Año 5 • No. 174 • abril 11 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Entorpece sistema de partidos la atención social en México
Juan Carlos Plata


Ronald Martínez.
El sistema de partidos políticos en México entorpece la tarea de enfrentar de manera eficiente la desigualdad social que vive el país, aseguró Ronald Martínez Rodríguez, del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales (IIESES) de la UV, y añadió que “el sistema de partidos que tenemos es gran parte del problema, porque los grupos se las han ingeniado para controlar el sistema, dejando que se cuelen muchos intereses que no son los de todos”.

Martínez Rodríguez afirmó que prácticamente no se ha trabajado en una solución para este problema, pero reconoció que cambiar por completo este sistema, por uno que realmente funcione, sería prácticamente imposible.

“Se tienen que idear nuevas maneras de participar, tal vez no desaparecer el sistema partidista porque eso sería prácticamente imposible, pero crear mecanismos para que grupos de ciudadanos puedan tomar decisiones en diferentes aspectos fundamentales como salud, empleo, educación; así se podría dar un equilibrio, porque es cierto que es necesario quitarle poder a los partidos”.

Otro factor que impide un combate real de los rezagos sociales es la ingerencia de las instituciones internacionales que rigen la economía, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), en las políticas públicas.

“De alguna manera los países han perdido soberanía y este esquema no permite un desarrollo suficiente de los derechos sociales. Los países subdesarrollados han sido perjudicados porque sus estados no tienen la capacidad de decisión suficiente ni los recursos para enfrentar tantas necesidades sociales. Es necesario que nuestros estados recuperen su soberanía y se preocupen por los derechos sociales de los individuos”.

Indispensable, la participación social
El investigador universitario aseguró que es posible encontrar solución a los problemas sociales que aquejan a los países subdesarrollados, pero que el verdadero reto es que las propias sociedades sean capaces de organizar el movimiento necesario para llevar a la práctica el ejercicio de esos derechos.

“Tiene que ver mucho la voluntad política y social, si los gobiernos siguen en caminos equivocados, solapando la corrupción, con poco interés en cuestiones sociales y de desarrollo, y si los ciudadanos no entendemos los problemas y no se tienen los criterios adecuados, poco se puede hacer; sin un cambio en los aspectos éticos, no creo que se pueda llegar muy lejos”.

Afirmó que, contrario a lo que muchos juristas opinan, en el sentido de que lo que hace faltan son más leyes y reglas, su postura es que se necesitan cambios fundamentales en la ética de las personas para poder tener un sistema social justo y equitativo.

Históricamente se ha visto que el propio modelo capitalista tiende a generar desigualdades, podemos ver países que se desarrollan de manera estable, mientras otros sólo aumentan su cantidad de pobres.

“La distribución del ingreso sigue siendo desigual y no veo por dónde este sistema tal como está pudiera llegar a un equilibrio. Parte de la discusión es la integración de principios de justicia que lograran que las desigualdades se redujeran, interviniendo, por ejemplo, en los mercados. Ahí es donde empiezan las diferencias, a algunos grupos no les conviene eso”.

En este sistema no hay un mecanismo automático que garantice que todos tengan para comer, por eso en muchos países el Estado es el que se hace responsable, y un Estado maniatado, que no puede tomar sus propias decisiones, va a causar problemas en ese sentido porque no podrá enfrentar esas desigualdades.

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