción.

El lucimiento actoral de James Stewart y Doris Day estuvo al servicio de vivencias críticas donde la pérdida del equilibrio es ocasionada por la aventura de un viaje. La desconfianza de la pareja matrimonial aflora en un caos que resquebraja la dicha familiar. Con agudeza, Hitchcock instaló en el peor de los escenarios a sus personajes con tal de escarmentarlos y exigirles la recuperación extrema.

Desde el inicio, el don de observación nos remite a un viaje de placer que al desarrollarse en territorio extraño descubre inmediatamente sus riesgos: el niño Hank arrancando indebidamente, el velo de una mujer árabe, la incomodidad que representa en Ben una cena oriental por la forma de sentarse o tomar los cubiertos, el crimen sorpresivo vuelto complicidad riesgosa para Ben.

Dos elementos más se expresan con sutileza y elegancia: la desconfianza y los celos generados por el interés de Jo en Louis Bernard, y la natural intuición femenina a propósito de los peligros que acechan a la familia.

El hombre que sabía demasiado es una de las cintas hitchcockianas de ritmo suave alterado momentáneamente por la sorpresa atroz o el suspenso creciente.

Lo mejor, la introspección psicológica del matrimonio encarnado sensiblemente por Stewart y Day. México, df. 18 de noviembre de 2004. Comentarios: roeamarcord@yahoo.com.mx