Año 5 • No. 164 • enero 17 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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  Psicoanálisis y vida cotidiana
Una generalidad sobre los sueños
Ricardo Ortega Lagunes
(Miembro fundador de la Red Analítica Lacaniana)
Desde siempre los seres humanos hemos soñado, ocupamos buena parte de nuestra vida en soñar. Asociamos el soñar inmediatamente con un estado ideal de cosas y de nuestras vidas. Los sueños y su interpretación han dado lugar en la historia de la humanidad a encontrados puntos de vista. Desde el argumentar que son productos de fuerzas desconocidas, hasta que son una especie de premoniciones para la vida del hombre. Por mucho tiempo los sueños han sido el campo fértil para la metafísica. Actualmente, ya sin tantos prejuicios, aceptamos que los sueños, son una expresión de nuestro ser. Soñar es algo común y al narrar un sueño les participamos a los otros un momento de nuestra intimidad.

Freud y el Psicoanálisis se toparon muy tempranamente con los sueños, éstos aparecen en el decir de sus primeros pacientes que al relatar un evento ocurrido en su vida, tienden a ligarlo con algún sueño; ante este hecho Freud se pregunta por qué los analizantes, traen al análisis sus recuerdos y sus sueños. Lo primero que Freud hizo al estudiar los sueños, fue cuestionar la generalización que se hacía de los mismos. El soñar ante todo tiene que ver con una trama singular.

Antes de Freud si bien es cierto que se soñaba, también es cierto que el relato que se hacía resultaba intrascendente al carecer de una escucha apropiada, en tanto no se conocían: ni la estructura ni los mecanismos de los sueños.

¿Qué son los sueños? ¿En dónde se originan? ¿Qué expresan? Por qué el psicoanálisis de vale de ellos, como una materia prima fundamental en el análisis de cada uno de los analizantes. En un primer momento, Freud en cierto acuerdo con Aristóteles, señalo que el sueño en su forma más elemental podía explicarse como la continuidad que tiene el pensamiento a la hora de dormir. Pero pensar, conciencia, razón no le permitieron a Freud entender los síntomas que sus histéricas le presentaban, había un más allá que ni la hipnosis podía descifrar.

Freud avanza en su reflexión acerca del sueño cuando logra establecer las bases del aparato psíquico y con ello diferenciar los actuares: fisiológico y psíquico. Así el aparato psíquico freudiano concibe un movimiento (dinámica), una energía (dinámica) y un lugar (tópica), que le permite sentar las bases de la teoría psicoanalítica. Al desarrollar el aparato psíquico y su estructura, Freud da testimonio ni más ni menos que del inconsciente.

Con el descubrimiento del Inconsciente, Freud nos introduce en una nueva dimensión de ver y entender al ser humano y la cultura en general. Así junto con los lapsus, el olvido, los chistes y los síntomas, los sueños son una expresión del Inconsciente y de nuestra vida psíquica. Para decirlo de manera esquemática, hay que acudir al presupuesto freudiano que señala que el ser humano, está escindido entre conciencia e inconsciente. Esta escisión del sujeto, que no se precisa en un tiempo específico, origina un conflicto en el sujeto, que es el trasfondo de los sueños.

Una primera aproximación de Freud al inconsciente, lo define como un reservorio de representaciones que pugnan por presentarse en la conciencia. Estas representaciones o mociones pugnan por salir a la conciencia son fundamentalmente de contenido sexual, por eso en el dormir, estado en el que la represión disminuye su influencia, se transfiguran en imágenes dándole cuerpo a los sueños, creando en tanto otra escena en la vida del sujeto, o si se quiere su conflicto. El Inconsciente nos dice Freud, goza de plena autonomía, posee sus propias leyes, entre las que destacan: ausencia de contradicción, atemporalidad, imperio de los procesos (condensación y desplazamiento)

Esas mismas representaciones se entrelazan con vivencias presentes y con recuerdos infantiles, encadenándose a su vez con representaciones accesorias sin importancia. La escisión insiste, llega hasta el dormir, si en el no dormir la censura y la represión tienden a hegemonizar la vida del sujeto, en el sueño son los mecanismos encargados de desfigurar y transformar esas representaciones y darles un sentido inesperado e inentendible para el pensamiento común.

Los sueños son la expresión de un deseo que en tanto sexual se ha reprimido y se esgrime como inconsciente, de ahí insistirá y retornará. Los sueños son textos que han de ser relatados para ser interpretados. La narración del soñante llamado contenido manifiesto (el sueño tal como lo presenta el recuerdo) cobra una importancia central en el análisis. Freud en La Interpretación de los sueños nos da a conocer por así decir, la técnica que debe utilizarse en la decodificación de los sueños de los sujetos que acuden a análisis. Freud solía decir muy a menudo que si algún trabajo, de toda su vasta obra, le merecía originalidad, este era La interpretación de los sueños. Con esta idea resumía la importancia que para la teoría y la clínica psicoanalítica, tienen los sueños.