En
junio pasado, la Facultad de Instrumentación Electrónica
y Ciencias Atmosféricas de la UV, por invitación del
Grupo de Climatología Aplicada, contó con la visita
del doctor Javier Martín Vide, investigador de la Universidad
de Barcelona, ex presidente y fundador de la Asociación Española
de Climatología, un experto europeo en matemáticas aplicadas
a la climatología, quien ofreció un par de conferencias:
Decálogo sobre el cambio climático y Climatología
histórica. Al término de éstas platicamos con
él:
¿A
qué factores se atribuye el cambio climático?
A lo largo de la historia geológica del planeta, han existido
cambios climáticos numerosos y de gran magnitud, causados
por factores naturales que se pueden dividir en endógenos
y externos. De los primeros pueden mencionarse la variación
de la actividad volcánica y el desplazamiento de los continentes,
de los externos, los cambios en la constante solar y los ciclos
de los parámetros orbitales, aunque también puede
ser de origen antropogénico por la quema de combustibles
fósiles.
El cambio climático antropogénico es, sin duda, el
problema medioambiental más importante al que se enfrenta
la humanidad. Todos los habitantes del planeta tenemos una cuota
de participación, dado que en diferente cantidad, consumimos
combustibles fósiles como carbón, petróleo
y gas natural. Una estimación señala que la cantidad
de combustibles fósiles que los seis mil millones de habitantes
de la Tierra consumimos en un solo año equivale a lo que
al planeta le costó almacenar como depósito geológico
un millón de años.
¿Cuándo
podría decirse que comenzó a notarse el cambio climático
derivado de la inyección a la atmósfera de gases de
efecto invernadero?
La composición química de la atmósfera se ha
modificado a partir de la Revolución Industrial. Según
registros, la concentración actual de dióxido de carbono
rebasa las 370 partes por millón, cuando a finales del siglo
XIX era de 290 partes por millón. En consecuencia, es de
esperarse un cambio en la temperatura del planeta. Si tomamos en
cuenta los registros históricos con los que se cuenta de
temperatura global del aire, el cambio climático comienza
a notarse 1975; otros autores, considerando también las anomalías
de temperatura del océano, lo ubican en el año del
Niño de 1982.
¿Cuáles pueden ser los acontecimientos
que trae consigo el cambio climático?
De manera muy general, a lo largo del último siglo la temperatura
media planetaria ha incrementado aproximadamente 0.5 grados centígrados;
por otro lado, existen datos interesantes de la temperatura planetaria:
para el período 1861-2004, los nueve años más
cálidos se encuentran en el último decenio (1995-2004).
¿Qué
hacer en aquellos lugares donde no existen series climáticas
tan largas, cuando se quiere estudiar el clima del pasado anterior
al inicio de las medidas meteorológicas?
En estos casos hay que recurrir a datos e informaciones indirectas,
es decir, no meteorológicos, pero con aprovechamiento climático,
indicadores (Proxy-data) que suministran las diversas disciplinas
paleoclimáticas, aquellas que estudian y reconstruyen los
climas y ambientes del pasado. Estos indicadores son de diferentes
tipos y orígenes, pero tienen en común que de ellos
pueden derivarse informaciones meteorológicas o climáticas
que llegan a expresarse como índice y hasta como valores
climáticos comunes.
Una de las ramas de la paleoclimatología más alejada
de los métodos estadísticos que caracterizan a los
análisis climáticos convencionales es la climatología
histórica, una disciplina que utiliza como indicadores informaciones
documentales, es decir, anotaciones e inscripciones sobre el estado
del tiempo o sus consecuencias consignadas en la documentación
histórica.
¿Podría
darnos un ejemplo?
Las rogativas pro pluviam correspondían al momento
en que los campesinos detectaban una falta apreciable de lluvia
que podía comprometer las cosechas. En ese caso transmitían
su preocupación (angustia en la época porque, con
mecanismos comerciales rudimentarios, la escasez en las cosechas
se convertía en hambrunas y enfermedades) a las instituciones
gremiales. Uno de los hechos más interesantes y climáticamente
más valiosos de estas rogativas es que el tipo de ceremonia
religiosa dependía de la gravedad de la sequía; pueden
establecerse diferentes grados de intensidad de la sequía
a partir del tipo de ceremonia, tanto más solemne cuanto
mayor era la necesidad de agua. |