Año 5 • No. 162 • diciembre 6 de 2004
Xalapa • Veracruz • México
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BICAP: un parteaguas en la educación intercultural
Karina Arriaga Murrieta
Visitar Tlahuitoltepec es toda una experiencia si uno desea conocer su arraigada tradición musical que se mantiene viva gracias a la Escuela Municipal de Música y el reconocido, a nivel nacional e internacional, Centro de capacitación musical mixe (Cecam). Si embargo, este lejano pueblo, tiene mucho más que enseñar.


Estudiantes del BICAP en la biblioteca.
Al frente del cerro de las veinte divinidades, donde el olor de la madera quemada y de las tlayudas mañaneras llegan, allí, en un pueblo que se mantiene vivo y cambiante, pero consciente de su realidad sin perder la identidad mixe, allí se encuentra el Bachillerato Integral Comunitario Ajuuk Polivante, mejor conocido como BICAP; pero si prefieren ubicarlo geográficamente, este bachillerato está en Santa María Tlahuitoltepec Mixe, comunidad serrana oaxaqueña a más de dos mil 500 metros sobre el nivel del mar.

Yë wején kajën jawyeen njëptuu´nëánt es una frase en mixe que trasladado al español, en una cercana semejanza a lo que representa en su idioma original, dice “educar con el ejemplo”. Esta frase la encuentra uno en cada aula, cada edificio o lugar representativo del BICAP. Desde que se entra a esta escuela, se nota una armonía en el espacio, pues la vista se emociona con las bellas jardineras, los limpios salones, con los estratégicamente ubicados botes de basura que señalan una cultura de reciclaje o el anuncio que se lee en la cafetería que enseña a todos los que consumen algo en ésta a recoger sus platos y tirar debidamente los desechos; no puede evitarse el asombro al conocer la amplia biblioteca, el centro de cómputo, los talleres, su estudio de audio y video, los laboratorios.


Alumnas del BICAP en trabajos de reforestación.
Si bien es cierto que la construcción del plantel contrasta con las casitas cercanas sin servicios básicos hechas de adobe, ocote, maguey y palos, el proyecto que ha surgido en esta escuela es de provecho comunitario y ya se pueden ver los frutos de años de esfuerzo. El programa educativo que maneja el bicap vio sus inicios gracias a que pensadores del pueblo Ajuujk, intelectuales nacidos en esta tierra y que aprovecharon los conocimientos adquiridos en instituciones de educación superior, se reunieron y planearon dar un nuevo enfoque a la educación que se impartía en su bachillerato atendiendo el contexto y necesidades de la comunidad.
El pueblo aún tiene presente lo que significa el “sistema de cargos”, mismo que determina que todos, desde que son jóvenes hasta la vejez, deben prestar un servicio periódico gratuito a la comunidad al ocupar puestos en la organización municipal. Dicho sistema se transparenta en el bicap, sólo que amalgamado con otros principios que ponen en alto el trabajo en equipo y están orientados hacia una educación donde los estudiantes no son dependientes sino que colaboran con determinadas tareas para el aprovechamiento de sus clases y el crecimiento de su institución.

En el BICAP se pierde la figura del antiguo profesor y se mantiene un equipo multidisciplinario de tutores-asesores que guían a los estudiantes en las áreas tradicionales como español, matemáticas y ciencias, además de darles herramientas para que sean capaces de revalorizar y recuperar los saberes tradicionales, la historia del pueblo, su lengua, así como los sistemas de organización política, económica y cultural de los pueblos indígenas en una relación de interacción con los conocimientos científicos universales.

De esta manera, los alumnos no sólo asisten a clases, también aprender a investigar, hacer proyectos productivos, a exponer frente a grupo y a defender su postura. Ellos acuden a la escuela para aprender en los talleres, estudiar en la biblioteca, recopilar información en su sala de cómputo, hacer prácticas de campo en las cercanías y en las tardes vuelven para sus correspondientes asesorías.

Tienen una formación integral desde el momento en son alentados a poner en práctica sus conocimientos en la comunidad, coordinar actividades culturales o deportivas y promover su riqueza como pueblo Ayuujk sin menospreciar otras culturas, de las cuales siempre tratan de aprehender.


Alumnos del bicap en el centro
de cómputo.
El Bachillerato Integral Comunitario Ayuujk Polivalente tiene principios filosóficos que se sustentan en conceptos duales de la cosmovisión mixe tales como: Wëjen-kajën: despertar, desamarrar, desatar, aflorar las ideas y el pensamiento, abrir los ojos a la inteligencia; Konmukën-pëëmujkën: recoger e integrar; Ana´mën-akajpën: aconsejar y proteger, orientar y conducir; Käjpxën-matyääkën: habla, plática, diálogo y comunicación; Pukäpxën-puxejkën: acompañar , reforzar, complementar el dialogo, la palabra y la idea; Käpxmujkën-matyäkmujkën: consenso de ideas, diálogo colectivo; Tsënäyën- tanä’ yën: vivencia y convivencia comunitaria.

Bajo estos principios y la batuta de su director, Crisóforo Gallardo Vargas, el BICAP cuenta con tres áreas de aprendizaje y producción consistentes en la Coordinación Académica, la Coordinación de Interacción Comunitaria y la Coordinación de los Talleres Artesanales. Cada una de estas coordinaciones desempeña funciones y acciones concretas que convergen en el desarrollo educativo y productivo de la comunidad y de la región. Muestra de ello es que productores de la región han logrado instalar cerca de 60 invernaderos con el apoyo de la coordinación de Interacción comunitaria, conformada por asesores del bicap que enseñan a los productores cómo aprovechar mejor sus recursos, en comparación.

Los representantes del BICAP, sus asesores, sus estudiantes y la gente de Tlahuitoltepec, dan el ejemplo a otras escuelas y su proyecto ha sido retomado por el Gobierno del estado de Oaxaca, pero su paradigma ya cruzó las fronteras estatales y ha llegado a otros estados, además de ser reconocido por extranjeros. Yë wején kajën jawyeen njëptuu´nëánt, resuena en las aulas del BICAP
y, tal vez, pronto resuene en las nuestras.