Año 5 • No. 193  • septiembre 19 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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  Ciclo de cine A la mexicana presenta:
Y tu mamá también
Roberto Ortiz Escobar
Después de su opera prima Sólo con tu pareja (1991), Alfonso Cuarón incursionó con éxito en Hollywood con dos proyectos atractivos: La princesita (1995) y Grandes esperanzas (1998). A continuación regresó a México para filmar Y tu mamá también en escenarios naturales, una especie de road movie que pareciera el reencuentro fílmico con sus orígenes culturales y la necesidad de testimoniar y proponer una reflexión a vuelo de pájaro de la realidad socio-política, que, después de diez años de inactividad cinematográfica en México, cambió el mapa del país. Con posterioridad regresó a Hollywood a filmar Harry Potter y el prisionero de Azkaban (2004).

Por el registro casi documental de los diálogos y las caracterizaciones, la intencionalidad de la voz en off y la mirada afectiva a lugares y personas en el recorrido geográfico de los tres protagonistas principales, Y tu mamá también es el reencuentro fílmico de Cuarón con sus orígenes culturales, lo que entrañó la necesidad de testimoniar y proponer una reflexión a vuelo de pájaro de la realidad socio - política que en diez años ha cambiado el mapa del país.
Al igual que en Sólo con tu pareja, el director contó nuevamente con un guión de su hermano Carlos Cuarón, quien manejó una estructura narrativa de road movie con dos jovencitos y una madura mujer casada. Tenoch (Diego Luna) es un junior, hijo de un alto funcionario que se codea con el Presidente de la República y se ha enriquecido al amparo de la corrupción priista; Julio (Gael García), en cambio, es un clasemediero desarraigado del padre. Los dos son amiguísimos que comparten la mota y en su onda charolastra ejercen la sexualidad abierta con sus novias, las cuales emprenden un viaje vacacional a Italia. Mientras tanto, ambos se dedican al reventón hasta que un día conocen en una fiesta a la española Luisa (Maribel Verdú), quien acepta la invitación desmadrosa de los chavos para viajar a una playa oaxaqueña.
El azar reúne a Julio, Tenoch y la joven con la que parten a una playa en realidad desconocida. Si bien los amigos van en plan de aventura, Luisa se integra al viaje ante la necesidad imperiosa de finiquitar su relación de pareja y poner orden a una vida ligada a un destino aciago.

Alfonso Cuarón siempre se ha preocupado por la elaboración de narrativas propositivas y originales. En el caso de Y tu mamá también ha elegido la aventura del road movie para mostrar el descubrimiento y maduración repentina de tres personas en un viaje dolorosamente catártico. Para dotar de naturalidad a sus personajes, apeló a una actuación naturalista con diálogos espontáneos que determinan las situaciones dramáticas. Pareciera que el desapego a un guión de hierro confiere desparpajo, soltura y frescura a los protagonistas, aunque esto se convierte a la vez en un freno dramático al no quedar aterrizadas convenientemente las contradicciones vivenciales del trío. Hay, pues, una confianza desmedida en una improvisación no siempre reveladora.

La voz en off de Daniel Jiménez Cacho, si bien permite contextualizar la realidad de los personajes más allá de sus vivencias personales, adquiere por momentos un tono de discurso machacón y explicativo. Es cierto que con ello se procura la ruptura narrativa y el distanciamiento reflexivo sobre una realidad mayor, como puede ser la conformada por una muy compleja sociedad mexicana. Sin embargo, algunas frases adquieren forma de alegato ejemplar con tufillo aleccionador.

Los riesgos de estos recursos narrativos dieron al traste con algunas escenas. Es clara, por supuesto, la intención de Cuarón de exorcizar sus demonios en ese viaje de la sensualidad arropada por el paisaje, del confrontamiento con una sexualidad machista reveladora de un trasfondo homosexual, o bien, del descubrimiento de una realidad finalmente mediatizadora. Es como si se pretendiera un viaje de la buena onda en un país donde todo se cambia en beneficio de la arbitrariedad, la corrupción y el caos. Y los chavos como si nada... si acaso, tragando a posteriori una desabrida cruda moral. La aproximación y reflexión intimista no la remata Cuarón convenientemente en la escena final del reencuentro desencantado de Julio y Tenoch.

Sin embargo, Y tu mamá también logra una mirada más acuciosa, y a la vez serena, comparada con la ejercida por María Novaro en Sin dejar huella, donde se subraya un preciosismo de tarjeta postal a lo largo y ancho del país.

Por momentos, Cuarón crea un acercamiento sensible con el México profundo que paso a paso avanza a su extinción y desarticulación lamentable. Es en estos pasajes donde se logran algunas de las mejores imágenes de la película por el registro de cámara en mano de Lubezky que apuesta a una iluminación desprendida de un artificio mucho más necesario en otras de sus cintas fotografiadas.

Como parte del ciclo «A la mexicana», el Cine Club de la Universidad Veracruzana, proyecta esta cinta, este miércoles 21 en el Aula Clavijero de Juárez 55.