Gracias a la información proporcionada por decenas de jóvenes
se logró conformar un taller que actualmente es impartido
en escuelas de la colonia Revolución, por ser ésta
la que alberga las instalaciones del IPyE y porque muestra cifras
crecientes de población juvenil consumidora de drogas.
Luis Rey Yedra, del cuerpo académico Psicología y
Comportamiento Humano, dijo que el taller da la oportunidad a los
jóvenes de detectar y reforzar los factores que los protegen
contra las adicciones. El primer paso es el autoconocimiento al
jugar un rol fundamental en la elevación de la autoestima,
pues es sabido que si una persona transforma el concepto que tiene
de sí cambia en sentido positivo.
La reflexión acerca de los valores es otro punto que repele
la drogadicción, es decir, se les habla de los valores personales
que adquieren con el contacto diario con su comunidad y de los familiares,
con los que crecieron y que son fomentados por los padres. Rey Yedra
anotó que se habla mucho de la crisis de valores, pero las
personas nos olvidamos de que existen y por ello tal vez sería
necesario emprender su rescate.
Debido a que la adolescencia es una etapa de la vida que implica
numerosos cambios y carencias, los hijos se sienten incomprendidos
por su familia y ésta a su vez se siente impedida de satisfacer
y guiar por el mejor camino a los adolescentes. Ante esa situación,
recomendó que los padres demuestren su afecto mediante el
contacto físico y la convivencia en diversas actividades
y no sólo deportivas, que establezcan límites y que
nunca dejen de aconsejar a sus hijos. Lo anterior es un reclamo
que han mencionado reiteradamente los asistentes al taller.
Pilar González mencionó que un aspecto generalmente
no mencionado es que los no consumidores ven los modelos negativos
que les presentan los amigos. Al advertir cómo se deteriora
su imagen y su salud, deciden no entrar en el ambiente de la drogadicción
que, desafortunadamente, se presenta con mayores posibilidades de
acceso.
Al igual que la familia y el círculo de amigos son entes
importantes para evitar que un joven caiga en el consumo de sustancias
nocivas, la escuela, específicamente los docentes, son determinantes
para propiciar conductas positivas. Los jóvenes valoran mucho
que sean sus profesores quienes muestren interés en ellos
al hacerles preguntas personales y dar consejos.
Aunado a los elementos anteriores que son analizados durante una
semana con los jóvenes, resalta un factor de no menor importancia:
la visión que ellos tienen de sí en el futuro y la
disminución de las posibilidades de éxito si se convierten
en consumidores de drogas.
La investigadora dijo que el éxito de los talleres se refleja
en el interés que muestran los asistentes por transmitir
el mensaje a sus compañeros, de tal forma que se está
conformando una red. Al tiempo que se continúa con los talleres,
se contempla la posibilidad de hacer una propuesta más formal
para que se pueda difundir en todo el estado. |