Año 5 • No. 180 • Mayo 23 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Edith Escalón

El número de bovinos con mordeduras se redujo en un 78.5 por ciento y el número de mordeduras en cada animal disminuyó en un 92 por ciento. Además, la captura de murciélagos se redujo en un 78 por ciento, lo que demuestra el control de la población con esta técnica.
Los ataques que el ganado veracruzano sufre debido al murciélago hematófago que, además de alimentarse de su sangre es el principal transmisor de la rabia paralítica, han sido reducidos en un 80 por ciento en el centro del estado gracias a una nueva técnica vampiricida validada por un equipo de veterinarios, liderado por la Universidad Veracruzana.


El ungüento se aplica en el cuerpo de los vampiros. para controlar la población.
Esta metodología reducirá las pérdidas económicas de los ganaderos que, según reportes oficiales, supera los 650 bovinos al año, pues la continua pérdida de sangre provocada por los murciélagos (hasta 25 mililitros durante 30 segundos) los debilita, hace propensos a la infección de sus heridas y, por si fuera poco, los lleva inevitablemente a la muerte si el murciélago agresor es portador de la rabia.

Los ganaderos y autoridades sanitarias promovían tradicionalmente la destrucción de los lugares de refugio de los murciélagos, dinamitándolos o empleando gases tóxicos, sin embargo, ni lograban al cien por ciento su objetivo ni resultaba una técnica adecuada para el ecosistema, pues afectaban a otras especies benéficas.
Considerando esto, la UV, junto a otras instancias, se dio a la tarea de buscar una mejor solución.

En 2003, la Fundación Produce Veracruz aprobó un financiamiento de más de 1.2 millones de pesos para la investigación en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UV. Entre los proyectos se hallaba el desarrollo de un vampiricida para el control de la plaga de murciélagos en el centro de Veracruz.

Éstos son los resultados tras dos años de investigación.
Eficacia comprobada
La nueva metodología consiste en la aplicación de un vampiricida que se inyecta al ganado con mordeduras cada 90 días, permite controlar la población del murciélago y prevenir la rabia en bovinos sin afectar especies benéficas.
Como integrante del equipo de investigación, Maria Luisa Méndez Ojeda, académica e investigadora de la FMVZ de la UV, pudo constatar que las diferencias entre el uso de la técnica vampiricida convencional y la nueva técnica validada son enormes.

“El número de bovinos con mordeduras se redujo en un 78.5 por ciento y el número de mordeduras en cada animal disminuyó en un 92 por ciento. Además, la captura de murciélagos se redujo en un 78 por ciento, lo que demuestra el control de la población con esta técnica”.

La nueva metodología –validada en Emilio Carranza, Santa Cruz y Paso Lagarto, tres localidades del municipio de Soledad de Doblado– consiste en la aplicación de una “vacuna” vampiricida que se inyecta al ganado que ha recibido mordeduras con intervalos de 90 días y que resulta, como se dijo antes, sumamente efectiva.


María Luisa Méndez Ojeda.
De hecho, esa es una de las ventajas de la propuesta validada por la UV, pues permite controlar las poblaciones de estos animales sin afectar otro tipo de murciélagos (existen más de 986 especies) que se alimentan de frutas o de insectos y que incluso controlan plagas y juegan papeles importantes en la conservación de los ecosistemas, pues polinizan o dispersan frutos y semillas.

Por eso eran tan nocivos los métodos de control convencionales, pues implicaban la destrucción de esos lugares con el uso de gases tóxicos o dinamita, matando a todas las especies por igual. Y es que según Méndez Ojeda, las diferentes especies de quirópteros “viven juntas, pero no revueltas”, pues aunque comparten los lugares de refugio, cada una se apropia de alguna región específica y no interactúa con las otras.
Además, el proyecto contempló la capacitación de ganaderos para la captura, identificación y manipulación de los murciélagos a los que aplican el ungüento vampiricida tradicional, la técnica más económica y efectiva que hay, pues la pomada se puede aplicar directamente sobre las mordidas que ha sufrido el ganado, donde el vampiro normalmente regresa a alimentarse otra vez.

No obstante, también puede aplicarse directamente en los murciélagos, que se capturan con redes de nylon fuera de sus refugios y a los que se aplica el ungüento. Una vez liberados, regresan a su refugio y se acicalan mutuamente ingiriendo la sustancia que los mata en un lapso no mayor a 10 días, durante el cual matan, a su vez, alrededor de 30 individuos más.


La aplicación del vampiricida inyectado redujo 90 por ciento el número de mordeduras en cada animal.


Los ganaderos fueron capacitados para distinguir a murciélagos hematófagos de los que comen frutas o insectos.

“El problema es que, muchas veces, al no contar con la asesoría adecuada, el ungüento es aplicado en especies benéficas”. La tecnología validada a nivel de campo será transferida a otras zonas del estado y del país que tengan problemas con la población de murciélago hematófago y que hayan presentado brotes de rabia
en bovinos.

La investigadora señaló que esta transferencia es particularmente valiosa en municipios marginales donde la pobreza es una constante: “En Emilio Carranza, Santa Cruz y Paso Lagarto, donde trabajamos, las familias tienen de tres a cinco animales. Si uno de ellos se muere por la rabia o por las infecciones de las mordidas, la pérdida es casi una tragedia”.


Principal alimento
Los murciélagos hematófagos más comunes se alimentan principalmente de mamíferos y ocasionalmente de mamíferos silvestres y otras aves. Las otras dos especies hematófagas llamadas vampiro de patas peludas (Diphylla ecaudata) y vampiro de alas blancas (Diaemus youngii) se alimentan preferentemente de aves y poseen una distribución restringida a los estados de Tamaulipas, Veracruz y Tabasco y sur de la Península de Yucatán.


Los problemas de la rabia
La incidencia de la rabia transmitida por estos mamíferos se ha incrementado conforme ha aumentado el desarrollo de la ganadería en el país. En Veracruz, la Comisión Nacional de Sanidad Agropecuaria reportó 410 focos de rabia paralítica bovina de 1995 a 2000.

En América Latina, la rabia de murciélagos hematófagos o vampiros constituye uno de ellos, contagiando a los animales domésticos al momento de alimentarse, como se ha comprobado en al menos tres especies diferentes de quirópteros hematófagos.

Una de ellas, conocida como vampiro común, es la más abundante y de amplia distribución.

En nuestro país se encuentra a lo largo de las costas de Golfo de México y Océano Pacífico, desde el norte de Tamaulipas hasta Yucatán. Esta especie se alimenta de mamíferos domésticos y ocasionalmente de aves. Las otras dos especies de hematófagos llamadas vampiro de patas peludas y vampiro de alas blancas se alimentan sólo de aves.

Cabe señalar que este trabajo fue posible gracias a la participación de veterinarios del Patronato de Apoyo a la Investigación y Experimentación Pecuaria en México y del Colegio Estatal de Médicos Veterinarios de Veracruz, quienes junto con los universitarios participaron en todo el proyecto.

Dónde viven los murciélagos
La infección de la rabia ha sido comprobada en tres especies de murciélagos hematófagos (Demodus rotundus, Diphylla ecaudata y Diaemus youngii) las cuales se encuentran restringidas a América tropical y subtropical. De éstas, el vampiro común es la especie hematófaga más abundante y de más amplia distribución, en México se encuentra a lo largo de las costas del Golfo y océano Pacífico, desde el norte de Tamaulipas y Sonora, hasta los estados de Tabasco, Chiapas y la península de Yucatán. Su distribución se extiende hasta Centro y Sudamérica.