Año 5 • No. 188 • Julio 18 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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1905: Albert Einstein, la Teoría de la Relatividad y la revolución científica
Por Fernando N. Winfield Reyes

Naciones Unidas ha declarado 2005 como el Año Internacional de la Física para conmemorar una de las etapas más importantes en la vida y la producción de Albert Einstein (1879-1955).

1905 ha sido denominado como el “año milagroso” de Einstein, quien en esa etapa de su vida tenía 26 años y trabajaba en una oficina de patentes. Se ha considerado más que excepcional debido a que en él, Einstein concluyó cinco trabajos científicos de gran relevancia, y en particular, dos de los más conocidos en la historia de la ciencia: sobre la teoría especial de la relatividad y su teoría sobre la naturaleza de la luz.

Diferentes instituciones científicas y culturales en todo el mundo se han incorporado a esta iniciativa. Por mencionar a una de las más importantes, recientemente el Museo Nobel en Estocolmo (www.nobelprize.org/nobelmuseum) inauguró una exposición que consiste en tres partes: Einstein, el Hombre; Einstein y la Física; y Einstein y el Premio Nobel. Las anécdotas y asuntos descritos en esta exhibición incluyen un interesante despliegue de tecnologías en multimedia, una museografía sumamente atractiva y vanguardista y, sobre todo, documentos originales.

La narrativa de estos espacios se centra en la vida de Einstein entre los años 1905 y 1925, no obstante que este científico fundamental para el desarrollo de la investigación mundial viviría una larga existencia colmada de acontecimientos y tránsitos por distintas ciudades del mundo e instituciones.

Los temas que la exhibición en el Museo Nobel de Estocolmo desarrolla como un planteamiento de la complejidad de la personalidad de Einstein, se centran en la discusión de la vida del joven científico, su iconografía personal, su reputación de judío, pacifista y hombre de ciencia. Los temas encuentran espacio en diferentes formatos, por ejemplo, un cortometraje en el que varias personalidades contemporáneas de la física, la historia de la ciencia, el periodismo científico y la filosofía, se reúnen en una atmósfera relajada para discutir y plantear sus diversos puntos de vista en torno a Einstein, mientras que otra zona de la exhibición presenta un mapa cronológico con los artículos de Einstein y su relación con las líneas de investigación y aportaciones que transformaron los paradigmas científicos del siglo XX.

Las aportaciones de Einstein a la física se interpretan museográficamente a partir de animaciones artísticas que dan especial importancia a los efectos de la luz y su comportamiento sobre una superficie que, a manera de una banda flexible, modifica sus propiedades e integra todos los temas, conectando las teorías de Einstein con su situación contemporánea y las aplicaciones derivadas.

Nacido en Ulm, Alemania, Einstein se trasladaría a Zurich desde 1894. En sus inicios fue considerado un estudiante poco promisorio e incluso rechazado, y le tomaría algún tiempo para que fuese admitido en el nivel de educación superior. Hacia 1900 se convertiría en profesor con especialidad en matemáticas y le sería concedida la ciudadanía suiza.

Entre 1908 y 1914 sería profesor en universidades e instituciones de investigación en Berna, Zurich, Praga y Berlín. El clima de intolerancia racial e ideológica y la persecución que los nazis emprendieron contra diversas comunidades étnicas en Alemania, determina que Einstein renuncie a su puesto en la Academia Prusiana de Ciencias y a su ciudadanía alemana en 1933, cuando emigra a los Estados Unidos y, desde entonces, se establece en Princeton, hasta su muerte en 1955.

Probablemente la parte más controversial de esta exposición es la que se exhibe en torno a la relación entre Einstein y el otorgamiento del Premio Nobel. Años de incesantes esfuerzos y de reveses. Una historia de encuentros y desencuentros que puede servir a manera de una radiografía de las incertidumbres, el escepticismo y la esperanza, las pruebas, discusiones, rechazos y fallos asociados al reconocimiento de los descubrimientos científicos. A pesar de que Einstein estuvo nominado para la obtención del Premio Nobel de Física desde por lo menos cinco años antes a la fecha en que le sería otorgado, en diferentes momentos del camino sus teorías y aportaciones fueron puestas en duda.

En 1919, Einstein obtiene fama mundial cuando su teoría de la desviación de la luz se verificó en un eclipse solar. Es en este momento en el que la imagen de Einstein como un icono de la ciencia queda establecida. Hacia 1920 parecía que por fin se le otorgaría el Premio Nobel de Física, pero esto no sucedería sino dos años más tarde, como resultado de la decisión del jurado en torno a sus aportaciones a la teoría de la física, y especialmente por su descubrimiento de la ley del efecto fotoeléctrico. Sin embargo, argumentando otros compromisos y viajes previos, Einstein no asiste a la entrega de los Premios Nobel en 1922.

La realidad y el mito se confunden en ocasiones cuando nos aproximamos a un personaje de esta naturaleza: complejo, polémico, consciente del peso de sus opiniones. En una entrevista con una publicación de 1921 (Nieuwe Rotterdamsche, 4 de Julio), a la pregunta que le hicieran sobre lo que en su opinión generaba tanta expectación e interés en especialistas y en un público creciente de interesados en los temas de su trabajo, Einstein refirió: “Estoy convencido de que lo que les llama la atención es el misterio que resulta de su falta de conocimiento en estos asuntos”.

No deja de ser curioso que su conferencia Nobel se realizara en el Salón de Actos en el Parque de Atracciones de Liseberg, no en Estocolmo, sino en Goteborg, Suecia, en julio de 1923.

Las tres secciones de esta exhibición establecen un continuo de ideas, acontecimientos y desarrollos para la ciencia, la política, las artes y la sociedad en su conjunto. Finalmente, en la parte superior de la exhibición, en un sistema sobre rieles, en un movimiento constante se pueden apreciar las fotografías y la síntesis biográfica de 60 personajes distinguidos con el Premio Nobel en las seis disciplinas del conocimiento, la producción intelectual y la vocación hacia la paz, que a lo largo de su vida, de una manera u otra, estuvieron conectados con Einstein. En suma, el mensaje puede tener diversas lecturas pero una parece especialmente pertinente hoy en día: la integración y el intercambio de las ideas más diversas como motor de desarrollo de la humanidad. Estocolmo, Suecia y Oxford, Inglaterra. Junio de 2005.

*Profesor de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Veracruzana en Xalapa. Actualmente realiza un Post-Doctorado en el Joint Centre for Urban Design (JCUD) en la Oxford Brookes University en Inglaterra. Dirección electrónica: carpediem33mx@yahoo.com.mx