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Afirmó
Julio Quesada en la presentación de La filosofía
y el mal
No hay nada que nos salve de la
barbarie de que es capaz el ser humano
Edith Escalón |
Analizar cómo se piensa y se define el mal, cómo se
ha construido durante siglos su concepto filosófico, quién
decide hoy qué es lo bueno y lo malo, y cómo, abrazando
la filosofía de la razón, se han justificado infinidad
de barbaries en el mundo –como la posreacción al 11 de
septiembre– es la empresa que Julio Quesada, filósofo
español, se ha propuesto en su más reciente publicación
La filosofía y el mal, de la editorial Síntesis.
El texto, presentado en la FILU 2005, muestra un análisis del
problema del mal como clave para una necesaria redefinición
de las civilizaciones occidentales, reflexiones fundamentales y políticamente
pertinentes cuando tiene lugar el foro Educación, Política
y Democracia, que reunió la semana pasada a personajes de estas
tres esferas.
Alberto Olvera, del Instituto de Investigaciones Histórico
Sociales, resaltó el papel del análisis filosófico
de la realidad actual, pues han sido los filósofos quienes
han estructurado las concepciones acerca del mal que tienen que ver
con la percepción de el otro. “En las concepciones filosóficas,
el mal está en los que no son ni piensan como uno, y no pueden
asimilarse a mi forma de ver las cosas. Si eso es el mal entonces
es importante ver cómo definen ellos la otredad”.
Dijo que Julio Quesada, académico de la UV, trata de descubrir
cómo se ha definido en el pensamiento occidental esa “otredad”,
y pone como ejemplo la definición que hace Bush, justificando
su invasión a Irak luego del 11 de septiembre, diciendo que
esos “otros” son los que representan un mal profundo,
un enemigo que hay que atacar; así, el texto muestra que la
filosofía occidental ha sido capaz de provocar los peores vicios
y las atrocidades más inimaginables en el nombre de la razón.
Criticó que si bien el texto del filósofo madrileño
termina con una posdata inspirada por la posreacción a la destrucción
de las Torres gemelas de Nueva York y la justificación que
algunos hacían de los actos mismos del terrorismo, no critica
con la misma fuerza la propia postura de Bush.
“Su indignación frente a estas insinuaciones es compartible
(no es justificable el terrorismo), pero no es equivalente a la reacción
norteamericana, ésta necesita ser criticada con la misma energía,
porque finalmente lo que Bush hace es justificarse en la universalidad
de la razón, apelar a la defensa de la libertad, la democracia,
las causas centrales del pensamiento occidental”.
En su oportunidad, Antonio Hernanz, del Instituto de Filosofía,
dijo que uno de los méritos del libro es asumir el reto que
reflexionar en torno al problema ontológico del mal que el
pensamiento occidental ha eludido: “Esto demuestra el oficio
del filósofo, la importancia de preguntarnos de forma radical
¿qué es el mal?”.
Encontrar el mal radical y el fundamento de la maldad o la bondad
permitirá tipificar la pirámide de la construcción
de valores del mundo, dijo. El texto pretende, justamente, establecer
una discusión narrativa para exigir racionalidad, para preguntar
qué es el presente y cuáles son las posturas que se
deben tomar, pues los arquetipos del pensamiento del presente han
cambiado.
Giovanna Mazzotti, investigadora del IIESES, dijo que la empresa a
la que invita Julio Quesada no sólo es una cuestión
ontológica, sino política, que se enfoca a definir la
cuestión del mal y de los males, que tendrá que ser
resuelta por la vía de la argumentación de la reflexión
y del debate. El eje de la reflexión está en la discusión
sobre la relación entre el mal y los males, el lugar que ocupan
y la actitud que humanamente y, en términos de adecuación
con la civilización que queremos y podemos, debemos asumir
frente a él.
Julio Quesada advirtió que el discurso de Occidente, desde
San Agustín hasta Carlos Marx, ha procurado evadir el problema
ontológico del mal, por lo que su libro reflexiona en torno
al tema y deja claro que no hay sociedad del conocimiento, economía,
universidad, religión o partido político que nos salve
de las posibles catástrofes que es capaz de hacer el ser humano. |
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