Año 5 • No. 190 • agosto 29 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Carecen de calidez y contacto personal
Vulneran hospitales salud
emocional de sus pacientes
Edith Escalón


Mario Olivares Durán.
El contacto personal, la calidez y el interés genuino por la salud de los pacientes, ejes centrales de la medicina en sus orígenes, han sido suplantados por números, matrículas, instrumentos de medición, estadísticas y tecnología, que han deshumanizado hospitales y han provocado en los pacientes trastornos psicoafectivos que vulneran aún más su estado de salud.

Mario Olivares Durán, jefe de la Unidad de Terapia Intensiva del IMSS en Guanajuato, dijo que estudios científicos han demostrado que incluso los neonatos que presentan algún padecimiento y reciben en hospitales caricias –aún cuando no sean de los padres– y estimulación temprana, tienen más oportunidades de recuperación que los que no las tienen, con diferencias significativas. “Esto demuestra que el contacto personal y la calidez que hemos dejado atrás no son sólo importantes sino fundamentales en la recuperación de nuestros pacientes”.

En la celebración del XXX aniversario del Hospital Escuela de Ginecología y Obstetricia de la UV, Olivares habló de lo que implica la muerte, a la que también se le ha “hospitalizado” desde hace algunas décadas: “Antes, la muerte ocurría en el domicilio del enfermo, y éste pasaba sus últimos momentos rodeado por su familia, incluso por los niños de su casa; hoy los niños están prohibidos en los hospitales, igual que en las fiestas”.

Y es que además de las implicaciones físico-biológicas de la enfermedad, el paciente sufre riesgos, trastornos y perjuicios psicoafectivos, sociales y espirituales que representan, en ocasiones, un problema mayor al que implica la propia enfermedad: “Sin darnos cuenta dejamos de ver al paciente como una persona, y esto ocasiona nostalgia, tristeza, depresión, angustia, miedo, ira, desconfianza y otros sentimientos negativos”.

Puso como ejemplo el “duelo anticipado” que muchos de los pacientes sufren cuando atraviesan por una situación de alto riesgo, pues sin la calidez y el apoyo humano, y abrumados por los sentimientos negativos que provoca la deshumanización hospitalaria, difícilmente recuperan el ánimo para salir avante.

El contacto humano se rompe muchas veces por la alta tecnificación que priva en hospitales: “Hay libros enteros de las últimas palabras de los moribundos; ahora los pacientes ni siquiera pueden hablar porque tienen un tubo en la traquea para respirar, y muchos mueren con un desconocido oprimiéndoles el pecho, en lugar de hacerlo tomados de la mano de un ser querido”.

Para contrarrestar la deshumanización de los hospitales, Olivares propuso el cambio de algunas reglas de los nosocomios, como facilitar y promover la presencia de familiares junto al enfermo y mejorar la comunicación médico-paciente procurando la cercanía y calidez: “Muchos enfermos necesitan probablemente tecnología mínima, pero con toda seguridad requieren cuidados máximos, a ellos debemos darles nuestro interés, atención y tiempo”.