Año 5 • No. 167• Febrero 7 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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au-to-no-mí-a f.
Sergio Valdivia Navarro

Cuando nos hacemos “grandes”, vemos cómo las cosas cambian a nuestro alrededor y sobretodo, tomando en cuenta nuestros recuerdos de lo que nos tocó vivir. Esto puede parecer alejado de nuestro tema: la autonomía en el aprendizaje, pero no lo es.

Veamos, los que somos padres en esta década y sobre todo con hijos en edad escolar, nos damos cuenta de cómo la educación en muchas instituciones a nivel preescolar, primaria, secundaria y preparatoria, involucra de una forma más comprometida a los padres de familia, a diferencia de cómo lo exigían los sistema educativos de hace
30 ó 40 años.

Los que son jóvenes ahora o tienen hermanos pequeños, no me dejarán mentir al ver que sus papás participan en los trabajos de casa de sus hermanos, y cómo corren de una tienda a la otra en busca de la cartulina o de los colores o de aquellos materiales que pidió el maestro o la maestra para el día siguiente. Que cuando hay exámenes se sientan con ellos a repasar o a estudiar algún tema en particular. Esta participación de los padres de familia, sobre todo de la madre, no siempre ha existido. No al menos en mi experiencia.

Siempre hubo apoyo familiar pero de diferente tipo. Los que crecimos en las décadas de los sesenta y setenta no tuvimos tanto apoyo en la realización de nuestras tareas y trabajos escolares. Éramos nosotros solos, los que nos encargábamos de todo. Aparte de que las tareas eran algo más simples y no requerían compras de último minuto o búsquedas en enciclopedias o en Internet.

¿Qué trato de decir con todo esto? Bueno, la idea es esta: ¿no será que los estudiantes de hoy son menos autónomos o independientes de lo que lo fuimos nosotros? Esto nos lleva a una interesante reflexión.
La participación de los padres es siempre bienvenida y los maestros están concientes de esto. Pero la idea se relaciona con no seguir creando una dependencia en el estudio. Dependencia que tal vez nos hace pensar en un futuro donde queremos individuos más independientes para enfrentar la complejidad de la vida a nuestro alrededor.

Yo creo que si los padres que se involucran, tienen el cuidado de no hacer a sus hijos dependientes de ese apoyo y los preparan para funcionar de manera independiente, sin que esto se confunda con abandonarlos, logarán que los niños aprendan mejor. Pues, aunque existen incontables historias en que se habla de cómo la gente adquirió sus capacidades individuales, mediante el esfuerzo a solas, creo que sus hijos estarán mejor, si se les apoya con una instrucción paulatina, hacia una independencia mayor y sobre todo con mucha paciencia de nuestra parte.