Año 5 • No. 177 • mayo 2 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Páginas Centrales

 Información General

 Ex-libris

 Gestión Institucional

 Vinculación

 Investigación

 Estudiantes

 Educación  Intercultural

 
Arte Universitario

 
Foro Académico


 Halcones al Vuelo


 Contraportada


 Números Anteriores


 Créditos

 

 

 
Autonomía
Autonomía del aprendizaje
Sergio Valdivia Navarro
Pensar en la autonomía del aprendizaje nos lleva a ubicarnos en una postura de libertad; una libertad en nuestro actuar que, a su vez, nos permite escoger, seleccionar o decidir, por nosotros mismos.

Decidir en nuestras vidas ha sido una constante. No importa hacia donde volvamos nuestra vista, tomamos decisiones de todo tipo, desde que nos despertamos por las mañanas hasta que nos acostamos por la noche. Decisiones triviales y otras no tanto. Esta libertad es la que nos ha hecho sentirnos ‘grandes’ y en control de nuestras vidas, pues cuando niños, eran nuestros padres los que decidían por nosotros: qué ropa usar, qué comer, a dónde ir, a qué hora ir a la cama, etc. Y poco a poco nos fueron dejando esas decisiones, por supuesto con su cercana supervisión.

Pero, ¿qué tan buenos somos para decidir? Recordemos que no sólo se trata de tener opciones frente a nosotros. Al decidir tenemos el ‘placer’ de nuestra individualidad, pero también la responsabilidad que va aunada a todo ello. Decidir por uno mismo cobra un precio que es la responsabilidad de nuestras voluntades.

Si fue una buena o mala decisión, somos nosotros y sólo nosotros los responsables.
Tomar una decisión nos puede llevar tiempo al analizar los factores que intervienen o podemos actuar de manera impulsiva y decidir en un instante. Una buena decisión no la reconocemos en el momento de tomarla, sino un instante más tarde cuando ya está tomada y cuando, hay veces, no podemos hacer mucho al respecto.

Como estudiantes son nuestros maestros quienes se encargan de un buen número de decisiones relacionadas con nuestro aprendizaje. En la búsqueda de una mayor promoción de la autonomía en el aprendizaje, vemos que se delegan aspectos de decisión al estudiante. Pero debemos reconocer que sigue existiendo una gran responsabilidad por parte del maestro, ya que si el alumno no está preparado para una buena toma de decisiones, se necesita que el maestro intervenga en el entrenamiento del alumno para poder, más tarde, delegarle nuevas responsabilidades.

El saber decidir no es algo automático en el estudiante y, sobre todo, en aspectos que no le son familiares o para los cuales no tiene los elementos suficientes para una toma de decisiones informada. Así que, como maestros, debemos estar pendientes de aquellas decisiones que delegamos en nuestros estudiantes, relacionadas con su aprendizaje, ya que pueden requerir un entrenamiento o preparación previa de nuestra parte, antes de pedirles que tomen alguna decisión relativa a su aprendizaje.

 
 


 
 
... .