Año 5 • No. 193  • septiembre 19 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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  Se reúnen en Mujeres de palabra las mejores escritoras de México
Dunia Salas Rivera
No hay duda de que los verdaderos cambios sociales que se han dado en nuestro país y en el mundo están relacionados con el papel que han jugado las mujeres: Guadalupe Loaeza 
Cuando las mujeres damos nuestra palabra nos vamos hasta las últimas consecuencias. Por ello, me complace estar entre protagonistas muy talentosas y tan importantes para la historia mexicana contemporánea, como Laura Esquivel, Elena Poniatowska, Rosa Botero, Fabienne Bradu, Antonieta Rivas Mercado, Rosita Nissan, todas ellas mujeres de palabra, reunidas en un libro sui generis, por el talento de otra mujer sagaz, incisiva, inteligente al hacer las entrevistas, Verónica Ortiz.

Periodista en Canal Once del IPN y en Radio UNAM, Verónica Ortiz aseguró que la entrevista no sólo es un género periodístico, “se trata de sacarle el alma al autor. El periodista es un intermediario entre el personaje y quienes se quieren enterar de lo que hace el personaje. Es tratar de entender y darle información al que está del otro lado”.
Mujeres de palabra, editado por Planeta, es un trabajo con varios años de gestación. Ortiz se define como una escritora tardía, en su libro recopila las entrevistas realizadas a lo largo de su carrera a “las más importantes escritoras de México. Descubro en cada una de ellas un mundo de pasión, fundamentalmente una pasión por escribir, por la posibilidad de traducir todas esas historias que llevan dentro y plasmarlas en su escritura”.

Verónica Ortiz coincidió con algunos autores en que siempre se está escribiendo el mismo libro: “En mi segunda novela me doy cuenta de que hay mucho de cierto. Descubro cosas que ellas me habían dicho, que están presentes, que me han dolido, me han transformado y detenido en muchos aspectos y que vuelven a estar otra vez en el libro. El libro es la catarsis, la historia de cada uno de nosotros que va a plasmarse a través de las historias de cada una de ellas que cuentan en sus novelas. Entrar a estas mujeres fue entrar a cada uno de sus mundos”.

Lo que la escritora espera de este libro es que los lectores “se enamoren como yo, de cada una de las entrevistadas y busquen sus libros, para poder meterse en ese mundo de ficción que tienen que ver con la realidad social. Meterse en el mundo de estas mujeres es meterse en el mundo de nosotras”.

La mujer actual
No hay duda de que los verdaderos cambios sociales que se han dado en nuestro país y en el mundo están relacionados con el papel que han jugado las mujeres. Actualmente las jóvenes, amas de casa, profesionistas, saben cómo proyectarse, cómo dar a conocer su voz, están comprometidas, tienen una meta, un proyecto de vida, se están dando más permisos: de ser más felices, de realizarse, de no quedarse con los brazos cruzados –ni con las piernas cruzadas, es decir, de ejercer su sexualidad libremente–, quieren ser escuchadas y tomadas en cuenta. En ello coincidieron Guadalupe Loaeza y Verónica Ortiz, durante la presentación del libro de esta última, Mujeres de palabra.

En la FILU, Loaeza comentó: “Señalaba Simone de Beauvoir –esta gran feminista que hace más de 55 años escribió El segundo sexo, un profundo análisis sobre el papel de las mujeres en la sociedad– que cuando descubrió los libros dijo ‘tengo la felicidad garantizada’, porque los libros además de informar, nos abren el entendimiento”.

La autora de Las yeguas finas expresó que además de ser gratificante para una mujer trabajar, tener metas, conocerse, sentir su propio cuerpo, leer, pensar, reflexionar, va a aportar más a la relación con su pareja, y convocó al sexo masculino a comulgar con esta idea, “porque tener una mujer participativa, informada, independiente económicamente, va a mejorar la calidad de su relación son la pareja, la va hacer más interesante”.

Verónica Ortiz consideró que involucrar a los hombres, ya sea el esposo, el amante, el novio, hermano o amigo, es lo que la mujer debe hacer: “La mujer pensante hoy ya no es la que excluía al hombre. La mujer actual invita al hombre a sus proyectos, a feminizarse, a estar en contacto con todas esas cosas que esta sociedad le ha impuesto y no le ha quitado.

”Al hombre le han dicho: ‘Marica, el que llegue al último’, ‘No llores, porque los hombres no lloran’, ‘Tienes que cumplir porque los hombres son cumplidores’”.

“El hombre no tiene derecho a sentir, porque desde pequeños les estamos diciendo que el sentir es un asunto de mujeres”, por ello, dijo, “la invitación es a través de estas nuevas mujeres, muchas de las cuales tuvieron que enfrentar mucha violencia al principio, con sus parejas que no las dejaban ser, con sus comunidades que no entendían a una mujer que se estaba liberando de lo impuesto, de lo que nos han dicho que tenemos que ser desde pequeños”.