Año 5 • No. 174 • abril 11 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Anuncia Sara Ladrón de Guevara
Fortalecerá el MAX tareas formativas
Edith Escalón

Para revitalizar el Museo de Antropología de Xalapa (MAX), que recibe anualmente más de 45 mil visitantes, su actual directora Sara Ladrón de Guevara ha propuesto un programa de trabajo que incluye el establecimiento de un departamento de servicios educativos, la colaboración de curadores para las salas

de exhibición y el mejoramiento de la vinculación con la academia y la sociedad.

“Nunca hemos tenido curadores en la salas”, comentó la arqueóloga. Personal especializado podría encargarse del mantenimiento, difusión, mejoramiento e investigación en cada área y, al mismo tiempo, apoyar en actividades académicas, organizando simposios, conferencias, exposiciones, publicaciones particulares y multiplicar así el impacto de los vestigios arqueológicos.

Dijo que para lograrlo será necesaria la participación de los arqueólogos veracruzanos, tanto de la Facultad como del Instituto de Antropología de la UV, quienes han contribuido para que el recinto universitario mantenga y acreciente su prestigio, mediante aportes a la enorme colección que resguarda.

Ladrón de Guevara señaló que la vinculación será el eje rector de su trabajo al frente del MAX, particularmente en el ámbito pedagógico y formativo, área que piensa fortalecer mediante el establecimiento de un departamento de servicios educativos.

Al MAX llegan estudiantes de primaria y preescolar cuyo primer acercamiento se realiza para despertar su sensibilidad; y de secundaria, preparatoria y nivel superior, que se adentran cada vez más en el conocimiento de las raíces: “Lo único que hacemos es contar cuántos vienen, darles acceso, apoyarlos con guías, pero no tenemos actividades que permitan que sus visitas se conviertan en verdaderas experiencias educativas”.

El departamento de servicios educativos que propone trabajaría para que esas visitas signifiquen más en la formación de los estudiantes, a partir del diseño de actividades adecuadas en distintos equipos de formación profesional.

Además, es necesario estrechar la vinculación con todas las áreas de la UV y propiciar que cada vez más estudiantes realicen servicio social y trabajos recepcionales sobre las distintas áreas del conocimiento. “Me gustaría tener un estudiante de la Facultad de Música que obtuviera los sonidos de los instrumentos que tenemos en el MAX y nos dijera qué tipo de escalas se manejaban en la época prehispánica o qué tipo de armonías se podían hacer con nuestras flautas de tres columnas, por ejemplo”.

Reconoció que esta visión de apertura hacia todas las áreas de la academia tiene que ver con el cargo que ocupó al frente de la Secretaría Académica de la UV, que le permitió conocer a profundidad el trabajo de la Universidad: “Ahí me di cuenta de que su riqueza más importante son los estudiantes, sin duda alguna”.

Por ello piensa que el MAX y toda su riqueza debe valorarse no sólo por los vestigios, sino por sus enormes posibilidades de generar conocimiento: “Lo importante del Museo es su posibilidad de incidir en esa formación de recursos humanos”.