Científicos
de la Universidad Veracruzana iniciaron este año un estudio
para buscar técnicas accesibles que permitan a productores
veracruzanos de queso aprovechar los nutrientes, proteínas
y diferentes compuestos que contiene el suero de la leche, pues
a pesar de su importancia, la mayoría se desecha en los canales
de drenaje público.
Eryck Silva Hernández, investigador del Instituto de Ciencias
Básicas de la uv (ICB), explicó que esta investigación
tiene, además, un propósito ecológico: “Al
echar al drenaje el suero del queso se produce más contaminación
en el agua de ríos que la que provocan las descargas de aguas
negras, por eso necesitamos buscar mecanismos que eviten su desperdicio”,
aseguró.
Silva, quien ha dirigido esta investigación desde hace cinco
años, con el apoyo de investigadores de la Universidad de
Alberta, Canadá, explicó que el trabajo desarrollado
consiste en una técnica para aislar un compuesto específico
del suero llamado glicomacropéptido, pues tiene características
muy especiales.
En primer lugar, éste es un supresor de jugos gástricos,
es decir, lo que hace es quitar el hambre. Esta propiedad abre las
posibilidades de aislarlo para hacer pastillas que de manera natural
inhiban el hambre y les den oportunidad a las personas de elegirlo
como método de control de peso.
También puede ser útil como complemento dietético
para personas que padecen el Síndrome de fenilcetonuria,
un padecimiento comparable con la diabetes que no es mortal, pero
puede disminuir el coeficiente intelectual de una persona hasta
hacerla depender completamente de los demás por sufrir retraso
mental.
Según explicó el científico universitario,
la investigación que ha desarrollado en ambas instituciones
ha sido enfocada al “aislamiento” de este péptido
en leche de cabra (la tercera en importancia mundial) y de oveja
(la cuarta), es decir, en separar este compuesto de todos los demás
que contiene el suero. Este proceso ya había sido desarrollado
en leche de vaca.
Para llevar a cabo el aislamiento es necesario realizar una cromatografía,
es decir, un filtrado del suero a través de una tecnología
especializada que permite eliminar el resto de los componentes,
como son: agua, sales, azúcar, lactosa. Al final, lo único
que queda es glicomacropéptido, señaló.
Este procedimiento fue desarrollado por el investigador universitario
en Canadá, mientras estudiaba su doctorado en Ciencia y Tecnología
de los Alimentos, aunque también han participado estudiantes
de la maestría en Ciencias Alimentarias que ofrecen conjuntamente
la UV y la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco
(UJAT).
Cabe aclarar que el verdadero problema es que los métodos
y los compuestos que permiten filtrar el suero y separar el glicomacropéptido
son tan costosos que resulta prácticamente imposible llevar
a cabo el procedimiento en cantidades industriales.
“Para producir un gramo de glicomacropéptido sería
necesario invertir cerca de 500 pesos, si consideramos que para
una persona la dosis aproximada diaria sería de 30 gramos
resulta prácticamente imposible hacer una propuesta en México
con estos costos”, explicó el investigador.
Dijo también que si se quiere motivar el aprovechamiento
del suero y sus componentes masivamente es indispensable encontrar
una forma de hacer la tecnología accesible: “Lo que
estamos buscando es abaratar los costos de producción, buscando
técnicas diferentes, más accesibles y que produzcan
efectos similares”.
El
suero y la contaminación
Con respecto a este tema, Silva Hernández señaló
que en México, a diferencia de otros países, no existe
una legislación que prohíba que se depositen o desechen
estos residuos en mantos acuíferos, por lo que la gran mayoría
de los productores de leche y quesos simplemente lo tiran ahí
sin ningún control.
Aseguró que el problema es graves, pues la enorme cantidad
de proteínas que contiene el suero provoca que las bacterias
se reproduzcan exponencialmente y sean ellas las que acaben con
el oxígeno provocando gran mortandad de peces: “Si
logramos encontrar la forma de promover su aprovechamiento no sólo
se ganaría dinero por venderlo, sino que se evitarían
gastos al tratar de conservar el medio ambiente”.
Reconoció que algunos industriales sí aprovechan el
suero, pues lo secan para integrarlo a fórmulas lácteas
para bebés, quesos, yogurt, carnes y otros alimentos, sin
embargo, dijo que el porcentaje de aprovechamiento es infinitamente
menor al de desperdicio.
Para
abundar en el tema
El ICB se encuentra en la Unidad de Investigaciones de la UV, atrás
de la Secretaría de Educación y Cultura (SEC), en
Xalapa. Teléfonos:
(01-228) 812-5745 Fax: 812-9963 extensión 102 y 111. Página
electrónica: www.uv.mx
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