Año 5 • No. 193 • septiembre 19 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Afirmó Julio Quesada en la presentación de La filosofía y el mal
No hay nada que nos salve de la
barbarie de que es capaz el ser humano
Edith Escalón
Analizar cómo se piensa y se define el mal, cómo se ha construido durante siglos su concepto filosófico, quién decide hoy qué es lo bueno y lo malo, y cómo, abrazando la filosofía de la razón, se han justificado infinidad de barbaries en el mundo –como la posreacción al 11 de septiembre– es la empresa que Julio Quesada, filósofo español, se ha propuesto en su más reciente publicación La filosofía y el mal, de la editorial Síntesis.

El texto, presentado en la FILU 2005, muestra un análisis del problema del mal como clave para una necesaria redefinición de las civilizaciones occidentales, reflexiones fundamentales y políticamente pertinentes cuando tiene lugar el foro Educación, Política y Democracia, que reunió la semana pasada a personajes de estas tres esferas.

Alberto Olvera, del Instituto de Investigaciones Histórico Sociales, resaltó el papel del análisis filosófico de la realidad actual, pues han sido los filósofos quienes han estructurado las concepciones acerca del mal que tienen que ver con la percepción de el otro. “En las concepciones filosóficas, el mal está en los que no son ni piensan como uno, y no pueden asimilarse a mi forma de ver las cosas. Si eso es el mal entonces es importante ver cómo definen ellos la otredad”.

Dijo que Julio Quesada, académico de la UV, trata de descubrir cómo se ha definido en el pensamiento occidental esa “otredad”, y pone como ejemplo la definición que hace Bush, justificando su invasión a Irak luego del 11 de septiembre, diciendo que esos “otros” son los que representan un mal profundo, un enemigo que hay que atacar; así, el texto muestra que la filosofía occidental ha sido capaz de provocar los peores vicios y las atrocidades más inimaginables en el nombre de la razón.

Criticó que si bien el texto del filósofo madrileño termina con una posdata inspirada por la posreacción a la destrucción de las Torres gemelas de Nueva York y la justificación que algunos hacían de los actos mismos del terrorismo, no critica con la misma fuerza la propia postura de Bush.

“Su indignación frente a estas insinuaciones es compartible (no es justificable el terrorismo), pero no es equivalente a la reacción norteamericana, ésta necesita ser criticada con la misma energía, porque finalmente lo que Bush hace es justificarse en la universalidad de la razón, apelar a la defensa de la libertad, la democracia, las causas centrales del pensamiento occidental”.

En su oportunidad, Antonio Hernanz, del Instituto de Filosofía, dijo que uno de los méritos del libro es asumir el reto que reflexionar en torno al problema ontológico del mal que el pensamiento occidental ha eludido: “Esto demuestra el oficio del filósofo, la importancia de preguntarnos de forma radical ¿qué es el mal?”.

Encontrar el mal radical y el fundamento de la maldad o la bondad permitirá tipificar la pirámide de la construcción de valores del mundo, dijo. El texto pretende, justamente, establecer una discusión narrativa para exigir racionalidad, para preguntar qué es el presente y cuáles son las posturas que se deben tomar, pues los arquetipos del pensamiento del presente han cambiado.

Giovanna Mazzotti, investigadora del IIESES, dijo que la empresa a la que invita Julio Quesada no sólo es una cuestión ontológica, sino política, que se enfoca a definir la cuestión del mal y de los males, que tendrá que ser resuelta por la vía de la argumentación de la reflexión y del debate. El eje de la reflexión está en la discusión sobre la relación entre el mal y los males, el lugar que ocupan y la actitud que humanamente y, en términos de adecuación con la civilización que queremos y podemos, debemos asumir frente a él.

Julio Quesada advirtió que el discurso de Occidente, desde San Agustín hasta Carlos Marx, ha procurado evadir el problema ontológico del mal, por lo que su libro reflexiona en torno al tema y deja claro que no hay sociedad del conocimiento, economía, universidad, religión o partido político que nos salve de las posibles catástrofes que es capaz de hacer el ser humano.