Cambios
en el humor o pérdida de interés, que pueden ser el
inicio de un desorden bipolar, también conocido como padecimiento
maníaco depresivo, alternados con periodos de manía
como hiperactividad, insomnio, disminución del apetito, pensamientos
acelerados y frecuentemente psicosis, son algunos síntomas
que presentan, al menos por dos semanas, quienes padecen depresión
mayor.
La depresión es una enfermedad que actualmente afecta a más
del 71 por ciento de la población –en mayor cantidad
a la mujer–, no obstante, estudios han encontrado que este
problema no siempre es detectado, señaló el investigador
Pedro Coronel Pérez, adscrito al Instituto de Ciencias de
la Salud de la UV.
Agregó que este mal se puede presentar como depresión
mayor, atípica, distimia y menor y agregó que la depresión
es también común en la práctica ginecológica,
pues la mitad de las pacientes tienen un disturbio emocional importante:
“En un estudio se encontró una incidencia del 21 por
ciento en mujeres, en comparación con el 12 por ciento que
se presenta en los hombres”.
También, dijo el especialista, se han identificado diferencias
en los perfiles: “Las mujeres exteriorizan un mayor número
de síntomas depresivos, particularmente de culpabilidad,
disminución del interés sexual, aumento del apetito,
ganancia de peso y aumento de sueño”.
Coronel Pérez aseguró que existen factores de riesgo
que pueden llevar a alguien a la depresión, entre los cuales
citó: la ausencia de un confidente, baja educación
escolar, presencia de niños en el hogar, pérdida de
trabajo, historia marital de inestabilidad, sentimientos de culpabilidad,
ansiedad o desórdenes somáticos, el trabajo fuera
del hogar puede ser protector si tiene un buen soporte social.
Esta enfermedad se presenta frecuentemente en la fase premenstrual,
el periodo posparto inmediato y antes de la menopausia, cuando la
mujer experimenta síntomas que varían en su tipo y
grado, siendo uno de los más severos el llamado desorden
disfórico, durante el cual se manifiesta mal humor, tensión
en los movimientos, enojo, irritabilidad.
El investigador agregó que la mujer con trastornos depresivos
empeora con frecuencia la sintomatología de la menstruación
y las frecuentes quejas de síntomas premenstruales coinciden
con enfermedades psiquiátricas tales como la distimia, ansiedad
y desorden por abuso de sustancias: “Los cambios hormonales
en relación con la sintomatología se desconocen”,
apuntó.
La depresión posparto es muy común, comentó
el especialista: “Ocurre de un ocho a 15 por ciento en las
mujeres dentro de los tres primeros meses del parto y tiene los
mismos síntomas de una depresión mayor: Las mujeres
que han experimentado un episodio anterior de enfermedad depresiva
tienen 70 por ciento de posibilidades de tener un segundo episodio”.
Otros riesgos de la depresión posparto incluyen problemas
maritales con síntomas depresivos durante el embarazo, estrés
y complicaciones obstétricas. Este tipo de depresiones, puntualizó,
no deben confundirse con las provocadas por la maternidad o posparto
con melancolía, que es un síntoma temporal de cambios
hacia un humor apacible que ocurre en las 72 primeras horas y que
dura pocos días.
Por último, Coronel Pérez indicó que dentro
de los tratamientos que se pueden utilizar contra la depresión
se encuentran el terapéutico, el cual incluye tres fases:
la aguda, continuación de “Las pacientes deben estar
conscientes de que la medicación no proporciona un beneficio
sustancial sino hasta dos a cuatro semanas después del inicio
del tratamiento”.
Algunos de los medicamentos para hacer frente a esta enfermedad
son los tricíclicos, que son los más antiguos y cuya
acción consiste en bloquear la secreción de norepinefrina
y serotonina, así como otras alternativas médicas,
algunas en experimentación. |