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Y
comenzamos un año... difícil para el medio ambiente
Azucena
Ruiz / Ingeniería Ambiental |
Cada
cierre de año nos trae el recuento de los sucesos ocurridos.
Comúnmente escuchamos el análisis político anual,
incluso estadísticas y datos aproximados del crecimiento (en
el mejor de los casos) económico del país, pero ¿cuándo
prestamos atención al aspecto ambiental?
A pocos días de concluir el 2004, el evitable y trágico
derrame de crudo que contaminó las aguas del Río Coatzacoalcos
en el sur de nuestro estado, acaparó la atención del
país entero. Mucho se dijo de los trabajos de remediación.
En las noticias se veían los operativos en acción. Sin
embargo, los habitantes del área y zonas vecinas continuaban
declarando acerca de los estragos y el impacto nocivo que el incidente
estaba causándoles.
Y así el año concluyó sin que se pusiera fin
al error que ha cobrado pérdidas irreparables al medio ambiente.
Mientras tanto, en otro punto del país se recibió el
2005 con el plan de contingencia ambiental debido a la elevada contaminación
del aire. Y no es nada más y nada menos que el Distrito Federal,
nuestra capital del país, en donde los grados imeca se dispararon
a tal punto que el salir a la calle era riesgoso para la salud. La
quema de fuegos artificiales y principalmente las fogatas alimentadas
de neumáticos (llantas) como parte de los festejos de fin de
año, provocaron que el primer día del año nuevo
se convirtiera en una cápsula tóxica.
En los noticiarios y programas de radio se le sugirió a la
población capitalina evitara salir a las calles y ni se diga
que practicara alguna actividad deportiva al aire libre. Afortunadamente
la situación mejoró al siguiente día y las condiciones
se tornaron menos dañinas.
Con esto, solamente estoy refiriendo dos puntos, quizá de los
más sonados en los últimos días del año
pasado y primeros del año que empieza.
Pero si enumeráramos con más detalle los desastres naturales
de 2004, veríamos claramente lo injustos que estamos siendo
con nuestra madre naturaleza. Información la hay basada en
la experiencia de pérdidas naturales, incluso las medidas para
prevenir y evitar están a nuestro alcance, pero aún
seguimos pensando que tenemos tiempo de sobra y que nosotros no viviremos
el caos que se desatará, más de lo que ya se ha desatado.
Te invito a que empieces el año y que le dediques unos minutos
a analizar qué es lo que haces y de qué manera podrías
contribuir con el cambio.
Date un tiempo y dáselo también a tu gran casa, la tierra. |
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