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Carecen
de calidez y contacto personal
Vulneran hospitales salud
emocional de sus pacientes
Edith
Escalón |
![](images/IMG_3598.gif)
Mario Olivares Durán. |
El
contacto personal, la calidez y el interés genuino por la salud
de los pacientes, ejes centrales de la medicina en sus orígenes,
han sido suplantados por números, matrículas, instrumentos
de medición, estadísticas y tecnología, que han
deshumanizado hospitales y han provocado en los pacientes trastornos
psicoafectivos que vulneran aún más su estado de salud.
Mario Olivares Durán, jefe de la Unidad de Terapia Intensiva
del IMSS en Guanajuato, dijo que estudios científicos han demostrado
que incluso los neonatos que presentan algún padecimiento y
reciben en hospitales caricias –aún cuando no sean de
los padres– y estimulación temprana, tienen más
oportunidades de recuperación que los que no las tienen, con
diferencias significativas. “Esto demuestra que el contacto
personal y la calidez que hemos dejado atrás no son sólo
importantes sino fundamentales en la recuperación de nuestros
pacientes”.
En la celebración del XXX aniversario del Hospital Escuela
de Ginecología y Obstetricia de la UV, Olivares habló
de lo que implica la muerte, a la que también se le ha “hospitalizado”
desde hace algunas décadas: “Antes, la muerte ocurría
en el domicilio del enfermo, y éste pasaba sus últimos
momentos rodeado por su familia, incluso por los niños de su
casa; hoy los niños están prohibidos en los hospitales,
igual que en las fiestas”.
Y es que además de las implicaciones físico-biológicas
de la enfermedad, el paciente sufre riesgos, trastornos y perjuicios
psicoafectivos, sociales y espirituales que representan, en ocasiones,
un problema mayor al que implica la propia enfermedad: “Sin
darnos cuenta dejamos de ver al paciente como una persona, y esto
ocasiona nostalgia, tristeza, depresión, angustia, miedo, ira,
desconfianza y otros sentimientos negativos”.
Puso como ejemplo el “duelo anticipado” que muchos de
los pacientes sufren cuando atraviesan por una situación de
alto riesgo, pues sin la calidez y el apoyo humano, y abrumados por
los sentimientos negativos que provoca la deshumanización hospitalaria,
difícilmente recuperan el ánimo para salir avante.
El contacto humano se rompe muchas veces por la alta tecnificación
que priva en hospitales: “Hay libros enteros de las últimas
palabras de los moribundos; ahora los pacientes ni siquiera pueden
hablar porque tienen un tubo en la traquea para respirar, y muchos
mueren con un desconocido oprimiéndoles el pecho, en lugar
de hacerlo tomados de la mano de un ser querido”.
Para contrarrestar la deshumanización de los hospitales, Olivares
propuso el cambio de algunas reglas de los nosocomios, como facilitar
y promover la presencia de familiares junto al enfermo y mejorar la
comunicación médico-paciente procurando la cercanía
y calidez: “Muchos enfermos necesitan probablemente tecnología
mínima, pero con toda seguridad requieren cuidados máximos,
a ellos debemos darles nuestro interés, atención y tiempo”. |
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