La
dedicatoria es para Francia y su trascendente arte. Pero también
se encamina hacia la promoción de Xalapa como el centro cultural
que es y que ha sido reconocido por gentes tan significativas como
Juan Rulfo.
Si el escritor jalisciense afirmaba categóricamente que Xalapa
es la ciudad de la provincia mexicana con mayor identidad cultural,
el festival Junio Musical en su décima edición
lo confirma sin sombra de duda. Durante 17 días de intensa
actividad en 24 sedes, el festival Junio Musical volverá
a ser el centro de la cultura y las artes en la porción oriente
de la República, lo mismo que en su sector sureste, del 10
al 26 de junio.
Para lo mismo, se cuenta con la participación del gobierno
estatal y el apoyo de la nación francesa. Por añadidura,
el sector comercial relacionado con el turismo, como es el representado
por restauranteros, hoteleros y transportistas, han hecho su importante
aportación para promover adecuadamente la visita de quienes
se interesan en los espectáculos de la naturaleza anunciada.
La ópera, una tradición
ineludible
De acuerdo a lo informado por Manuel Zepeda Ramos, director de Divulgación
Artística de la UV, la música en todos sus renglones,
artes plásticas, cine, danza, conferencias, jornadas científicas,
musicología y una serie de actividades complementarias, serán
encabezadas por la puesta en escena de la ópera Sansón
y Dalila del maestro francés Camille Saint-Saëns, una
de las obras más atractivas musical y visualmente en el acervo
del arte lírico.
Para esta obra se contará con la presencia del tenor Mark
Lundberg, uno de los más renombrados intérpretes del
difícil rol del juez hebreo de la antigüedad. Lundberg
forma parte de la selecta estirpe de tenores heroicos o
“heldentenor”, la voz aguda más potente y capaz
en la tesitura varonil. Mientras que el papel de la sacerdotisa
filistea Dalila, que exige no sólo extraordinarias dotes
vocales y actorales sino también una belleza física
sobresaliente, ha sido asignado a la mezzosoprano Phyllis Pancella.
Hay varios roles complementarios –no nos atreveríamos
a llamarlos secundarios– como el del Viejo hebreo, que será
encarnado por el magnífico bajo regiomontano Rosendo Flores,
al tiempo que el extenso y duro papel de Sumo sacerdote será
representado por el barítono de Coatzacoalcos Genaro Sulvarán.
La dirección musical será responsabilidad de Enrique
Patrón de Rueda, maestro cuya especialidad apunta precisamente
hacia la ópera.
La obra de Messiaen
A lo anterior se sumará la primera audición en Xalapa
de la formidable Sinfonía Turangalila de Olivier
Messiaen, una obra monumental y pieza clave en el desarrollo de
la música del siglo XX en la que el empleo de un teclado
de ondas Martenot se erige como una absoluta novedad en nuestro
ámbito.
Las ondas Martenot es un interesante instrumento inventado hacia
el primer tercio del siglo XX por Maurice Martenot. Adicionado con
diversos mecanismos, emite sonidos producidos electrónicamente,
y para el mismo se dedicaron varias partituras, con la obra en cuestión
como la más notable, debida al genio del compositor francés
Messiaen.
A todo lo anterior se sumará la participación de la
Orquesta Sinfónica Juvenil de Veracruz, dirigida por Benjamín
Levy con un programa de partituras generadas por autores franceses
como Ravel, Debussy y Satie.
El genial gitano Lakatos
Por vez primera en Veracruz tendremos la presencia del formidable
violinista de raza zíngara Roby Lakatos, a quien se ubica
como uno de los mejores intérpretes de la actualidad internacional.
Roby Lakatos es un caso sumamente especial. Se le considera una
mezcla de violinista gitano y clásico con destellos “casi
diabólicos” en su imponente virtuosismo. Es también
un compositor que gusta del juego con la improvisación durante
sus audiciones y artista que no conoce limitantes en los terrenos
que pisa. Con Lakatos se dio el primer e inusitado caso de que una
firma discográfica tan exigente como la alemana Deutsche
Grammophon depositase su atención en un artista alejado un
tanto del ámbito del concertismo, para llevarlo hacia su
exclusividad.
Genio de indudables alcances, músico de dimensiones descomunales
y un talento como pocos surgen en un siglo, Roby Lakatos otorgará
un sello distintivo en este festejo. La presencia de este maestro
ha sido posible gracias a la intervención de su amigo, el
virtuoso xalapeño Erasmo Capilla, a quien le une una identificación
entrañable desde que se conocieron en la ciudad belga de
Bruselas, hace ya una buena cantidad de años. Precisamente
Capilla dirigirá a la orquesta sinfónica que participe
con el genial músico gitano.
El
arte galo, presente
Con relación a los terrenos del arte plástico, Zepeda
comentó que “pintores, grabadores, escultores y fotógrafos
franceses habrán de tomar por asalto las galerías
xalapeñas”, mientras que en lo que respecta al denominado
séptimo arte, hizo mención a que no recuerda
tanto cine francés en tan poco tan poco tiempo para la capital
veracruzana.
Bailarines de la Isla de Guadalupe, así como folcloristas
de Les Frontieres, habrán de ofrecer su arte coreográfico.
Se trata de la décima edición de un festival ideado
para convertir a la ciudad de Xalapa en una suerte de Meca del arte
en la región oriente de la República, y de muchas
formas ha logrado cumplir con este propósito. Como lo mencionó
el funcionario universitario, después de diez años
“hemos encontrado la esencia que debe regir a los festivales
en Veracruz en el futuro: un núcleo de actividades en torno
de las artes, la ciencia, la tecnología, el comercio, la
industria y el turismo, que reúna varias vertientes vinculadas
con el desarrollo económico de la zona de influencia”.
Quienes presidieron la reunión de información coincidieron
en que Junio Musical aborda eficiente y dignamente lo relacionado
con la proyección estatal en el rubro de la cultura. Haciendo
eco a lo mencionado por Juan Rulfo, en el sentido de que Xalapa
es la ciudad de la provincia mexicana que mejor se identifica con
la cultura, Junio Musical habrá de ser un peldaño
más en la cimentación nacional del arte producido
hacia el interior de la Universidad Veracruzana.
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