Año 5 • No. 182  • junio 6 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Ofrece investigadora taller a padres de familia
Cómo educar sexualmente
a niños con una discapacidad
Gina Sotelo

Para Irma Aída Torres Ferman, académica del Instituto de Investigaciones Psicológicas, “al niño discapacitado se le niega su sexualidad; aunque tenga 20 años, sus padres lo siguen tratando como niño y no lo orientan ni educan en el sexo”.

Quien el pasado 3 de junio ofreció el taller Educación Sexual dirigido a padres de niños con capacidades especiales, afirma que el niño o niña con discapacidad mental es considerado por la sociedad como una persona no autónoma, a quien se le enseña a percibirse como un disminuido, devaluado o incapaz de relacionarse exitosamente en su ambiente social. “De ahí que, por extensión, la sexualidad sea vista de manera deformada, principalmente por sus cuidadores y padres quienes prolongan la dependencia del sujeto hacia ellos e incrementan la dificultad para que promueva una separación del núcleo familiar”.

Para Torres Ferman, este hecho entorpece su proceso de desarrollo sexual, limita la expresión de sus impulsos y necesidades sexuales y provoca que el niño o niña con discapacidad mental busque la satisfacción de sus impulsos sin considerar normas y valores morales, y expresando su sexualidad con espontaneidad e impulsividad, “como cuando se masturba en público, o explora su cuerpo o el de sus compañeros sin reparar en la presencia de las personas que lo rodean”.

Tema de suma importancia es la preocupación que sienten los padres por determinados comportamientos socioafectivos de sus hijos que pueden ser malinterpretados por las personas que los rodean: “Algunos padres temen que sus hijas sufran abusos sexuales por mostrarse confiadas y cariñosas con los extraños y muestran también marcada preocupación ante la conducta de masturbación de sus hijos, pues temen que la realicen públicamente”.

Estos niños y adolescentes no tienen malicia, son candorosos, afectivos y confiados, vulnerables a que se aprovechen de sus condiciones. Tienen necesidades sexuales como cualquier persona, lo que sucede es que no se les ha enseñado a distinguir quién es su amigo y quién no: “y si educar en sexualidad a niños regulares es complicado, con estos niños es más”.

Enseñar a los niños a diferenciar qué conducta es privada y qué es pública es responsabilidad de los padres y tutores. Los discapacitados mentales también tienen deseos de formar una familia y tener hijos, y así lo hacen en muchas ocasiones: “A veces los padres lo que hacen es esterilizarlos negándoles esta posibilidad. A los niños hay que enseñarles de una manera que entiendan, además de ponerles buenos ejemplos”.

La investigadora universitaria tiene amplia experiencia en el tema de educación a niños discapacitados. Aunque su área de estudio es la educación para la salud, se ha especializado en psicología y educación. Ha publicado numerosos artículos en revistas especializadas y es coautora del libro Los derechos sexuales de los niños con discapacidad mental.

El taller se impartió dentro del ciclo de Talleres de Educación Especial, organizado por alumnos de la carrera de Publicidad y Relaciones Públicas de la UV agrupados como Agencia Cyan. En el ciclo también se impartieron los talleres Integración educativa, Hiperactividad y problemas de conducta y Autoestima, dirigidos a padres de familia de niños con discapacidad.