Año 5 • No. 182 • junio 6 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Rafael Lomnitz, nuevo director de la compañía teatral
Sansón y Dalia remarca el sello característico
del festival Junio Musical
Jorge Vázquez Pacheco

Desde el momento en que el maestro Francisco Savín, como director titular de la Sinfónica de Xalapa, ideó un festival que habría de denominarse Junio Musical con la misma OSX como eje central, su idea fue otorgar un nicho sumamente especial a la voz humana. En la continuidad de aquella elogiable iniciativa, y a diez años de su inicio, el festival reitera esta vocación con la puesta en escena de la ópera Sansón y Dalila del compositor francés Camille Saint-Saëns.

Pocas obras son tan familiares al lego en la materia como este drama bíblico en tres actos. Cuando alguien escucha esta ópera por vez primera, advierte que sus temas le resultan conocidos y hasta familiares gracias a los numerosos arreglos que se han hecho de los mismos. Quizá la melodía más célebre sea la romanza del segundo acto Mon coeur s’ouvre a ta voix (Mi corazón se abre a tu voz), una de los varios fragmentos que el compositor dedicó al personaje central femenino, que debe ser una mezzosoprano de sobradas dotes escénicas y belleza física sobresaliente.
Esta romanza se convierte en un apasionado y tempestuoso dúo de amor, que anuncia por sí mismo la tragedia con que culminará la historia tomada del libro bíblico de Jueces y que narra las peripecias del juez hebreo Sansón. Saint-Saëns se vio en la necesidad de esperar varios años para lograr estrenar esta obra en su propio país, debido a que la censura eclesiástica condenaba el empleo de un tema bíblico como fuente de un libreto para la escena. Gracias al compositor húngaro Franz Liszt pudo estrenarse pero en lengua alemana y en la ciudad de Weimar, el 2 de diciembre de 1877.

Sobre un libreto escrito por el poeta Ferdinand Lemaire y basado en los capítulos 13 al 16 del libro de Jueces, Sansón y Dalila cuenta la historia del caudillo que fue consagrado desde el vientre de su madre para convertirse en líder del pueblo hebreo. Su enorme fuerza, capaz de destrozar un león y derribar edificaciones, residía en la larga cabellera. Una mujer, la seductora sacerdotisa filistea Dalila, logra fascinar a Sansón y arrancarle su secreto. Vencido, ciego y debilitado, Sansón pasa un tiempo en esclavitud hasta que su cabello crece un poco, las fuerzas regresan a su cuerpo y en medio de la Bacanal en el templo del dios Dagon (uno de los momentos más deslumbrantes en el arte escénico), logra derribar la edificación, matando a todos en su interior incluyéndole a él.

La fuerza dramática y la atmósfera espiritual que caracterizan a esta ópera, exigen cantantes de amplias posibilidades para el desempeño de los roles principales. Ya hemos comentado en torno de la belleza y poderío vocal para Dalila, mientras que Sansón debe ser encarnado por un tenor de voz potente y oscura, pero con flexibilidad y brillantez para los momentos amorosos del segundo acto. Por añadidura, el Viejo hebreo, el Sumo Sacerdote y el sátrapa Abimelech deben ser cantantes de voz profunda y viril.

Enrique Patrón de Rueda, experimentado maestro cuya especialidad artística apunta hacia el drama escénico, será el director musical mientras que el listado de participantes es tan prolongado que te sugerimos consultar la cartelera.
Sansón y Dalila se ofrecerá al público este viernes 10 a las 20:30 horas y el domingo 12 a las 18:00 en la sala grande del Teatro del Estado.