Año 5 • No. 185 • junio 27 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Realiza Laboratorio de Apicultura primera extracción de miel con criterios de calidad internacional
Carolina Cruz
La Asociación de Apicultoras de Soledad de Doblado procesó la semana pasada dos toneladas de miel de mangle en la planta de extracción, ubicada en el rancho Torreón del Molino de la Facultad de Medicina Veterinaria de la UV

Ejidatario muestra una de las calzas de miel que serán procesadas.
Veracruz, Ver.- Cumplir con los requisitos de inocuidad alimentaria no ha sido difícil para los apicultores de Veracruz, más bien es la lucha contra la varroa, un parásito que afecta a las abejas, lo que ellos consideran el principal problema, dijo Javier Leyva Lagunes, presidente de la Asociación de Apicultores “La Choleña”, de Soledad de Doblado, que esta semana procesó dos toneladas de miel de mangle en la planta de extracción ubicada en el rancho Torreón del Molino de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Veracruzana, en lo que vino a ser la primera extracción oficial del Laboratorio de Apicultura.

Sustancias que contiene la miel, inducidas por fertilizantes o insecticidas, son ahora reguladas por la Secretaría de Agricultura,
Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) a través del Manual de Buenas Prácticas de Manufactura de Miel, instrumento que vigila que los procesos de producción sean inocuos.

Las instalaciones y equipos con que cuenta el Laboratorio de Apicultura de nuestra casa de estudios garantizan a los productores que todo el proceso de extracción, sedimentación y filtrado, se realizará en forma calificada e inocua, certificando la calidad del producto para su consumo nacional y su acceso al mercado internacional, donde la miel mexicana tiene una elevada demanda.

El Laboratorio de Apicultura, único en el estado, cuenta con una sala sucia, donde el productor descarga de los camiones las alzas de las colmenas que luego pasan al desperculador, instrumento que mediante cuchillos de vapor separa de los bastidores los concentrados de cera con miel, para que ésta se filtre al extractor (con capacidad de depurar 10 alzas en 10 minutos) mediante un proceso centrífugo que depura residuos de cera y vierte la miel a un tanque de sedimentación. En éste se elimina cualquier impureza mediante tres filtrados.

Alumnos practican la clase de apicultura en el rancho Torreón del Molino.
Certifica inocuidad de dos toneladas de miel
Javier Leyva Lagunes, primer productor en hacer uso del Labotarorio de Apicultura, descargó 600 alzas, cada una de unos 25 a 30 kilos, lo que en producción total de miel significó dos toneladas, aunque considera que “no fue suficiente la producción debido a las pocas lluvias y a la escasa floración”, especialmente de las matas de Chalahuite y Cocuite.

El convenio suscrito entre la Asociación de Apicultores y la UV ha redundado en importantes beneficios para los productores, quienes no contaban con una planta extractora de miel, “cuya instalación nos hubiera significado un costo de más de 400 mil pesos”. Pero, además, el laboratorio certifica que la miel cubre las demandas de inocuidad exigidas por el reglamento de la Sagarpa.

Para que la miel sea inocua no debe llevar tóxicos ni restos de antibióticos y plaguicidas tradicionalmente usados para combatir los parásitos. La presencia de la varroa ha obligado a los apicultores a buscar alternativas orgánicas para combatirlo. “La Facultad de Veterinaria nos ha apoyado en el uso de productos naturales dentro de la colmena con los cuales suplir a los químicos; son aceites esenciales orgánicos derivados de plantas como el timol, ácido oxálico y el neem”. Actualmente en el Laboratorio se están haciendo pruebas para detectar qué porcentaje de efectividad tiene el ácido fórmico en forma de gel para combatir la varroa.

Estas sustancias naturales han suplido exitosamente el uso plaguicidas como la flumetrina y fluvalinato y el de antibióticos como las tetraciclinas, sulfonamidas y cloranfenicol, aumentando la calidad e inocuidad en la miel.

Pero no todo en el proceso de obtención de miel es fácil. Eusebio Molina Chalche, socio ejidatario, explica que la producción de miel tiene que ver de manera importante también con la calidad de la reina, que requiere ser cambiada cada seis meses para que su productividad alcance unas 40 mil a 50 mil abejas por colmena y que además resulten mansas.

Los apicultores se enfrentan a un sistema rotatorio: “Cada ejidatario tiene un promedio de 350 colmenas y se hacen dos cosechas al año, vamos emigrando según las lluvias y la floración, empezamos los meses de febrero-marzo en Soledad de Doblado; abril y mayo en la zona de Huatusco y Alvarado; junio, julio, agosto y septiembre en Puebla y en noviembre regresamos otra vez a Soledad de Doblado para cambio de reina y para la época de floración”.

La tarea del Laboratorio de Apicultura
Una vez extraída toda la miel, el jefe del Laboratorio de Apicultura, Sóstenes Rodríguez Dehaives, procede a las pruebas básicas: clasificación de color, humedad y presencia de hidroximetilfurfural, para certificar que la miel cubre las demandas de sanidad exigidas por la Sagarpa.

“La clasificacion de color se hace en milímetros y equivale a colores ámbar claro y ámbar oscuro; la diferencia no quiere decir que uno sea mejor que el otro, va de acuerdo al gusto del comprador, aunque se prefiere la miel clara por su sabor. La humedad no debe rebasar más del 18 por ciento, aunque en este caso, por tratarse de miel de mangle, se permite hasta un margen del 19. 5 al 21 por ciento máximo”.

El hidroximetilfurfural (HMF) debe ser de menos de 40 miligramos por kilogramo, según la normatividad. Este factor de calidad es un indicador de la frescura del sobrecalentamiento de la miel. Es considerado muy determinante porque prácticamente no lo hay en las mieles frescas; su formación ocurre durante el almacenamiento de la miel y aumenta según las condiciones de pH y temperatura de almacenamiento. Es asimismo un indicador de si la miel ha sido recalentada, lo que en algunos casos provoca su cristalización.

Una vez terminado el proceso, los apicultores obtienen un documento institucional que garantiza que su producto fue extractado bajo supervisión y mediante un proceso de equipos que garantizan inocuidad, extendido por la UV.


 
 
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