Año 5 • No. 185 • junio 27 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Páginas  Centrales

 Información  General


 Ex-libris

 Gestión  Institucional

 Vinculación

 Investigación

 Ser Académico

 Estudiantes

 
Arte  Universitario

 Foro Académico


 Halcones al  Vuelo


 Contraportada


 Números  Anteriores


 Créditos



 

 

 
Federico Reyes Heroles analizó Los Miserables
Empequeñecimiento del alma, constante entre Víctor Hugo y nuestra realidad
Edgar Onofre
Algo estamos haciendo mal: los antidepresivos son los medicamentos de mayor venta, la sociedad no otorga sentido a nuestra existencia, los jóvenes se matan unos a otros y, en general, perdemos capacidad de gozo, dijo el escritor
El empequeñecimiento o la degradación del alma presente en los personajes de Los Miserables, obra cumbre del escritor francés Víctor Hugo que data de 1845, continúa vigente en la realidad contemporánea, aseguró Federico Reyes Heroles durante la conferencia que ofreció en el marco del Festival Junio Musical.

“Algo estamos haciendo mal en las sociedades: los antidepresivos son los medicamentos de mayor venta en el mundo, nuestra organización social no otorga sentido a nuestra existencia, los jóvenes se matan unos a otros en las escuelas (y no sólo en Estados Unidos), uno de cada tres franceses dice sentirse solo según Le Nouvelle Observateur, la gente pierde el gusto por la charla en los cafés y se dedica a ver la televisión y, en general, perdemos capacidad de gozo”.


Manuel Zepeda Ramos, Federico Reyes Heroles y José Blanco.
Al analizar los elementos profundos que conforman a los personajes y sus circunstancias, Reyes Heroles advirtió que uno de ellos, el azar, registra un nuevo auge en la actualidad y confronta directamente a la excesiva cantidad de información científica que los individuos poseen desde finales del siglo XX. “En los sesenta se pensó que la ciencia había abatido definitivamente la noción de azar, pero hoy sabemos que aún la cadena de ADN también depende un poco del azar”.
Dijo que el alma es otro de los elementos vigentes en Los Miserables. De hecho Víctor Hugo se refirió “a los miserables a quienes el alma se les gangrenó, a los canallas y los mezquinos”. A pesar de que con las aportaciones de Sigmund Freud se enterró la noción de alma, el científico inglés y Premio Nobel Francis Crick busca demostrar que el alma tiene su origen en un grupo de neuronas y no en la inspiración divina.

Reyes Heroles expuso cuatro pistas presentes en Los Miserables: el alma, el destino, el azar y la noción de verdad y mentira.

Víctor Hugo usó el alma en 310 ocasiones en su novela, según un acucioso estudio que le permitió construir un expediente del alma de cada uno de sus personajes, así como una taxonomía de los tipos de alma que albergan los hombres en la cosmogonía de Víctor Hugo.

Después se refirió al destino, elemento que manejó desde la perspectiva de la complejidad moral, lo que le permitió alejarse de sentencias moralinas y cancelar explicaciones simplistas o absolutas. De esta manera, si bien el destino resulta escrito por Dios, también está sujeto a la conciencia, por lo que el protagonista Jean Valjean se rebela contra el suyo, no acepta el sufrimiento como sino y nos muestra que el destino en Víctor Hugo es conciencia de la conciencia y la oportunidad.

El azar resulta demasiado evidente en la obra del francés, quien no buscó ocultarla sino destacarla como el gran número de vueltas que da la vida. Esta concepción del azar, dijo Reyes Heroles, permitió al escritor colocarse como un narrador omnisciente, pero de una omnisciencia como la del testigo de una historia que escapa al control del escritor y de todos los personajes.

Finalmente, la noción de verdad y mentira. De acuerdo con Mario Vargas Llosa, a quien se refirió Reyes Heroles, “Víctor Hugo nos hace creer que juega tan sólo el papel de un testigo, pero declararse inexistente es un forma de existir”.

Reyes Heroles concluyó que “el gran personaje de Los Miserables es Víctor Hugo, gran provocador contra la pobreza y la injusticia que nos invitó a ver más allá de la moral dominante, a comprender la miseria humana y, en este sentido, logró transformar la mirada del mundo e invitó a leer en el alma que, hasta entonces, había quedado olvidada en el camino”.