Año 5 • No. 173 • abril 4 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Cihuatéotl
Héctor Morón Estrada / Museo de Antropología de Xalapa

Mujeres diosas, guerreras, compañeras del Sol, grandiosas y eternas. Símbolo de la fertilidad y voluntad de su estirpe, ejemplo de coraje y entrega. Sus ojos cerrados, su boca abierta, el canto o la muerte, la muerte o el canto, la vida eterna y la lucha entre aquello que el hombre es y aquello que los Dioses representan.

Magníficas y colosales esculturas de barro, ejemplo de maestría y misterio, caminando hacia el Mictlán, rojas, azules, adornadas con caracoles y serpientes extraordinarias, quemando copal que agrada a los Dioses del firmamento. Son las Cihuatéotl de El Zapotal, el mejor ejemplo del poder femenino, del respeto que su fuerza característica les confiere.

Sus ojos están cerrados, escondiendo detrás de sus párpados algo más que una mirada, escondiendo la realidad de una vida que en algún momento fue sublime. Su boca está abierta, como si expresara su dolor de madre y contara la historia que vivieron cientos de mujeres como ella.

Mira de cerca a las Cihuatéotl, escucha aquello que sale de su boca, siente su magnífico poder que motivaba al guerrero y la humilde resignación de quien respeta las reglas del juego, de quien forma parte importante de algo que algunos llaman universo y otros llaman infinito. Ellas escuchan y entienden, ellas forman parte de ti y tú formas parte de ellas: ¡Vívelo!


 
 
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