Año 5 • No. 180 • Abril 25 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Países poderosos usan al neoliberalismo
para abrir nuestras fronteras al comercio
Juan Carlos Plata

Adolfo García de la Sienra.
Ante el avance del capitalismo voraz y de la instauración de las tesis neoliberales, a lo que se debe apelar es al Estado de Derecho, porque es lo único que impone límites a los mercados desordenados, aseguró el investigador Adolfo García de la Sienra en el foro Lecturas de nuestro presente que realizó el Instituto de Filosofía de la UV.

Gracias al Estado de Derecho, en Inglaterra, Estados Unidos y Francia, la clase obrera pudo obtener más bienestar comparado con las condiciones espantosas de la Revolución Industrial inglesa. Dijo que los países desarrollados no están reduciendo sus estados ni están dejando los mercados en manos de las grandes empresas por lo que estamos viviendo una aplicación coja de la ideología neoliberal a nivel global.
Es una fantasía que los mercados surjan y se organicen de manera espontánea, ya que los países del primer mundo tienen un estado que rige los procesos económicos. “La idea de que el mercado es algo espontáneo, que surge a la buena de Dios, es incorrecta, los mercados son estructuras muy complicadas que presuponen todo un sistema político y legal que los soporten”.

En los hechos, el neoliberalismo es una justificación que se usa cuando los propios países del primer mundo quieren obligar a que se abran fronteras al comercio para su beneficio. Según las tesis neoliberales, el papel del estado es instrumentar los preceptos ideológicos en sus sociedades, lo que incluye autoreducirse hasta ser un estado minimalista. “Pero yo no veo ningún Estado reduciéndose de esa manera, más bien los veo expandiéndose, por ejemplo, el poderío militar de los Estados Unidos no me parece que sea de un estado minimalista, o habría que preguntarles qué entienden por un estado minimalista”.

García de Sienra dijo que las fuerzas del neoliberalismo rebasan al ciudadano común y es necesario pensar en términos de fuerzas sociales, concepto que no le gusta mucho al neoliberalismo. Sabemos que hay fuerzas sociales, tendencias históricas, pero al neoliberalismo no le gusta reconocer eso, “más bien le gusta la idea del héroe individual que salva al país o que somete a los poderes, el selfmade man que se hace millonario iniciando un pequeño negocio de hot dogs, les gusta la idea de un individuo superpoderoso, Superman es el caso límite”.

Para lograr un equilibrio justo y el desarrollo de todos, dijo, es necesaria la creación de un Estado global que regule los procesos económicos que conlleva el libre comercio.

“De esta manera las fronteras dejarán de ser barreras a la información tecnológica y el trabajo, un proceso similar a lo que ya se viene haciendo en lo económico, pero llevado a lo político, porque se han abierto las fronteras a los bienes pero no al trabajo y no hay una regulación internacional”.