Año 5 • No. 176 • Abril 25 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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En el MEIF, experiencias educativas para alumnos y maestros
Ludivina Gutiérrez (Primera parte)

Soy investigadora por vocación –mis libros publicados y videos son   testimonio. No obstante, por mucho tiempo me resistí a completar el perfil deseado del investigador en el punto que debe impartir una cátedra  semestral.

La docencia tradicional no me agrada por varios factores. En principio, yo tengo que enseñar o que compartir algo que a mí me aporte, que me proporcione alguna satisfacción personal o, mejor aún, que me apasione, y eso no es fácil dentro de las estructuras tradicionales.

Por otra parte, no sirvo para seguir un programa con el que no esté totalmente de acuerdo y tampoco es fácil que esté en acuerdo total con un programa vigente. Y en referencia a los estudiantes, no soporto que la mayoría tome una clase únicamente porque está en su plan de estudios y tiene que tomarla.

Bueno, pues dentro del Modelo Educativo Integral y Flexible (MEIF) mis peros han quedado superados. Impartí en el semestre agosto 2004–enero 2005 un curso del Instituto de Artes Plásticas, en la ciudad de Córdoba. Se denomina “Los estilos coloniales en Córdoba y Orizaba” y lo desarrollo bajo un programa elaborado por mí. La asignatura me es un incentivo ya que el arte colonial de la región Córdoba-Orizaba está prácticamente sin estudiar y yo lo estoy investigando. En cuanto a los alumnos, es maravilloso que el curso sea abierto, asisten desde profesionistas con maestrías en el extranjero hasta alumnos de primer grado de licenciatura.

En lo concerniente al MEIF, el curso se ofrece dentro del área de formación de elección libre, esto es, que  los estudiantes que se inscriben lo hacen por su propio interés y decisión y, con el mismo entusiasmo con que yo preparo e imparto la clase, ellos la reciben, propiciándose una experiencia educativa no sólo para los discípulos sino también para mí.

A continuación cito fragmentos que hablan de lo que mis estudiantes de MEIF y yo obtuvimos  en la experiencia educativa concluida en el periodo agosto 2004-febrero 2005 y en la que convivieron alumnos de las facultades de arquitectura, ciencias químicas y sociología de la región.

“La experiencia educativa Los estilos coloniales en Córdoba y Orizaba fue una verdadera experiencia, una manera innovadora de aprender, ya que lo que se estudiaba en el salón de clase era experimentado visitando los lugares donde se dan los estilos. Ahí pudimos percibir los ambientes, hacer dibujos, en fin, entrar en contacto con las formas artísticas”: Daniel Mosqueda. Este texto se refiere al binomio aproximación teórica al tema y aproximación directa a las obras de arte con una fuerte dosis emotiva y físico-sensorial; hasta tocar y oler la madera de los retablos, por ejemplo. Los estudiantes quedaron muy motivados.

“La experiencia educativa Los estilos coloniales en Córdoba y Orizaba me aportó una mayor amplitud de criterio estético para respetar no sólo los edificios importantes sino todos los que son parte de nuestra historia y llevan un toque de nuestras raíces”: Carlos  Gómez.

Dentro de los valores y la formación humana, a mí me encantó el siguiente texto que comentaré en sus dos partes: “La dinámica del grupo fue magnífica ya que permitió socializar con todos, no importando las edades ni las preferencias. Permitió también aprovechar la visión de los participantes para retroalimentarnos”, Daniel  Mosqueda.

Los primeros renglones se refieren a que varios estudiantes externaron al inicio del curso que no les gustaba del MEIF el hecho de no tener un grupo, que extrañaban tener un grupo como lo habían tenido hasta la preparatoria. Entonces, yo les  aseguré que al menos en mi curso, la tarde de los viernes iban a tener un grupo y no a permanecer ajenos unos de otros como el público en el cine. Utilicé muchas técnicas especializadas de mi doctorado (arts & communication) que empleo en conferencias o en media  para espacios interactivos mas nunca había  puesto en acción en un aula  ¡y funcionaron bien a pesar del contexto altamente heterogéneo!

La segunda parte del trozo se refiere a conocer, respetar e incluso aprovechar la visión diferente de los compañeros, más allá de la visión estética, la visión integral  humana. En este aspecto obtuve un logro muy gratificante. Sucedió que en la primera clase, después de la autopresentación que pedí hacer a cada uno de los estudiantes, supe que había un alumno evangélico como él se nombró, es decir protestante. Me inquieté un poco porque he detectado discriminación hacia las minorías religiosas en esta zona del estado y porque estábamos a punto de iniciar la inmersión en  tres siglos de arte regido  por la iglesia católica.

Al finalizar la clase lo llamé y lo invité a colaborar conmigo cuando tocara el tema de la reforma religiosa y le apunté la fecha. Le dije que me gustaría que el grupo conociera el punto de vista del protestantismo que es opuesto al del catolicismo respecto a la producción  de artes plásticas para el culto religioso. El joven tomó la invitación muy en serio; con anticipación me llevó una película para que viera yo si se podía pasar en clase. Yo escogí  20 minutos del film y los exhibimos cuando correspondió el tema en el programa. “Chamula, tierra de sangre” resultó una lección impactante. Los estudiantes ganaron mucho en tolerancia y comprensión humana. (Continuará)