|
|
Autonomía
Autonomía del aprendizaje
Sergio Valdivia Navarro |
Pensar
en la autonomía del aprendizaje nos lleva a ubicarnos en una
postura de libertad; una libertad en nuestro actuar que, a su vez,
nos permite escoger, seleccionar o decidir, por nosotros mismos.
Decidir en nuestras vidas ha sido una constante. No importa hacia
donde volvamos nuestra vista, tomamos decisiones de todo tipo, desde
que nos despertamos por las mañanas hasta que nos acostamos
por la noche. Decisiones triviales y otras no tanto. Esta libertad
es la que nos ha hecho sentirnos ‘grandes’ y en control
de nuestras vidas, pues cuando niños, eran nuestros padres
los que decidían por nosotros: qué ropa usar, qué
comer, a dónde ir, a qué hora ir a la cama, etc. Y poco
a poco nos fueron dejando esas decisiones, por supuesto con su cercana
supervisión.
Pero, ¿qué tan buenos somos para decidir? Recordemos
que no sólo se trata de tener opciones frente a nosotros. Al
decidir tenemos el ‘placer’ de nuestra individualidad,
pero también la responsabilidad que va aunada a todo ello.
Decidir por uno mismo cobra un precio que es la responsabilidad de
nuestras voluntades.
Si fue una buena o mala decisión, somos nosotros y sólo
nosotros los responsables.
Tomar una decisión nos puede llevar tiempo al analizar los
factores que intervienen o podemos actuar de manera impulsiva y decidir
en un instante. Una buena decisión no la reconocemos en el
momento de tomarla, sino un instante más tarde cuando ya está
tomada y cuando, hay veces, no podemos hacer mucho al respecto.
Como estudiantes son nuestros maestros quienes se encargan de un buen
número de decisiones relacionadas con nuestro aprendizaje.
En la búsqueda de una mayor promoción de la autonomía
en el aprendizaje, vemos que se delegan aspectos de decisión
al estudiante. Pero debemos reconocer que sigue existiendo una gran
responsabilidad por parte del maestro, ya que si el alumno no está
preparado para una buena toma de decisiones, se necesita que el maestro
intervenga en el entrenamiento del alumno para poder, más tarde,
delegarle nuevas responsabilidades.
El saber decidir no es algo automático en el estudiante y,
sobre todo, en aspectos que no le son familiares o para los cuales
no tiene los elementos suficientes para una toma de decisiones informada.
Así que, como maestros, debemos estar pendientes de aquellas
decisiones que delegamos en nuestros estudiantes, relacionadas con
su aprendizaje, ya que pueden requerir un entrenamiento o preparación
previa de nuestra parte, antes de pedirles que tomen alguna decisión
relativa a su aprendizaje.
|
|
|
|
|
|
...
. |
|
|
|
|
|