Veracruz,
Ver.- Luego de una inversión de 1.2 millones de pesos
en investigación, equipamiento y desarrollo de tecnología,
en la que participaron también apicultores y la Fundación
Produce Veracruz, la UV se declara lista para la certificación
de calidad de la miel veracruzana, con la puesta en marcha de una
planta de extracción y un laboratorio apícola de alta
tecnología.
Para la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia –que manejará
la planta desde la posta zootécnica que posee en la ciudad
de Veracruz–, este servicio podrá garantizar la calidad
e inocuidad alimentaria de la miel en el proceso de extracción
y colocará a la entidad a la vanguardia en el manejo final
del producto.
Junto con 45 productores apícolas de Soledad de Doblado, quienes
operan en conjunto más de 18 mil colmenas de abejas europeas
(Apis mellífera), los universitarios han validado
desde 2003 las tecnologías que hoy les permiten hacer extensivo
este servicio de certificación a los apicultores de todo el
estado, gracias al apoyo de la Fundación Produce Veracruz,
quien brindó parte del recurso financiero para la investigación.
“Nuestro objetivo a mediano plazo es ampliar la planta de extracción
a una planta industrial de mayor capacidad, si es que más apicultores
se suman al proyecto”, comentó Sóstenes Rodríguez
Dehaibes, profesor-investigador de la Facultad de Veterinaria, director
del Laboratorio de Apicultura Tropical y director de este proyecto.
Esta planta de extracción, la única en el estado que
cumple con los requisitos de calidad que exigen los mercados internacionales
(especialmente el alemán, principal comprador de nuestra miel),
beneficiará a los apicultores veracruzanos, pues les permitirá
certificar el producto no sólo para la exportación,
sino para fortalecer el consumo interno que podría hacer más
rentable.
“Hoy, el kilo de miel certificada tiene un precio promedio de
15 pesos en el mercado exterior, pero la venta al menudeo, apoyada
por una marca y un envasado industrial, podría colocar cada
kilo hasta en 70 pesos, que le daría a los productores mejores
márgenes de operación”. La Comisión Veracruzana
de Comercialización Agropecuaria (Coveca) participará
activamente en el proyecto para colocar parte del producto en el mercado
interno, a partir de la creación de una marca.
Si se considera que los apicultores de Soledad de Doblado cosechan
entre 35 a 45 toneladas de miel por año, las ganancias que
podrían obtener al elevar la calidad de su producto y colocarlo
en el mercado interno les permitiría invertir más en
el desarrollo de tecnología y la expansión de su mercado.
La planta de extracción cuenta con una centrifugadora de acero
inoxidable, tanque de sedimentación y un sistema de cuchillas
de calentamiento por vapor para abrir los panales, y cumple todos
los requisitos de certificación que exigen las normas oficiales.
Después del proceso de extracción en esta planta, la
miel queda ultrafiltrada, pulida y con una presentación estética
impecable, sin afectar ninguna de sus propiedades nutrimentales.
En la mayoría de los casos la extracción se hace al
aire libre, con equipo manual o eléctrico,
sin tanques de sedimentación y con colados muy ligeros que
provocan que la miel se contamine o no se limpie en este proceso.
Tecnología
apícola universitaria
No es el único método que la UV tiene para asegurar
la calidad de la miel. Sus últimos proyectos le han permitido
equipar un laboratorio de servicios apícolas en el que se
realizan análisis especializados para determinar las características
que conceden el grado de calidad según los estándares
nacionales, internacionales y los particulares del cliente principal:
Alemania.
Uno de ellos es la humedad, pues indica si la miel conserva todas
las cualidades nutrimentales (que le proporcionan las enzimas) y
le dan un valor agregado al producto, mismas que se pierden al calentarla,
según explicó el investigador. “La norma internacional
establece que no debe tener más de 40 miligramos de hidroximetilfurfural,
una sustancia que limita sus propiedades nutritivas, sin embargo,
Alemania exige que no pase de 15, porque en el proceso de envasado
aumenta y provoca que la miel vaya perdiendo sus propiedades”.
|