Año 5 • No. 189 • agosto 22 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Centro de Iniciación Musical Infantil:
25 años de formar excelentes músicos
Gina Sotelo
Desde hace 25 años, las más prestigiadas instituciones de educación musical en el mundo han dado cabida a los egresados del Centro de Iniciación Musical Infantil (CIMI). Decenas de niños que egresaron de esta escuela continuaron sus estudios en la Facultad de Música de la UV y realizaron posgrados en conservatorios de gran renombre, cerrando el ciclo de preparación y perfeccionamiento musical.

Nombres como el de Claudia Corona, Rodrigo Álvarez, Guadalupe Colorado o Citlalli Guevara destacan en una interminable lista de quienes han realizado estudios de maestría y doctorado en universidades de Alemania, Holanda, Bélgica, Austria, Inglaterra, España y Estados Unidos, por citar sólo a unos cuantos ex alumnos del CIMI quienes han nutrido a la Orquesta Sinfónica de Xalapa, la Orquesta Sinfónica Juvenil, la Banda del Gobierno del Estado, la Orquesta Universitaria de Música Popular o la Facultad de Música.
Veracruz ha sido semillero de grandes músicos desde la fundación de su Facultad que, desde 2000, incorporó a sus opciones de estudio la maestría en Música, sin embargo, desde 1981 se ha dado a la tarea de encausar y dar seguimiento al talento infantil a través del CIMI, una escuela creada especialmente para los niños.
Los niños del CIMI son –según estadísticas– los alumnos que más se gradúan, son los casos de Alexis y Alain Fonseca, Nayeli Olivares, Daniel Flores Hernández, Jalil Jorge Eufracio y Alicia Oliva, que se suman a los graduados titulados de la Facultad de Música, quienes en los últimos ocho años representan el 50 por ciento.
Pero el CIMI no sólo ha formado músicos, también ha ayudado a muchos niños a ser mejores estudiantes, profesionistas y seres humanos, alimentando con la música su espíritu.

La gran demanda…
Dentro de unos cuantos meses el CIMI cumplirá 25 años de trabajo ininterrumpido. El maestro Cutberto Córdoba, coordinador del Centro, opina que ha sido una tarea satisfactoria cumplir con éxito más de dos décadas de brindar bases sólidas a infantes de hasta 12 años que no sólo son futuros instrumentistas, estudiantes de la Facultad de Música o miembros de orquestas, sino personas sensibles que adquieren una disciplina, hábitos y un orden de estudio, aparte de una cultura amplia.

“Generalmente nuestros alumnos de música son buenos estudiantes en sus diferentes escuelas gracias a los valores que les inculcamos. Encausamos su energía al grado que son melómanos consumidores. Formamos públicos a la par que nuestros niños desarrollan un nivel elevado, estandarizado en su educación”.
La demanda de acceso al CIMI es muy alta. Cuentan con 260 alumnos y 40 maestros, pero en cada periodo de inscripciones aplican entre 100 y 120 niños, por lo que la labor para elegir quienes quedan es muy difícil.

Los maestros saben que no todos los que entran serán ejecutantes, pero no por eso son menos exigentes: “No nos podemos dar el lujo de no ser cuidadosos con la educación de los pequeños. Si los preparamos lo mejor posible tendrán mayores posibilidades de quedar en la facultad”.

Sus grandes talentos…
Para muestra, anotamos sólo dos ejemplos: Guadalupe Colorado y Diana Castro.

La soprano Guadalupe Colorado es una de las primeras personas en egresar del CIMI. En 1997 se tituló de la Facultad de Música con mención honorífica. Cursa estudios de maestría en la Universidad de Música y Artes Dramáticas en Gratz, Austria, becada por el Fonca, la UV y el Gobierno del Estado.

Lupita Colorado ha actuado en Italia, Austria, Hungría, España, México, Sudamérica y Canadá. Ha tomado cursos de perfeccionamiento y master classes con José Suaste, Francisco Araiza y Encarnación Vázquez (México); Maida Prado (en EU), Elena Lazarska (Polonia), Christel Borgherz (Alemania) y Eva Bartfai (Hungría).

En el 2003 participó en una estancia académica en el centro Banff para las artes en Canadá y desde entonces regresa cada año a impartir clases. Cuenta con un título único en su género, el de cantante de concierto –especialidad en música alemana Lied y Oratoria–, que le abrió las puertas al mundo y que nadie más posee en México.

Es la única latinoamericana que ha sido seleccionada entre cientos de cantantes para tomar clases magistrales con la legendaria maestra Elly Amelling, considerada como la figura más importante del siglo XXI. Son sólo ocho alumnos de todo el mundo quienes tomaron este curso en la Universidad de British Columbia este año.
La pianista Diana Castro también es egresada del CIMI. En su aún breve trayectoria musical se ha colocado como una de las pianistas más prometedoras de la nueva generación de artistas mexicanos, por su brillante técnica pianística, su innegable musicalidad y su atractiva personalidad escénica.

Ganadora del primer lugar en el 2001 Mississippi Music Teachers Association Piano Competition, Diana se ha presentado en México, Canadá y EU. En el curso de su carrera ha recibido diversos estímulos y reconocimientos de instituciones como la University of Southern California, University of Southern Mississippi (USM), University of Victoria in Canada (UViC), el Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Veracruz y la UV.

Antecedentes del CIMI
Para la maestra Eloisa Almazán, fundar el CIMI representó una agradable aventura en la que maestros y alumnos sembraron las primeras semillas y dieron los primeros pasos. Según la fundadora del CIMI, en 1976 se abrieron las inscripciones para el primer Curso Experimental de Iniciación Musical dirigido a niños de siete a nueve años. Las clases eran impartidas por la propia Almazán y su hermana Marcela así como la maestra Paz Navarro.

Con éste y los cursos siguientes quedaron estructurados los Talleres Infantiles de la UV. A estos talleres acudían hijos de músicos principalmente, estaban organizados por edades y estaban repartidos en pequeños grupos de 10 y 12 alumnos. Se daban clases de iniciación musical, conjunto coral y orquesta rítmica además de flauta dulce y los instrumentos utilizados eran xilófonos y metalófonos, sonajas, maracas, raspadores, crótalos y triángulos.

Junto con ella, Manuel de Elías, Eugenio Szleziak, Enrique Velasco y Alfonso Moreno reunieron sus esfuerzos para diseñar un plan de estudios generando lo que hoy se conoce como CIMI: “Este plan de estudios incluía ocho semestres e integraba tres disciplinas básicas; solfeo, conjunto coral o instrumental e instrumento”.

De esta manera, en octubre de 1981 el CIMI quedó instalado en Zamora 40 e inició sus cursos con 35 alumnos, en su mayoría provenientes de los talleres de música y del ciclo de iniciación infantil que existía en la Facultad de Música.